Mikasa estaba harta de sentirse sola, de modo romántico. Así que tomando un consejo de su mejor amiga, decide conseguirse alguien a quién mimar y querer. Exacto, una babygirl.
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Narrador omnisciente.
Luego de lo acontecido la noche anterior, Annie había pasado una parte de la noche pensando en Mikasa, desde la primera vez que la vió le había parecido super linda.
La rubia desde que tiene memoria tiene gusto por las mujeres pero se considera bisexual, ni ella sabe el porqué. Si bien alguna vez en su vida le habrá parecido "linda" o atractiva alguna mujer, nunca sintió nada más que atracción sexual hacia ellas. A diferencia que nunca había sentido nada por los hombres, ni siquiera le parecían atractivos en lo más mínimo.
Sabía que con la pelinegra eso era diferente, junto a ella tenía ganas de quedarse charlando hasta tarde, de pasar todo el tiempo del mundo a su lado, conocer un poco más acerca de ella, saber hasta el más mínimo detalle de su ser. Era la primera vez que ésto le sucedía con alguien, estaba un poco ahogada ya que nunca había tenido ese sentimiento.
Le había tomado por sorpresa el saber que Mikasa contaba con un órgano extra en su cuerpo, si bien era algo raro de ver, eso a la rubia le parecía realmente exitante. Debido a lo acontecido el día anterior se dió cuenta de que ella tiene el don de llamar la atención de ese órgano extra, debía aprovecharlo.
Por otro lado la pelinegra se encontraba ya despierta desde hace un rato pensando en lo que había pasado el día anterior, se dió cuenta de que tiene una clase de debilidad hacia la rubia. Sabía con certeza que en algún momento iba a caer profundamente enamorada de la pequeña rubia, lo sabia desde la primera vez que la vió. Por algo la había elegido de entre tantas mujeres que allí se encontraban.
Mikasa de tanto pensar en aquella rubia que la estaba comenzando a volver loca se acordó de lo acontecido la noche anterior y se avergonzó nuevamente, pero aún así no pudo evitar que su mejor amigo volviera a la luz.
Había veces dónde maldecía tener dicho "privilegio", pero a veces lo odiaba por el simple hecho de estar exitada se note muchísimo. Pero según su mejor amiga, Ymir, es algo que la hace única. Cabe aclarar que su mejor amiga tiene el mismo detalle que ella, y fue quién le dió a Mikasa la idea de tener una babygirl. Ymir también tenía una, se llamaba Historia, era pequeña y delicada, todo lo opuesto a Ymir quién era alta, fuerte y daba miedo.
Soltó un suspiro y estando un poco más calmada bajó su mano por su trabajado abdomen hasta su entrepierna, si bien no era muy fan de la masturbación, esto era lo más cerca que podía estar de sentir placer debido a que las cosas con la rubia están tardando más de lo esperado. Aunque pudiera simplemente obligar a la rubia a acostarse con ella, ella no era de ese tipo. Nunca se aprovecharía de una mujer para satisfacer sus necesidades. Menos se aprovecharía de la mujer de la que se estaba enamorando, no era tan idiota como para arruinar su relación y a su posible amor de vida.
Bajó su bóxer hasta la mitad de sus muslos y dirigió una de sus manos hacia la protuberancia que tenía en su entrepierna, la agarró de forma delicada pero fuerte. Empezó a mover su mano de arriba hacia abajo pensando en la rubia, imaginando que las manos que la tocaban eran las de ella, sus movimientos cada vez se hacían más rápidos. Soltaba pequeños gemidos y jadeos pensando en la rubia, ahora imaginaba a la rubia utilizando su boca en ese lugar. Con solamente imaginar ese cambio en sus fantasías bastó para correrse manchando así su abdomen y sábanas.