Desayuno

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Valentina abrió los ojos cuando un pequeño rayo de luz la comenzó a molestar. Su cabeza dolía. Seguro tenía que ver con las botellas de vino que bebió, si bien en su juventud tuvo algunos problemas con el alcohol, ahora su cuerpo no estaba tan acostumbrado.

Apenas comenzó a llegar la consciencia de estar completamente despierta recordó la velada anterior, no pudo evitar sentirse incómoda y avergonzada con su comportamiento con Juliana. Tenía partes de la noche pérdidas, no recordaba cómo había llegado a la cama y cómo se había puesto la playera que tenía puesta. Buscó a Juliana en el cuarto y no estaba ahí, el lado derecho de la cama estaba también desarreglado. Y entonces miró el sofá, estaba completamente ordenado ¿había dormido en la misma cama con Juliana? "Haz memoria Valentina" se dijo para sí misma.

Pocos segundos después se preguntó "¿dónde está? Se lavo la cara y dientes, tomó un short de uno de los cajones y bajo las escaleras.

Algo de ruido provenía de la cocina. En cuanto más se acercaba más de escuchaban las risas. Si, en definitiva era Juliana. Se asomó por la puerta. Su falsa prometida estaba cocinando junto con Chivis, haciendo que esta diera unos torpes pasos de baile al ritmo de bachata. Una gran sonrisa se formó en su rostro al ver esa escena, no sabía cómo, y no sabía por qué, le llenaba el corazón ver cómo Juliana se integraba de manera tan fácil con su padre y ahora con Silvina.

- Mi niña ¿Ya despertaste? Le dijo Chivis al verla ahí en el marco de la puerta. Con eso Valentina rompió el trance y entró tímidamente.

- Buenos días, se ven muy felices. Les dijo sonriendo.

- Ay es que Julianita es tremenda, me está enseñando a bailar. Valentina miró a Juliana con una sonrisa y la morena se la devolvió.
Juliana se veía fresca, traía un vestido azul claro , sandalias y el pelo con sus ondas naturales. "¿En que momento se había bañado y arreglado?" Pensó.

- Buenos días. Le dijo Juliana quien se acercó a ella para darle un beso en la mejilla. Valentina no lo esperaba para nada. Se sonrojó al instante.

- Julianita te está preparando unos chilaquiles, ya me contó que se desvelaron mucho.

Los chilaquiles verdes eran sus favoritos, por un instante se preguntó si Juliana lo sabría, no, no había manera.

- Gracias. Le respondió con una pequeña sonrisa.

- Toma. Juliana sirvió jugó en un vaso y se lo dio a Valentina. Era algo extraño, estaba recibiendo demasiadas atenciones por parte de la menor, claro que estaba acostumbrada a que hicieran ese tipo de cosas por ella, pero no de este modo. Se sentía bien.

- Voy a llamar a mi mamá, ahora regreso. Les dijo a ambas. Valentina solo asintió y la vio marcharse.

- ¿Todo bien mi niña? Estás muy seria. Le dijo Silvina.
- Si, solo tengo resaca.
- Oye, elegiste muy bien, Julianita es muy buena.
- Lo se, se llevan bien eh, ya me cambiaste Chivis. La molesto.

- Tú siempre serás mi favorita. Le dio un pequeño abrazo por detrás. - Pero se ve que te quiere mucho, me vio aquí en la cocina y luego luego me dijo que ella te cocinaría.

Valentina sonrió. Definitivamente Juliana la tenía cautivada.

- Juliana se tardó mucho ya, voy a verla.
Le dijo a Chivis.

Valentina se cruzó con su padre en su camino a buscar a Juliana.

- Hija, buenos días.
- Buenos días papá ¿Has visto a Juliana?
- Está afuera hablando por teléfono.
- Voy a buscarla.
- Espera, tenemos cosas por cerrar Valentina.
Valentina lo miró confundida.
- Sobre el anuncio de tu toma de la Presidencia del grupo.
Valentina sonrió ligeramente, por fin su padre estaba cediendo y vería culminado el esfuerzo que había hecho estos años en el Grupo Carvajal.

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