Tiempo límite

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-  Valentina estás loca, no te puedes casar con una empleada del grupo. Le dijo Sergio.
- Yo no sabía que trabajaba aquí. Contestó con los ojos cerrados y una mano en su frente. Todo esto le estaba dando dolor de cabeza.
- Valentina si ella dice algo de lo que hablaron, te podrías meter en problemas.
- No hablará.
- ¿Cómo puedes estar segura? Deberíamos darle una carta de confidencialidad. Sugirió preocupado.
- Confió en ella. Llama a Luciano Rivera saldré con él de nuevo.

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Valentina estaba comiendo con Luciano, ignorandolo completamente. Solo dejaba de ver el celular de vez en cuando para asentir y emitir algunas opiniones vanas.

Sergio pasa por mi por favor.
Escribió Valententina.

- ¿Pedimos el postre Vale?
"¿Por qué me dice Vale?"
- No, discúlpame, tengo que encontrarme con mi papá antes de que salga de viaje.
- Tu asistente me dijo que tenías algo que proponerme. ¿Qué es? Preguntó sonriendo.
- Ammm "no, no puedo casarme así"
- ¿Te puedo marcar más tarde? Ahora realmente tengo prisa.
- Si, déjame pagar y te acompaño afuera. Sugirió amable.
- No te preocupes, ya pedí lo cargarán a mi cuenta. Gracias por la plática. Nos vemos.

Valentina subió a la camioneta.
- ¿Qué pasó? Esta vez duraste toda la comida al menos. ¿Le dijiste del matrimonio?
- Vamos al hospital de ayer. Le dijo al chofer ignorando a Sergio.
- ¿Por qué vamos al hospital? ¿Estás bien?
- Si, olvide algo nada más.
- Tu papá me llamó , me dijo que no contestabas el teléfono.
- Si, me escribió, lo veré en el aeropuerto a las 8 antes de que se vaya a Panamá.
- ¿Querrá el nombre? Preguntó Sergio.
- Seguramente. Contestó derrotada Valentina.

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Valentina se dirigía hacia la recepción del hospital cuando chocó con alguien.

- Disculpe.
- ¿Juliana?
- Directora Carvajal buenas tardes. Contestó sorprendida la morena.
- ¿Estás... llorando? Preguntó tímida Valentina.
- Ah, no. Juliana se limpió las lágrimas que había en sus ojos y sonrió ligeramente.
- ¿Cómo sigue su nariz? Preguntó amable. Seguramente había vuelto para revisarla pensó Juliana.
- Bien. Gracias.
- Me alegro, con permiso Directora.
Juliana continuó su camino. Valentina la observó alejarse.

- Buenas tardes señorita ¿en qué puedo apoyarla?
- Me gustaría saber el cuadro clínico de un paciente.
- ¿Es familiar? Preguntó la recepcionista.
"Por qué te interesa saber cómo está su mamá?" Se cuestionó la castaña.
- No importa, solo me gustaría pagar la cuenta de la señora Valdés.

Valentina pasó su tarjeta de crédito y subió de nuevo a la camioneta.

- ¿A donde vamos ahora? Preguntó Sergio.
- No se. Contestó Valentina sin energía.
- ¿Estás bien?
- ¿Hay un código que prohiba relaciones personales en la empresa? Ignoró la pregunta de Sergio.
- Mmm no se Valentina, creo que sólo es mal visto. Tendría que checarlo con recursos humanos y jurídico. ¿Sigues con la idea de la chica de marketing?
- Juliana se llama y no se, no se que hacer, en una hora veo a mi papá.

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