Natural

970 164 8
                                    

Valentina tomó con delicadeza la mano de Juliana. La morena se erizo al contacto, miro su unión y después miro confundida a Valentina.

- Mi papá nos está viendo. Señaló con sus ojos hacia la dirección, Juliana miró de reojo. El señor León bebía una copa y tenía una gran sonrisa.

- Los tienes cautivados. Valentina le sonrió ampliamente. Juliana cada vez se acostumbraba más a verla así.

- Nunca la vi sonreír tanto. Juliana le dijo mientras caminaban descalzas y con las manos tomadas.

- Ya estamos retrocediendo. Háblame de tú.
- Perdón, la costumbre.
- ¿Cambio tu percepción de mi? Le preguntó relajada. Este nivel de complicidad le traía calma.

- Por completo. Sobre todo ayer en la noche. Se rio Juliana al recordar su estado de ebriedad.
Valentina la chocó contra su hombro sin soltar su mano en señal de respuesta a su broma.

- Por cierto ¿no dije o hice nada inapropiado verdad? Preguntó preocupada la castaña.
- No, para nada.
- Juliana, tengo que confesar algo. Le dijo de repente con un semblante mucho más serio.
- Dime. Le respondió intrigada.
- Mi papá quiere que te proponga matrimonio.
- ¿Qué? Se detuvo de golpe.
- Lo se, pero después de eso seré presidente. Y podremos inventar algo para seguir con el plan.

Juliana soltó la mano de Valentina y se paró frente de ella.

- No, no, no, es demasiado. Eso saldría en las noticias. Mi mamá las vería, todos en la oficina... no, no, no. Comenzó a tocar su propio su rostro, su cabeza en desesperación.

Valentina tomó ambas manos de Juliana y la abrazó tierna y suavemente. Juliana se paralizó ante el calor de su jefa.

- Nos debe estar viendo aún y no quiero que piense que peleamos. Le susurro al oído.
Sus respiraciones se volvieron un poco más agitadas, ambas estaban nerviosas, nunca habían tenido un contacto tan cercano.

Juliana se separó lentamente del abrazo. En el trayecto sus rostros quedaron de lado, sus miradas se cruzaron, había confusión, timidez, pena y algo de miedo en sus ojos.

Valentina miró los labios de Juliana y la respiración de la morena se aceleró.
Valentina completamente hipnotizada se acercó un poco como si su mente y cuerpo estuvieran desconectados. De momento reaccionó y movió su cabeza intentando salir del trance.

- Lo siento es que... mi papá nos ve, perdón.

- Lo se. Está bien. Respondió Juliana tragando saliva.

Valentina comenzó a caminar y Juliana la siguió.

- Ven. Valentina tomó la mano de Juliana y la guió hacia un extremo de la playa. Ahí había grandes rocas. Valentina se sentó ahí y las olas mojaron sus pies, Juliana se sentó a su lado.

- Aquí no nos verán. Le dijo con voz baja.
Juliana estaba muy nerviosa, no respondió nada.

- No tienes que decir que si ahora, voy a pensar en un plan y si no estás de acuerdo seguimos con el anterior y sales de esto rápido. Valentina le dijo tranquila, había vuelto a ser la persona estoica que era tan difícil de descifrar para Juliana.

- Ok. Respondió con más dudas que certeza.

Ambas continuaron viendo las olas, sintiendo la brisa y el agua golpear sus pies.

- Si lo haremos tiene que ser cuando nadie lo espere, solo pocas personas, sin prensa ni tiempo para fotos. Dijo no muy convencida Julián.

Valentina la volteó a ver sorprendida, ¿estaba aceptando la propuesta?

La PropuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora