Prologo

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Lorelei nacio al final de un frio invierno, en las afueras de alto jardin, hija de una campesina huerfana y un padre desconocido, que segun las palabras de su madre habia muerto en la rebelion de Robert Baratheon antes de que pudiera desposarla co...

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Lorelei nacio al final de un frio invierno, en las afueras de alto jardin, hija de una campesina huerfana y un padre desconocido, que segun las palabras de su madre habia muerto en la rebelion de Robert Baratheon antes de que pudiera desposarla como le habia prometido, solo dejando a Lorelai como una bastarda mas de el oeste. Por sus primeros 5 años de vida solo fueron ella y su madre, la familia de esta la habian desconocido por su imprudente embarazo a la corta edad de 15 años, por lo que ambas habian llevado una vida ajetreada, buscando un lugar al cual pertenecer sin ser mal vistas por su impropio origen, y finalmente lo encontraron.

Mientras su madre trabajaba en una caberna en el puerto de Stormsend tratando de colectar el mayor dinero posible para llevar a ella y a su hija a una tierra donde ser bastardo no significaba ser una clase menos que el resto, Dorne, habia escuchado que la mentalidad de las personas en ese lugar era mas abierta y sin tantos tabúes sobre lo que era ser un simple ser humano con deseos y pasiones, se escuchaba como un respiro de aire puro de la sociedad de Westeros. Una noche la madre de Lorelai conocio a un hombre, un viajero que venia de las islas de Tarth a comerciar con los productos de su propia cosecha, este hombre se llamaba Regulus Storm, un bastardo de el este, justo como su hija, como ella se sentia desde ya hace años. Ambos se enamoraron a primera vista el uno de el otro, y con solo una noche de hablar entre tarros de hidromiel, hablando de los sueños que cada uno tenia para sus vidas, Regulus le pidio a su madre que lo acompañaran a las islas de Tarth con el a la granja que tenia, vivia solo en un campo de fresas de su propiedad, su madre lo vio como la oportunidad que tanto buscaba para su hija, un respiro de aire fresco, un lugar donde no fuera juzgada o menos preciada por su origen, y tal vez, una familia que la amara como se merecia.

Al día siguiente tomaron las pocas pertenencias que poseían y viajaron en el pequeño barco de carga a su nuevo hogar. La casa de Regulus no era ostentosa, solo contando con dos habitaciones y un granero, pero era mas que suficiente para la madre e hija que se habían acostumbrado en dormir en alacenas o si podian costearlo, habitaciónes de posadas de mala muerte, todo parecia un sueño para ambas, mas cuando semanas despues de su llegada, su madre y Regulus contrajeron matrimonio en una pequeña ceremonia donde solo un puñado de personas asistieron, Lorelai no reconocio a muchos de estos, pero fue sorprendida al ver a una niña unos años mayor que ella de considerable tamaño asi como una larga cabellera rubia casi blanca, al igual que su piel y ojos marrones, sorprendiendo a Lorelai por su gran porte y presencia, creyendo que era uno de los caballeros que su madre le contaban en historias, o al menos se veia como uno.

Los años pasaron y fueron los tres por mucho tiempo, pero en su decimo dia de el nombre, su madre la sorprendio con un regalo que ni siquiera ella sabia que necesitaba en su vida, le dijo que ella y Regulus esperaban un hijo, lo cual hizo a la niña feliz de escuchar, sabiendo que su familia creceria y no seria solamente ella. Los meses pasaron y al final de estos su madre ya no era la vivaz mujer con la que habia crecido, pasaba la mayoría de sus dias en cama durmiendo o simplemente con una mirada perdida en la ventana que daba a los campos de fresas, su piel habia perdido su bronceado de verano y su rostro se pegaba su craneo indicando la clara mal nutrición que estaba viviendo, Regulus pasaba sus dias en los campos de fresas mientras la pequeña Lorelai cuidaba de su madre y de su hogar, y asi fue hasta el fatídico dia donde la hora de que su nuevo hermano llegara al mundo, fue tan inesperado que la partera de la zona no pudo ser llamada, y Regulus y Lorelai tuvieron que encargarse de el parto ellos solos. Despues de horas de trabajo y sufrimiento su madre dio a luz a dos pequeñas niñas, una compartiendo el cabello castaño de Lorelai pero con los ojos verdes de su padre, y la otra, teniendo el cabello rubio casi blanco como Regulus y la chica imponente que habia visto en la boda de su madre, pero cuando abrio los ojos vio dos zafiros dontro de estos, que brillaban contra la luz de la hoguera junto a ellos, identicos a los de Lorelai.

Saphiro ~ Jon SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora