9 ESCÚCHAME

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Ya habían pasado días desde que Yibo y Zhan se encontraron en el jardín, pero por una otra razón, no habían podido hablar de lo sucedido, siempre tenían algo que hacer, y no había tiempo suficiente para eso.

-Buenos días Su- saludo a la recepcionista que apenas llegaba.

-Buen día Dr. Xiao- respondió el saludo

Zhan se dirigía a la cafetería, pero se detuvo un momento y...

-Su... podrías noficárme en cuanto llegue el Sargento Wang por favor? –

-claro- dijo brindándole una sonrisa- amm... Dr. Xiao, ¿paso algo? – pregunto con algo de pena. Zhan la miro y le sonrió amablemente.

-No, nada importante, solo necesito conversar con él, - le sonrió de nuevo y continuo con su camino. Las palabras de Yibo no dejaban de dar vueltas en su cabeza. Tal vez ahora si podría decírselo.

Ya eran las nueve de la mañana, y Zhan estaba en su oficina organizando y revisando los documentos correspondientes a los casos atendidos recientemente.

-adelante- autorizo a quien tocaba la puerta

-me buscabas? – pregunto Yibo apenas entrar

- ah... ammm... si. – podía sentir como casi se le salía el corazón del pecho, no sabia como comenzar- yo... solo quería decirte que...olvidaste algunas cosas en mi casa, y... que puedes pasar por ellas cuando quieras, sí, eso- no sabía por qué había dicho eso, pero al menos le había dicho algo. Yibo solo lo miraba extraño, y un tanto confundido.

-A...ja, si tratare de hacerlo- respondió un tanto extrañado por el comportamiento del doctor – Zhan yo... lamento si te incomode el otro día en el jardín, yo en ocasiones digo cosas sin pensar –

- ah... si, no... no te preocupes, yo... yo entiendo- una vez más, se sentía rechazado y no correspondido- bien, como dije, puedes pasar cuando quieras por tus cosas- le dio una leve sonrisa y continuo con su trabajo.

-bien- salió de la oficina y se marchó.

Nuevamente se quedo totalmente solo, y no dejaba de pensar, ¿Por qué tenia que amarlo? ¿Por qué le había dicho eso?, no entendía, pero definitivamente, dejaría de hacerse ilusiones, lo había decidido, dejaría de pensar en él, y recuperaría su estabilidad emocional, aunque le llevara la vida en ello.

El día transcurrió sin incidentes, y ya estaba en casa, disfrutaba de una buena lectura cuando escucho el timbre, se levanto del sofá y se dirigió a la puerta. En cuanto abrió, se quedó paralizado. No esperaba que Yibo fuera a su casa esa noche. Si que le había dicho que pasara cuando quisiera, pero no pensó que iría esa misma noche.

-no creí que...- no pudo terminar de hablar cuando sintió la calidez de unos labios sobre los suyos, sintió una calidez que nunca había sentido.

-Zhan yo...- intento hablar

- QUE ES LO QUE TE PASA! – exclamo soltándose de su agarre- de verdad crees que puedes decirme lo que quieras y después arrepentirte, y decir que lo dijiste sin pensar, y después venir a mi casa y besarme así nada más? – sus ojos estaban llenos de lagrimas

-Zhan yo... perdón- dijo agachando la cabeza

-perdón?, ¿es lo único que tienes que decir? ¿Ahora me dirás que no fue tu intención, que lo hiciste sin pensar? Ja, no te preocupes, no tiene importancia, ahora si me disculpas, es tarde y ya me iré a descansar – cerro la puerta y se recargo en ella

Yibo solo pudo quedarse de pie, frente a esa puerta, sin decir nada, sabía que Zhan tenía razón para estar molesto. No tuvo valor para volver a llamar a la puerta, solo pudo ver como se apagan las luces.

A la mañana siguiente, Zhan se disponía a salir rumbo a la oficina, pero cuando abrió la puerta vio caer a un Yibo completamente acurrucado, empapado y aparentemente inconsciente. La noche había sido lluviosa, pero a Yibo no le importo y se quedó ante esa puerta, él sabía que su actitud había lastimado a Zhan, sabía que lo que le había dicho cuando estaba inconsciente lo había dicho de verdad, y aun así se cerro ante los sentimientos que él sabía que Zhan tenía hacia él. Tenia que hablar con Zhan, y no se iría hasta poder hacerlo.

Poco a poco despertó, conocía ese lugar, había estado ahí antes.

-cómo te sientes? – escucho. Pero no respondió – de verdad que estas loco, como pudiste quedarte ahí toda la noche-

-yo...- comenzaba a hablar mientras intentaba sentarse en aquella mullida cama- tenia que hablar contigo- continuo

- podías haber esperado, habría hablado contigo hoy si me lo pedias- dijo Zhan acercándose a él. Sentía que de no a ver sido porque le cerro la puerta sin dejarlo hablar, Yibo no estaría de esa manera porque no habría pasado la noche en su puerta.

-Zhan yo... de verdal lo siento... no debí actuar así, yo. – tomo las manos de Zhan que tocaban su frente para tomar su temperatura- Zhan tú, tú... me gustas- dijo mirándole a los ojos.

-sí, claro- no podía tomarlo en serio.

- no me crees? – dijo sin desviar su mirada

-la fiebre te ha afectado, ahora cállate y deja que te trate- no podía caer de nuevo en sus palabras, no esta vez.

-no Zhan!, ya no me voy a callar, ya no puedo seguir así- Zhan solo lo veía sin poder articular palabra- Zhan de verdad me gustas, y sé que yo también te gusto, y no estoy dispuesto a seguir fingiendo que no lo sé. Esa noche te escuche, y por eso me quede a tu lado, pero cuando quisiste hablar de eso yo no supe que decir, entonces de verdad hable sin pensar, y aquel día en el jardín yo de verdad te dije lo que sentía-

Yibo al fin le había abierto su corazón a Zhan, y estaba dispuesto a aceptar lo que sea que pasara después de eso. Si lo aceptaba seria el hombre más feliz de la tierra, pero si lo rechazaba, lo entendería y se alejaría, lo dejaría en paz.

A TRAVÉS DE TU MIRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora