Miradas

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"Contesta Juliana" Se decía Valentina a si misma que miraba su celular con cinco mensajes sin leer. Quería llamarle pero estaba dentro del horario laboral, sabía que tal vez Juliana estaba reunida con su jefa o algo así.

- ¿Qué pasa? Preguntó Sergio quien se acercaba a su escritorio para dejarle unos papeles.

- Juliana no me responde, no se que está pensando.

- Ooookey, nunca te había visto así Valentina, no sé si esta versión tuya me gusta o me preocupa. Dijo Sergio mirando con cierta duda a Valentina quien se movía de lado a lado en su oficina.

Valentina solo se limitó a mirarlo de reojo, sin darle mucha importancia a su comentario.

- Aquí están las wedding planner que están disponibles para hacer una boda tan pronta, no son muchas, por cierto.

- Gracias. Quiero algo sencillo de todas formas.

- ¿Y sabes que es lo que quiere ella? Le cuestionó en un intento más de hacerla entrar en razón.

- Osh, no te soporto cuando me das lecciones. Voy a salir. Se colocó su blazer y salió de su oficina.

Juliana se encontraba en su oficina terminando un reporte apenas concentrada en él. Cuando sintió una mirada sobre ella. Era Valentina que se asomaba por afuera del cristal. En cualquier otro escenario sería algo divertido de ver pero ahora no podía causarle más incomodidad.

- Valentina ¿Qué haces aquí? Alguien te puede ver, por favor hablemos más tarde. Susurró Juliana quien se paró de inmediato y hablaba tan bajo para que nadie escuchara, pero ya era demasiado tarde. Valentina Carvajal jamás salía de su piso, todas las miradas estaban puestas sobre la pareja.

- Perdón, no me respondías y... perdón. Da igual, de todas formas todos saben que estamos comprometidas. Intentó justificarse.

- Pero este es mi trabajo, quiero ser reconocida por lo que hago no por con quien ando. Respondió un poco molesta y fastidiada.

- Tienes razón Juls, perdón. Solo acepta hablar conmigo cuando salgamos de trabajar, no me pienso ir si no me dices que sí. Valentina sonrió y eso casi bastó para romper la barrera de Juliana.

- Val, ya vete por favor. Le dijo más tranquila y con un ligera sonrisa.

- Vamos, sabes que soy muy convincente, te dejo ahora pero vuelvo por ti a las seis. Sonrió Valentina y Juliana no pudo evitar hacerlo también.

- Ok Val, pero no vengas aquí, te veo en tu auto.

- Ok. Te enviaré un café, y por favor no te preocupes por lo que dijo mi papá, me voy ya. Sonrió una vez más.

- Buenos días a todos. Dijo Valentina mirando a quienes veían expectantes a las dos hablar. Esto avergonzó a Juliana y llenó de miedo a los demás.

- Wow. Nunca creí ver a Valentina en este piso, menos en estos pasillos. Mayela le comentó a Juliana a una vez se sentó de nuevo en su pequeña oficina.

- Licenciada Valdez, traigo un café para usted. Buen provecho. "Trágame tierra" pensó Juliana al recibir el café.

- A nadie le traen café hasta aquí. Ser la prometida si tiene beneficios, ni siquiera pensaría que la Directora sería alguien detallista.

Juliana no podía estar más abrumada con todo esto, los privilegios, la atención, la constante presión de León Carvajal, la enfermedad de su madre, su propio trabajo, todo era demasiado para ella en este momento.

- Juliana ¿Estás bien? Pregunto preocupada su amiga.

- Si, si, estoy bien.

- ¿Segura? Estás muy pálida.
- Si Mayela estoy bien. Solo es que, es todo demasiado. Necesitaba externarlo.

- Ok, sé que la atención no te gusta, pero todos se acostumbrarán, no te preocupes, aparte no todos pueden presumir que alguien los quiere tanto como la Directora se ve que te quiere. La traes loca amiga. Bromeo Mayela para intentar relajarla.

- En serio Juliana, nunca había visto sonreír a Valentina Carvajal, y la verdad es muy bonita, no deberías sentirte mal por lo que piensen los otros ¿Tú eres feliz, también la quieres?

A Juliana la taladró esa pregunta ¿Realmente la quería? Y la respuesta era si, la quería, le encantaba y se estaba volviendo su lugar seguro.

- Si Mayela, obvio la quiero, y tal vez todos pensarán que como es rica y bonita soy la más afortunada pero de verdad cambiaría todo eso porque las cosas fueran más sencillas.

- No se que pase y sé que nunca me lo dirás porque eres dura como una piedra. Bromeo de nuevo.
- Pero de verdad espero que te enfoques más en tu felicidad, si realmente se quieren lo demás estará bien. Agregó su compañera.

- Te dejo seguir trabajando Juliana, no quiero que Lucía me regañe.

Tal vez Mayela tiene razón, tal vez las cosas podrían estar bien, pero por qué no dejaba de sentir tanta angustia.

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⏰ Última actualización: Jan 22 ⏰

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