2 DESCONOCIDA

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11: 30 p.m.

-Doctor Xiao? - escucho al descolgar el teléfono

-Sí? – respondió somnoliento pues había trabajado 42 Hrs. Seguidas con el caso anterior

-Perdón por molestarlo, pero lo necesitamos, hay un caso que requiere de su atención- respondieron a otro lado de la línea

Pero que descortés, me llamas a esta hora de la noche, me pides que vaya, pero no me dices quién eres- dijo molesto

-ohh... discúlpeme soy el detective Wei- respondió apenado

- Ya, en media hora estoy ahí, y cuando llames preséntate antes de hablar niño- dijo con fastidio

-Si señor, estaremos esperando- finalizo la llamada

Después de terminar la llamada, suspiro, paso ambas manos por su cara y se puso de pie, se lavo la cara y volvió a vestirse, en menos de diez minutos estaba listo y en camino a la oficina.



-Te has tardado- le dijo una mujer a la entrada del edificio, a la cual ignoro por completo. - oye te estoy hablando!!- siguió gritando por todo el camino hasta llegar al deposito

-Doctor está aquí-

-Si, si, deja las formalidades y dime, por que estoy aquí- dijo frustrado, pues esa mujer no dejaba de hablarle

-Si. Es por esa mujer, recibimos una llamada de que estaba al costado de la carretera, no sabemos quien es, no encontramos ningún documento de identificación- dijo el joven dando el reporte mientras se dirigía a la plancha donde estaba el cuerpo de la mujer.

- Bien, retírense, me haré cargo- dijo poniendo ambas manos en la plancha y mientras observaba detenidamente a la mujer que se encontraba en ella. El joven asintió y se retiro sin decir nada más.

Por fin se encontraba solo, recurrió a su casillero, tomo su uniforme, un par guantes, acerco su instrumental, y todo lo necesario para realizar la autopsia correspondiente.

-bien, hazme las cosas fáciles y dime como fue que moriste- dijo mirando fijamente a la mujer que estaba con él en aquella habitación

-Lo sabía, sabía que podías verme. ¿Por qué no me respondiste antes? Eres muy descortés- dijo haciéndole un puchero

- Si, si, lo que digas, ahora dime como moriste, o... que es lo que recuerdas- estaba fastidiado, pero ya estaba acostumbrado a tratar con ese tipo seres

-Por eso estoy aquí, para que tu me digas, que clase de forense eres- dijo en un tono arrogante

-Tu...-

-Vaya de verdad, que eres comprometido con tu trabajo- dijo Yibo recargado en la puerta de la morgue

-Y tu que haces aquí? ¿No eres forense o si? - se apoyo nuevamente en la plancha.

-Mmm... no, pero me dijeron que la víctima tiene heridas de bala, y mi trabajo es recogerlas y llevarlas a la prueba de balística para la identificación- dijo mientras se sentaba en el escritorio que se encontraba a su lado

-Ah, pues aún no es posible, si es que hay alguna, siguen dentro del cuerpo y aun no es posible retirarlas- dijo mientras comenzaba con el examen externo

- Vamos, que tan difícil puede se extraer una bala de alguien que ya está muerto?! - dijo de forma desinteresada. Esto por supuesto no le agrado a Zhan quien le dio una mirada fulminante

- Ah... yo te llamare cuando las tenga- le dijo señalando a la puerta

- Que? – le dijo con expresión de sorpresa

-Déjame trabajar- dijo mirándolo directamente y sin dejar de señalar a la puerta

- Pero...- en ese momento noto que la mirada de Zhan era realmente aterradora- bien, bien, me voy, de verdad que eres raro- dijo mientras salía

-Tu...-

-Déjalo es un idiota- interrumpió la mujer que aún seguía ahí. Zhan no dijo nada solo esbozo una pequeña sonrisa y siguió con su trabajo.

---mientras tanto en la planta superior---

-Que te sucede? - pregunto el detective Wei a Yibo mientras éste se sentaba en uno de los escritorios

-Él... es así siempre? - pregunto un tanto frustrado

-Quien? ¿El Dr. Xiao? Si, supongo que sí, nadie aquí tiene el valor de entrar a ese lugar cuando esta trabajando, ni siquiera cuando no lo está- tomaba su café tranquilamente y continuaba con su trabajo

- Él es, él es muy raro, ayer, fue muy amable conmigo, no entiendo por qué...-

-Amable!?- dijo tratando de no escupir el café- el Dr. Xiao amable?!, tal vez estabas soñando, en todo el edificio no hay nadie que se le acerque, el único que lo hace es el capitán, y solo porque se conocen desde hace años, o al menos eso dice el capitán, pero tal vez el doctor lo tolera solo por su rango  -dijo limpiando de su escritorio el poco café que se derramo- yo creo, que el raro eres tú...-

-¿Qué?! ¿y por qué yo?!- pregunto sorprendido

-Por que más, eres el único que se atreve a ir ahí cuando está trabajando- Yibo solo torció su vista y se puso a trabajar.

A TRAVÉS DE TU MIRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora