A puerta cerrada

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- Adelante. Dijo León sin dejar de mirar su tableta. "¿Cómo supo que estaba a punto de tocar su puerta?" Pensó Juliana.

- Señor Carvajal. Buenos días, ¿Cómo está?
- Bien, gracias Juliana ¿y tú? Respondió amable.
- Bien gracias. Respondió tímida.
- Ayer no pude despedirme de ustedes. Comentó León Carvajal con cierta desfachatez.
"¿Será por qué me ofreció 10 millones de pesos como gánster de una mala película?" Se dijo para sí misma Juliana.

- Si, lamentó irnos así, me sentí un poco mal. Mintió. Tenía que llevar la fiesta en paz, era el presidente, tenía un poder inmenso sobre su trabajo y más importante era el papá de Valentina, por alguna razón sentía la necesidad de agradarle de nuevo.

- Mira Juliana. Se acercó más a ella y se sentó en el borde del sillón. Con una señal la invito a sentarse también.

- Se que ayer fui muy rudo contigo y lo lamento. Pero necesito que entiendas que siempre protegeré a mi hija.
De nuevo Juliana volvió a sentir sus palabras como amenaza.

- No hay nada de que protegerla Presidente.

- No me digas presidente, dime Leon, en tres días mi hija será a quien llames así. Río León.

- Me gustaría tomar algunas decisiones antes de eso. Dijo León y Juliana trago saliva.

- Es por eso que me llamó supongo.

- Hable con tu Superior, la Lic. Lucia. Me comentó que eres un colaborador invaluable para la compañía. Verás... está por inaugurarse un corporativo filial para expandirnos y necesito alguien de confianza...

El rostro de Juliana cambió totalmente, ahora sabía bien qué juego estaba jugando León Carvajal.

- Le hice llegar una propuesta económica a tu jefa, por favor revísala y me das tu respuesta.

- Supongo esta filial está en otro estado. Respondió un poco molesta Juliana.

- En Texas precisamente, revisé tus documentos y eres ciudadana americana, soluciona problemas por visados y esa burocracia.

- Y sería Perfecto, porque me alejaría de Valentina. Respondió sin disimular su molestia.

- Señor Carvajal, no quiero ser grosera, agradezco considerarme...

- Tal vez Valentina decida ir también, Guillermo podría Presidente entonces. Interrumpió el padre de Valentina a Juliana antes de que pudiera terminar de rechazar la propuesta.

- No hay nada que Valentina quiera más que esa Presidencia. Respondió dolida, no sabía bien que cartas estaba jugando León Carvajal pero las quería separadas ese era un hecho.

- Pronto irás a Houston con tu mamá ¿no?

- Si. Respondió. "¿Hay algo que este señor no sepa?" Pensó fastidiada.

- Bueno... analiza bien esa propuesta. Plática con mi hija, creo que tendrán muchas decisiones que tomar en pareja.

"¿Siempre es tan sarcástico y manipulador?" Pensó.

- Con permiso.

Juliana salió de esa oficina con miles de sentimientos. Angustia, enojo, incertidumbre, tristeza. Sin pensarlo presionó el botón del elevador un piso abajo.

- Juliana, buenos días. Dijo Sergio sorprendido al verla.

- Hola Sergio buenos días ¿Está Valen... la Directora? Corrigió al instante.

- Si, pasa, no creo que te necesite anunciar.

- Gracias Sergio. Sonrió ligeramente.

Valentina estaba en su escritorio haciendo una llamada. El sol que llegaba desde atrás se reflejaba en su pelo y Juliana perdió el control por completo, era perfecta, simplemente perfecta para ella.

Cuando Valentina vio que Juliana estaba ahí abrió un poco los ojos. Conocía a Juliana, habían acordado no mezclar lo profesional con lo personal, tratar cualquier tema que tuviera que ver con su relación, falsa o no, fuera del edificio. Estaba sorprendida de tenerla al frente.

- Le llamó más tarde. Colgó el teléfono y se levantó de su silla para acercarse más a Juliana.

- ¿Todo está bien? Preguntó preocupada.

Juliana se acercó más y a prisa sin contestarle. Solo necesitaba sentirla, un abrazo...

Valentina la abrazó de vuelta y colocó su cabeza entre su cuello.

- Hey ¿Qué pasa? Se separó un poco para poder ver su rostro.

- Nada, solo quería verte.

- Pero estás llorando. Limpió algunas lágrimas que corrían por su mejilla con delicadeza.

- ¿Pasa algo con tu mamá? Juliana movió su cabeza diciendo que no era el motivo.

- ¿Alguien del corporativo dijo algo? Juliana volvió a negar con su cabeza.

- ¿Entonces? Preguntó preocupada y dulce.

Juliana no quería decirle que era por su padre. Lo único que supo hacer para callar sus propios pensamientos y evitar que Valentina preguntara más fue uniendo sus labios a los de la castaña. Desde luego Valentina no opuso resistencia.

El beso fue subiendo de tono, ninguna de las dos quería separarse, necesitan sentirse cerca.
Las manos de Juliana se pusieron en la cintura de Valentina y la atrajo con un poco de rudeza más hacia ella. Valentina emitió un pequeño quejido al sentir el choque. No sabía que Juliana podía ser tan dominante y no sabía que le gustaba ser tan dominada.

Valentina caminó hacia delante sin dejar de besarla y ahora colocó a Juliana contra su escritorio. La morena abrió las piernas instintivamente para darle acceso a la castaña.

Las manos de Valentina estaban en las caderas de Juliana. El aire comenzó a faltar y la mayor se separó del beso. Recordó que estaban en la oficina y que las cortinas no estaban abajo, tal vez Sergio las veía desde afuera en completo shock o riendo.

- Voy a cerrar la oficina. Dijo con la respiración agitada.

-  No, perdón , me deje llevar. Dijo apenada Juliana y también con dificultad.

Valentina dejó un delicado beso en su mejilla y uno más largo en sus labios.

- Me gustan tus labios Juls. Dijo sin poder dejar de mirarla.

Juliana sonrió.
- Tú me gustas también. Respondió.

- ¿Ya me dirás qué pasa? Valentina y Juliana aún estaban en la misma posición.

- Es que no se como decirlo... yo no quier...

- No es necesario que me anuncies Sergio.
León entró a la oficina con Sergio detrás de él intentando detenerlo.

Valentina río con la escena y la cara de preocupación de su asistente. "Menos mal no entro tres minutos antes"

Valentina se colocó a un lado de Juliana y la morena acomodó ligeramente su cabello.

- Me imaginé que estarían juntas. ¿Ya han tomando una decisión?

- ¿De que hablas papá? Miró confundido a León y después a Juliana.

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