Narra Annie.
Sentía como Mikasa acariciaba mis brazos y mi espalda con sus dedos, un suave tacto. No quería levantarme, no quería que dejara de acariciarme.
Después de haber sido tan brusca ayer, ahora lo compensaba con caricias. No me quejo sobre su brusquedad, es más, me encanta. Pero igual dolía posteriormente.
Mi centro quedó abierto como aro de básquet, que gracioso sonó eso, de tan fuerte que me cogió, mi cuerpo estaba cubierto completamente por sus mordiscos y mis nalgas rojas de tanto que las azotó.
Me giré en la cama para poder mirar a Mikasa y me lancé encima suyo, apoyando mi cabeza en su pecho y envolviendo su cuello con mis brazos. Escuché una pequeña risa de su parte y sentí sus brazos envolverme, olió mi pelo y me dejó besos sobre mi cabeza.
-¿Ya te vas a levantar?- preguntó apretando su abrazo.
-No quiero- dije con la voz ronca debido a que estaba recién levantada.
-Pero ya es tarde, hay que comprar las cosas para que lleves a la escuela- deshizo su agarre para acariciar mi espalda con sus manos.
-No quieroo- de verdad que no quería, quería quedarme calentita en la cama.
-Vamos, dale. Encima tenés que bañarte- dió una vuelta dejándome debajo suyo, para poder levantarse.
-Menos ganas de levantarme me dan así- me estiré en la cama sintiendo mis huesos sonar, me dolía todo.
Dejé de escuchar a Mikasa por unos segundos así que pensé que se había ido a duchar o algo por el estilo. Estaba por darme vuelta para seguir durmiendo, pero antes de poder hacerlo sentí como jalaban mis pies, dejando que mi cuerpo se desplace de manera brusca fuera de la cama. Haciendo que grite de la impresión.
-¡MIKASA! ¡PAJERA!- ella se reía de mí, quedé medio colgando de la cama, encima para sumarle, me encontraba desnuda.
Me envolví con la sábana y me paré frente a Mikasa.
-Me duele la cola- le dije de la nada.
-¿Te la sobo?- me miró levantando una ceja.
-No, mucho lo hiciste ayer- me estaba por ir al baño a bañarme.
-Bueno, se intentó- la escuché suspirar.
Me metí a bañar pero antes de hacerlo me paré frente al espejo a mirar mi cuerpo. Definitivamente estaba destrozado, mis brazos, mi cuello, mis pechos, mi abdomen, mis muslos, mi espalda y seguramente mis nalgas también. Absolutamente todo mi cuerpo estaba con chupones, suspiré abajo del agua pensando en cómo ocultar semejantes marcas.
Cuando terminé de bañarme, Mikasa ya estaba cambiada. Supuse que se había bañado en el baño de la habitación de invitados, ya que yo estaba ocupando el de nuestra habitación.
-Me voy a cambiar- le avisé para ver si se iba a ir o se iba a quedar.
No me respondió, simplemente me levantó el dedo pulgar.
Le resté importancia y me fui a vestir. Me coloqué un pantalón de jean negro, un buzo azul y una campera encima. Estaba fresco, ya nos encontrábamos casi a finales de otoño.
Cuando terminé de vestirme me tiré encima de Mikasa, quién todo el tiempo estuvo acostada en la cama.
-Ya estoy lista- mencioné antes de besar sus labios, todavía no me había dado mi beso de buenos días.
-Bueno- me agarró de la cintura y siguió el beso unos segundos más.
-Buen día- le dije cuando nos separamos.
-Buenos días- me miró a los ojos mientras acariciaba mi cintura.
-Que linda que sos.
-Gracias- mierda, lo dije en voz alta.
-Pensé que lo había dicho en mi mente- me sonrojé.
-Bueno no, lo dijiste en voz alta. Vos también sos hermosa, Annie- acarició mi cintura y me dió un último beso antes de levantarse.
•••
Decidimos desayunar en un lugar de por ahí, así no nos atrasabamos más.
Debíamos comprar el uniforme y los útiles escolares, al estar en el último año, no íbamos a comprar tanta cantidad de cosas, iba a ser al pedo.
Primero fuimos a una librería.
-¿Qué hay q comprar?- Mikasa me miró mientras sostenía el canasto entre sus manos.
-No sé, supongo q lápices negros, gomas, sacapuntas, cosas así- iba enumerando lo poco que sabía que iba a necesitar.
-¿Gomas para qué? Si ya tenés dos y son divinas- miró descaradamente en dirección a mis pechos.
-¡Mikasa!- la reté sonrojada, es una cara rota.
-Bueno, listo. Vamos a buscar esas cosas y vamos viendo- asentí a lo que dijo y empezamos a buscar.
Terminamos comprando goma de borrar, sacapuntas, biromes de colores, azules, negras, corrector, resaltadores, lápices negros, repuesto de hojas, carpetas, cuadernillos y más cosas.
Ahora tocaba el uniforme, consistía en una camisa blanca, con un Jumper encima y los diversos extras del uniforme.
-¿Que compramos primero?- le pregunté.
-¿Los zapatos?- me contestó la pregunta con otra.
-Bueno, son mocasines- mencioné a lo que ella asintió en respuesta.
Fuimos a una zapatería y después de probar varios me llevé unos cualquieras, no me la complico tanto.
Después fuimos a un lugar donde vendían todo tipo de prendas de vestir, ahí compramos las camisas blancas, las medias, los cancanes, etc.
Al Jumper había que comprarlo en una tienda asignada por la escuela, ya que era el único lugar donde las vendían.
Ese lugar quedaba cerca de la escuela, así que sería el último lugar al que deberíamos ir.
•••
Narra Mikasa.
Después de un par de horas comprando volvimos a casa, estabamos agotadas. Caminamos demasiado y llevabamos encima demasiadas bolsas.
Dejé las bolsas en la mesa de la cocina y me tiré en el sillón desparramada.
-¿Podemos ir a dormir?- Annie preguntó sentándose en el espacio sobrando del sillón.
-¿Por qué siempre querés dormir?- le pregunté mirándola.
-Porque me gusta y cuando me siento cansada, como ahora, simplemente quiero dormir- se encogió de hombros mientras me miraba.
-Bueno, vamos- esperé a que se levante del sillón para poder hacerlo yo y no golpearla por accidente.
Subimos las escaleras y llegamos a la habitación. Fuimos al baño y nos lavamos los dientes.
Nos acostamos y prendí el aire, abrazándola después de hacerlo. Dejé un beso en su cabeza y después nos dormimos.
Volví en menos de 1 día (como nunca, convengamos).
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Mommikasa
ФанфикMikasa estaba harta de sentirse sola, de modo romántico. Así que tomando un consejo de su mejor amiga, decide conseguirse alguien a quién mimar y querer. Exacto, una babygirl.