Dos ojos azules como las aguas de safarios de las islas de Tarth donde había crecido, era lo único que sentía que era verdaderamente de ella al no contar con un nombre familiar que la respaldara o un origen del cual tuviera claridad de donde venia s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No recordaba cuando fue la ultima vez que tuvo una noche de sueño tranquila, desde que tenia 16 años no habia dormido una noche completa, no sintiendo paz para lograr relajarse totalmente para dejarse cargar en los brazos de morfeo, y estar en un lugar kilómetros de distancia de donde habia crecido rodeada de desconocidos no lo hacia mas facil. Ray no era de las tipicas chicas que se quedaban mirando al techo esperando a aburrirse para lograr dormir, habia aprendido que lo mejor que podia hacer era cansarse a si misma para minimo caer rendida por exhaustasion. Escuchando un silencio en los pasillos de el castillo sabia que era hora donde podria vagar por estos sin ser molestada, camino con una vela en su mano a las cocinas de el castillo, abriendo la puerta y cerrandola con cuidado tras ella, entro al comedor sorprendiendose de ver como la chimenea de el lugar se encontraba encendida y una persona sentada frente a esta, supo que ese no era un lugar ideal en el cual estar por lo que dio la vuelta tratando de salir pero el sonido de la madeja crujir bajo ella la delato haciendo que la persona dentro de el comedor la volteara a ver
—¿Quien anda ahi?— pregunto una voz masculina en un tono autoritario haciendo que la chica suspirara y se diera la vuelta caminando hacia la luz, sabiendo que seria peor si se escabullia de el lugar
—Lo siento Mylord, solo buscaba algo...— se callo en cuanto levanto la mirada y reconocio a la persona frente a ella, era el mismo chico que habia abrazado a Sansa al llegar al castillo, el mismo que la habia salvado de una caida desde su caballo, el chico de cabello azabache y una hermosa apariencia —...Hola— volvio a decir sin saber que decir exactamente al tenerlo enfrente de ella, sintiendo como su mera mirada la hacia sentirse nerviosa
—Hola...— le respondio en el mismo tono, usando las palabras para ocultar un suspiro entre estas, el chico estando en la misma situación que ella —Mylady no deberia estar caminando con su herida— le dijo acercandose a ella tomandola de el brazo para acercarla a una de las mesas ayudándola a tomar asiento encima de esta
—Estoy bien Mylord, ya no siento dolor— dijo ella sintiendo como sus mejillas tomaban un tono carmesi al ser tomada de el brazo por alguien tan apuesto como el —La sacerdotisa de el castillo me curo hace unos momentos
—¿La mujer roja?— pregunto mientras tomaba asiento junto a ella
—Ese era el color de su vestimenta y cabello, asi que me imagino que es esa misma— le dijo Ray tratando de hacer una broma queriendose morder la lengua inmediatamente recordando que estaba hablando pero su postura se relajo al ver como las orillas de el los labios de el hombre se curvaban dejando ver la sombra de una sonrisa en su rostro, haciéndola sonreir a la par haciendola sentir mas segura de seguir con sus palabras —Ya que tengo la oportunidad de verlo nuevamente, queria agradecerle por haberme evitado una fuerte caida hace unas horas...
—No hay nada que agradecer Mylady...
—Y queria pedirle que me deje de decir asi— dijo tomando por sorpresa al chico —No soy una Lady, soy una Storm, Lorelai Storm, pero prefiero que me llamen Ray
