CAPÍTULO 11: TEATRO
Después de aquello la relación se Harry y Severus se volvió un poco más cercana, aunque solo cuando estaban a solas ya que cuando estaban delante de la gente procuraban que no se vieran tan familiares.
Lo cierto es que no sabían por qué lo hacían, aunque debía admitir Harry que le hacía gracia cuando Severus suavizaba su expresión, o incluso sonreía, cuando estaban a solas y como se volvía sería e indiferente cuando aparecía alguien.
Era como un extraño juego para ellos igual que esos coqueteos que de vez en cuando se lanzaban y que le hacían confirmar a los dos que sentían algo el uno por el otro, pero nadie se había atrevido a dar el primer paso.
Irónicamente porque los dos pensaban que no era merecedor de ese amor ni de estar con el otro después de todo lo que le hizo sufrir.
Pero a Harry le gustaba todo aquello, sobre todo aquellas especies de citas que habían tenido, como el día que volaron, otro donde fueron al lago por la noche para, supuestamente, vigilar que no hubiera estudiantes merodeando o buscar al supuesto intruso que ya había quedado como algo pasajero y lejano, las muchas veces que habían ido al pueblo para tomar algo en las Tres Escobas, las noches que habían quedado en la sala de astronomía para, otra vez supuestamente, observar las estrellas para asegurarse de un tema para la próxima clase.
Los dos estaban casi siempre expectantes esperando cualquier nota o invitación del otro, en especial, los fines de semana ya que solían salir del castillo.
Esa mañana del viernes recibió una carta de Niger que graznaba esperando a que le hiciera caso para cumplir su misión. Y, como ya se hizo costumbre, Harry le dio un premio sin miedo a que lo picoteara o arañase ya que ya no solía hacerlo.
He ganado dos invitaciones para un espectáculo muggle en Londres esta noche. ¿Quiere venir?
Si es así le espero en mi despacho a las 18:00.
Fdo: SS.
Harry se extrañó un poco, ¿una obra de teatro muggle? Eso era inusual, aunque pensó que a lo mejor era una broma de mal gusto que solían hacer en la radio o periódico del mundo mágico, a veces mandaban como broma pesada invitaciones para películas y espectáculos muggle para reírse ya que nadie quería ir a esos espectáculos tan aburridos en comparación con los del mundo mágico.
Aunque, si lo pensaba, era una buena idea. En el mundo muggle nadie le reconocería y no tendría que soportar a la prensa como le pasó la semana pasada cuando quedó con Severus en el Callejón Diagón para comprar unos libros que necesitaba.
Además, le venía bien esa visita ya que se acercaba el cumpleaños del señor Weasley y estaba seguro que le gustaría cualquier objeto del mundo no mágico.
Tomó una pluma, respondió en la parte de atrás su afirmativa respuesta y salió con una sonrisa en los labios y estuvo de muy buen humor durante el resto del día. Al igual que Severus que casi no bajó puntos a nadie ese día y no puso casi nada de tarea.
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Había llegado la hora que habían acordado, Harry se miró varias veces en el espejo comprobando que sus ropas no fueran muy llamativas para los muggles y que le sentaran bien, pero, después de probarse casi toda su ropa decidió ponerse una camisa roja y unos vaqueros normales.
Bajó hasta el despacho del profesor que estaba corrigiendo un par de redacciones mientras esperaba.
- Buenas tardes, Snape – saludó con una sonrisa que no se molestó en ocultar - ¿Está listo?
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Cursed (Snarry)
FanficHan pasado varios años desde la segunda guerra del mundo mágico. Harry era el jefe de los aurores del ministerio, pero, después de tanto tiempo, ya está aburrido de luchar contra magos oscuros y peligrar su vida así que decide aceptar la oferta de...