CAPÍTULO 3: GUANTES

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CAPÍTULO 3: GUANTES

Después de aquello el trato que tenía Harry con el hombre había cambiado mucho, en todo momento intentaba ser amable con el mayor que cada vez se sentía más exasperado por aquel comportamiento. Nunca había sido nadie tan amable con él, en especial después de lanzar todas sus palabras y recursos llenos de veneno para que afectara a la autoestima del pelinegro.

Llegó a un punto que Snape ni siquiera se molestaba en provocarlo, solo se dedicaba a ignorarlo cuanto mejor sabía, pero no ayudaba que el joven le invitara algunos fines de semana a tomar el té o a que a veces le buscara para pedirle consejo sobre la materia.

Neville después de saber lo que pretendía su amigo decía que era una pérdida de tiempo puesto que, Snape nunca abriría su corazón ante nadie ni mucho menos conseguiría que fuera amable con otra persona, mejor dicho, con otro ser vivo. Pero Harry, como buen Gryffindor que es, era cabezota y creía que lo que estaba haciendo daba poco a poco sus frutos pues, en vez de ver algo negativo el que Snape le ignorara, lo veía como algo positivo puesto que ya no le insultaba o le criticaba por cualquier cosa.

Ese día había un partido de quidditch, el primero del curso, Gryffindor contra Slytherin, todos sabían que sería un partido bastante reñido por esa competitividad que tenían entre ellas dichas casas y porque ese año los dos equipos estaban bastante igualados en cuanto a velocidad y fuerza así que sería interesante.

Todos los alumnos estaban en las gradas vestidos de su equipo y apoyando a sus compañeros, incluso había algunos que se habían disfrazado con la mascota de su equipo mientras que los profesores observaban desde sus gradas animando a sus alumnos y procurando que a ningún forofo se le fuera de la mano y atacara o lanzara alguna maldición a escondidas para que perdiera el otro equipo.

Harry miró el cielo, por suerte hoy era un día despejado y bastante soleado, casi parecía que alguien había hecho un hechizo de buen clima para el partido de hoy así que había dejado atrás su abrigo, guantes y bufanda. Por un momento miró de reojo a Severus que no se había quitado ni una prenda, incluso, si se fijaba, parecía que se estaba frotando los brazos para entrar en calor. El de pelo azabache lo miró extrañado y se acercó.

- Se les ve muy animados, ¿no cree? – intentó ser de nuevo amable, pero este apartó la mirada y le ignoró – Hace muy buen día, ¿no cree? Casi parece que estamos en plena primavera – intentó de nuevo ser amable, pero el hombre todavía no le hacía caso - ¿Quién cree que ganará? No es porque haya sido mi antigua casa, pero creo que Gryffindor ganará, su buscador parece bastante bueno – dijo mirando a los estudiantes.

- Potter – le llamó harto de aquello - ¿No ve que intento ignorarlo? Estoy aquí en calidad de jefe de casa, no me interesa lo que tiene que contarme o el partido – sonó cortante.

De pronto, un ligero viento frío chocó contra ellos, para Harry fue solo una brisa, pero para Severus aquello fue como un viento del polo ártico ya que uno de los efectos secundarios que tuvo desde la mordida de Nagini era que le costaba bastante mantener el calor corporal.

Harry se dio cuenta de la incomodidad del pocimista, había visto por un segundo que el más mayor tenía un escalofrío que logró controlar para todos, todos salvo Harry ya que una de las habilidades que había conseguido con estos años era la capacidad de observación y casi nada se le escapaba.

- ¿Se encuentra bien? ¿Acaso tiene frío?

- No – respondió seco, pensando que a lo mejor lo preguntaba con maldad, ¿y si el que pasara casi siempre frío era por su culpa? Si se ponía a pensar tenía sentido, ¿qué mejor manera de aumentar más su venganza teniendo en cuenta que vivía en las mazmorras, bajo el suelo de Hogwarts?

Cursed (Snarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora