Mikasa estaba harta de sentirse sola, de modo romántico. Así que tomando un consejo de su mejor amiga, decide conseguirse alguien a quién mimar y querer. Exacto, una babygirl.
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Narrador omnisciente.
Si bien Historia y Annie se habían enojado por una pequeña idiotez, era muy gracioso ver las caras de Ymir y Mikasa al notar su enojo.
Annie e Historia se habían puesto los bikinis, ya qué Mikasa e Ymir se encargarían de la comida ellas estarían en la pileta.
—Ni se te ocurra hecharle un ojo encima a Annie— amenazó Mikasa a Ymir.
—Lo mismo te digo Choza— la amenazó de igual manera Ymir.
Mientras ellas seguían peleando en broma y no tan en broma.
Ambas estaban nadando tranquilamente.
Un tiempo después, Mikasa e Ymir entraron a la pileta. Ambas de bombita, la que levantaba más agua ganaba. Obvio que ninguna iba a saber quién ganó ya que no se veían.
Ambas fueron retadas por las rubias al haberlas mojados completamente.
—Lo sentimos— dijeron a la vez.
Ambas se acercaron a sus novias, tomándolas de la cintura.
—¿De qué estuvieron hablando?— preguntó Ymir, colocando un beso en la sien derecha de Historia.
—Cosas de chicas— respondió la misma.
—Nosotras también somos chicas— contestó Mikasa mirando a Annie.
—No importa, queda entre nosotras, top secret— sentenció Annie.
Ambas, Mikasa e Ymir, rodaron los ojos. Luego de un rato, se pusieron a jugar a la pelota en la pileta. En un principio, las cuatro eran participantes del juego, pero segundos después se convirtió en muerte súbita entre Mikasa e Ymir. Annie se dió cuenta de que ellas solían competir por cualquier cosa. Le causó risa, pero a la vez la hartó.
Se acercó a Historia y juntas salieron de la pileta, dejando a ambas mujeres en su batalla de quién caía primera debido a los fuertes pelotazos que lanzaban.
Estaban tan concentradas en su batalla que no se dieron cuenta de que habían quedado completamente solas en la pileta, Annie e Historia se pusieron a preparar las ensaladas para acompañar el asado.
Cerca de media hora después, vieron a ambas chicas salir de la pileta, Annie llevó su vista hacia Mikasa, quién se veía condenadamente sexy con esas gotas de agua escurriendo por su marcado abdomen. Gotas que le dieron ganas de secar con su lengua y de paso bendecirla con sentir esos duros cuadraditos de músculo.
Se regañó mentalmente por pensar semejantes obsenidades.
Miró a Historia quién se encontraba en el mismo estado que ella pero con Ymir, quién también se encontraba igual que Mikasa.
Annie agarró una toalla y se acercó a Mikasa para entregársela, ésta le agradeció con una sonrisa y se la pasó por el pelo, revolviendo éste y haciendo que Annie se volviera a morder el labio debido a lo sexy que se veía. ¿Qué acaso no puede hacer nada sin que me parezca sexy? Era lo único que se preguntaba la rubia.
Mikasa al sentir la fuerte mirada de Annie y verla tan embobada, sonrió apoyando la toalla en su cabeza, quedando así como una capa.
La pelinegra, agarró a la rubia de la cintura, causando que la rubia salga de su ensoñación y la mire. Antes de que la rubia hablara, Mikasa pegó sus labios junto a los suyos. Iniciando un beso fogoso, Mikasa bajó sus manos de manera lenta y distraída hacia sus caderas para seguir con ese beso. Segundos después volvió a mover sus manos, esta vez hacia el trasero de la rubia. Quién gimió en el beso al sentir el apretón que le había dado Mikasa, al sentir la erección que comenzaba a formarse en los pantalones de la más alta, Annie resignada se separó. Mikasa frunció el ceño ante el alejamiento.
—Me encantaría seguir, pero no estamos solas, esperá unas horas— le susurró en el oído de manera provocativa la rubia, dejando un camino de besos en su oreja, pasando por su mandíbula, para finalmente dejar un pequeño beso en sus labios.
—Hoy ya me dejaste con las ganas y tuve que arreglarmelas, ahora de nuevo— Mikasa se quejó, soltando un gruñido y apretando por última vez el trasero de la rubia con fuerza, para después separarse completamente. Dejando a la rubia con un sonrojo.
—Que sepas que me mojaste— soltó Annie, quién al escuchar la risa de Mikasa procesó lo que había dicho y se avergonzó al notar lo mal que había sonado eso —N-no de esa manera.
—Hagamos como que te creo, pero me parece que te mojé en los dos sentidos— Mikasa se rió del sonrojo de Annie.
Mikasa agradecía el que la toalla le haya tapado la visión a Ymir, porque sino la oiría burlarse de ella por las próximas horas, quizás semanas.
Le dió una última sonrisa a Annie mientras iba a ver cómo iba la cocción de la carne. Ya casi estaba lista, así que empezaron a poner la mesa.
Ymir se encargó de servirla, sacándola de la parrilla y poniéndola en una gran tabla de cortar. La cortó en trozos más pequeños y la llevó a la mesa ofreciendola a las demás. Todas agarraron un pedazo de cada cosa y se dispusieron a comer en medio de una agradable conversación.
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Obvio durante la comida no pudo faltar la competencia de Ymir y Mikasa por algo, compitieron por quién comía más, quién bebía más y diversas cosas más.
Habían planeado salir a bailar algún día para poder probar quién tenía más aguante al alcohol. Annie ya se había resignado a tratar de que Mikasa e Ymir no pelearan por cualquier idiotez. Al parecer, Historia ya estaba acostumbrada a estas cosas, pero para ella era la primera vez que conocía a alguien cercano a Mikasa y este era un lado de la pelinegra que desconocía totalmente.
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Me dicen si estos capítulos les gustan, porque son un poco rebuscados. Porque quería actualizar y no sabía que escribir, así que aprovechando la depresión del otro día probé actualizar.
También, por si no se dieron cuenta, cambié la portada y la descripción de la historia. Me dicen también si les gustan las que están ahora o las anteriores.