CAPÍTULO 10: CAMBIO DE RUTINA

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CAPÍTULO 10: CAMBIO DE RUTINA

Pasó una semana desde el incidente, había bastante tensión e incertidumbre en el ambiente. Los profesores habían aumentado sus guardias y Minerva había hechizado las armaduras para que estuvieran vigilando todo el tiempo el castillo, pero no había encontrado nada.

Algunos pensaban que el que hubieran visto a alguien en el castillo fue solo una mentira, mientras que otros acusaban que era una estratagema para calmar a la gente y volver a atacar cuando menos se lo esperasen.

Varios dedos y miradas señalaban al ex-mortífago, pero otros, como Harry y poca gente más, defendían al pocimista que procuraba estar más a la vista de todo el mundo para que no pensaran que era el culpable y cerca de Harry para protegerlo. Era raro hacer eso último sin que este lo notara, se había pasado gran parte de su vida vigilándolo desde las sombras y era algo extraño tenerlo al lado, al principio lo intentó como antes, pero Harry siempre lo notaba y le decía que era una tontería y algo sospechoso que hiciera eso.

Si antes pasaban tiempo juntos ahora más ya que Severus no se sentía tranquilo de dejar solo al joven que intentaba aparentar tranquilidad por la situación, pero era todo lo contrario.

El que supiera que había un peligro cercano y la constante presencia de Snape no ayudaban en nada ya que empezaba a darse cuenta de varias cosas y, por mucho que lo pensaba, no acababa dándole una respuesta, no al menos una que le gustara pues estaba empezando a sentir algo mucho más personal e intenso por el pocimista que empezó a aflorar desde aquel baile y le daba miedo.

¿Cómo había podido enamorarse? Y ¿cómo iba a conseguir que Severus sintiera algo por él? Ya había dejado muchas veces en claro que no le agradaba, aunque desde que trabajaba allí al menos le toleraba y cada día se mostraba más amable. Lo que más temía Harry es que si llegaban a tener algo seguro que se aburriría de su compañía ya que no había vivido tanto como Severus ni sabía la mitad de lo que él sabía y le había hecho la vida desdichada desde el momento que decidió vigilarlo y protegerlo del señor oscuro.

Harry pensaba que Severus merecía a alguien mejor, alguien más sensato e inteligente, alguien que no tuviera como carga, alguien que supiera proteger a los suyos, no como él que había dejado atrás a muchos por su culpa.

Era lo que casi siempre pensaba cuando su mente tocaba ese tema y le dolía saber que esta vez tenía más razón que su corazón.

Supuso que debía cargar con aquel sentimiento y ocultarlo ya que prefería seguir teniendo aquello con Severus que arriesgarse y perderlo.

Ya había sonado la campana que anunciaba el fin de las clases, más de un alumno salió corriendo de clase de DCAO mientras se despedía de su profesor y le deseaba un buen fin de semana mientras que Harry recogía sus cosas con tranquilidad pues prefería quedarse más tiempo que sufrir aquella avalancha de estudiantes deseosos de disfrutar de sus horas libres hasta el siguiente lunes o, en su defecto, hasta la siguiente clase que le tocara esa tarde.

Con un movimiento de varita ordenó los libros y materiales que había usado y se aseguró de que ningún alumno se hubiera dejado nada en sus asientos.

- No son de primero, Potter, si pierden algo será asunto suyo - escuchó la profunda voz de Severus.

Harry inconscientemente sonrió de oreja a oreja y lo saludó.

- ¿Ha acabado usted también? Ya sabe que no hace falta que me escolte todos los días, aunque agradezco el gesto - dijo por aquel habito que se estaba convirtiendo en costumbre ya que Severus decía que no podía bajar la guardia.

El mayor frunció el ceño y se mostró indiferente.

- Para ir al gran comedor debo pasar igualmente por aquí, así que no se lo tenga tan creído - se excusó haciendo que Harry volviera a sonreír ya que sabía que era mentira.

Cursed (Snarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora