Cursed (Snarry)

CAPÍTULO 14: POR LA AMISTAD

CAPÍTULO 14: POR LA AMISTAD

Durante esa noche Harry casi no durmió, no entendía porque le había dolido tanto las sinceras y un tanto cortantes palabras de Severus. A veces amaba esa sinceridad mordaz y otras se le clavaba como puñales al corazón.

Bueno, realmente si se ponía a pensar, entendía su punto de vista, no la compartía, pero la respetaba y tampoco es que estuvieran casados o algo así, simplemente estaban saliendo, aunque Harry ya sabía que al menos le gustaría pasar su vida con Snape por muy extraño que sonara ya que era como la parte que siempre le había faltado en su vida. Cuando estaba con él se sentía completo, sabía que podía contarle todo y confiar plenamente en él y sus besos y caricias eran como un bálsamo para sus heridas después de un duro día.

Había sido muy injusto por su parte haberse comportado así con el mayor, él solo le había dado su punto de vista y Harry se había comportado de forma muy descortés, ni siquiera le había dicho la verdad y, aunque ahora supiera lo que pensaba el mayor sobre tener hijos, Harry sentía que también tendría que haber dado su punto de vista sobre el tema y no haber evadido la conversación como un cobarde.

Al fin y al cabo, había aprendido de Severus que era mejor dejar las cosas claras y dar siempre su punto de vista.

Debía de hablarlo con él lo antes posible.

Lo buscó durante un buen rato, pero no lo encontró ni nadie lo había visto. Ya era la hora de desayunar así que esperó encontrarlo allí para hablar, pero cuando llegó ya había varios alumnos y profesores comiendo así que lo miró conforme entraba esperando que lo notara, pero solo cruzaron miradas durante un segundo ya que el Hagrid se acercó al pocimista y empezó a hablarle de manera muy entusiasmada, algo muy inusual para el semigigante que solía tener un comportamiento cortés con el profesor.

Harry suspiró y fue a su sitio planeando que en cuanto el mayor se levantara él haría lo mismo y hablaría con él a solas. Al menos no creía que estuviera enfadado ya que en su mirada no vio molestia o furia, más bien preocupación e inquietud, incluso se atrevería a decir que vio un brillo de alivio cuando notó su marada.

- Ey Harry, ¿y esa cara tan larga? – habló Neville que apareció y se sentó a su lado

- ¿Eh? – reaccionó al fin – No, nada – sonrió.

- ¿Qué mirabas tanto? – miró donde Harry había colocado la vista – Oh, ya veo, Severus

- ¿Severus? ¿Desde cuándo te atreves a decir su nombre sin tartamudear? - bromeó.

- Bueno... como dijiste que teníamos que intentar llevarnos bien... - alzó los hombros haciendo que Harry sonriera por ver que Neville había aceptado la posibilidad de llevarse bien con él.

- Pues no lo digas mucho, no le gusta que le llamen así. Seguro que si dices tres veces su nombre aparece detrás de ti para castigarte – bromeó.

- Por favor no, no me apetecería ver eso – rio también - ¿Y cómo te va con él?

Harry se extrañó por esa pregunta que no entendía del todo.

- Bien, ¿por qué lo preguntas?

- ¿Es solo un amigo? Porque hay rumores que dicen lo contrario – sonrió de lado de una manera algo inusual en Neville, pero Harry no se dio cuenta ya que no pudo evitar sonrojarse del asombro.

- ¿P-pero qué dices? ¿Qué clase de rumores?

- No, ninguno, solo bromeaba – rio como si estuviera satisfecho por la reacción que provocó.

- Pues no es gracioso, ya sabes cómo es la gente en cuanto se extiende un rumor como ese. Que sepas que Snape y yo solo somos amigos y compañeros de trabajo... nada más - dijo intentando controlar su sonrojo.

- Estupendo– respondió algo distraído, como si no le importara o tuviera prisa por algo - ¿Qué te parece si brindamos? - alzó la mano donde tenía zumo de calabaza al igual que Harry

- ¿Brindar? Te noto más animado que de costumbre

- Es que estoy de buen humor, ya no nos queda nada para acabar y disfrutar de nuestras merecidas vacaciones. Además, me alegra que hayas podido llevarte bien con ese murciélago grasiento.

- Sabes que no me gusta que se refieran así a él.

- Jajajajaja solo bromeaba – alzó su copa - Por la amistad.

- Por la amistad – chocaron las copas y bebió todo el contenido mientras Neville sonreía.

De pronto, Harry empezó a sentirse mareado y se volvió pálido así que tuvo que dejar el vaso a un lado y agarrarse a la mesa que le parecía que tenía vida propia y que se movía.

- ¿Qué te pasa, amigo? – dijo con una sonrisa inusual.

- Nada, es solo un mareo – correspondió su sonrisa mientras intentaba hacer que todo no le diera vueltas.

- No tienes buena cara, será mejor que te lleve a la enfermería – se levantó y ayudó a su amigo a levantarse.

- No, no importa, se me pasará – dijo sin ser consciente de que ya estaba de pie y empezando a caminar fuera.

- No te preocupes, Harry, ya verás cómo te sentirás mejor – se lo llevó sin que nadie los viera, salvo Severus que había estado atento a todo y casi ignorando lo que le decía el semigigante entusiasmado explicándole algo que, realmente, no le interesaba nada.

- Y así es como se cría a un perro de tres cabezas – dijo Hagrid.

- Muy interesante, si me permite tengo que hacer una cosa – respondió distraído y yendo en dirección donde se había ido Harry con Neville ya que no le había gustado nada la cara que tenía.

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Harry iba con el brazo apoyado en el hombro de Neville hasta uno de los pasillos de la primera planta, su mareo persistía y ahora sentía un gran dolor en el pecho. Su vista se le estaba empezando a nublar y solo se limitaba a seguir los pasos que le marcaba su amigo.

- Neville, no me encuentro bien – confesó al fin mientras este lo sentaba en un banco de piedra y lo dejaba como si fuera un muñeco de trapo.

- Tranquilo, ya se pasará – habló con un tono suave - Tú solo deja que surja efecto, si no será peor.

Harry gimió de dolor, cada vez su cuerpo pesaba más, estaba empezando a sudar y a sentir una gran rabia y odio, igual que cuando Voldemort mató delante de sus ojos a Cedric o cuando vio ver la supuesta traición de Snape cuando mató a Dumbledore. Su cuerpo ya no aguantaba más y se derrumbó en el banco con un ruido seco.

- Eso, ponte cómodo mientras te cuento una cosa – se acercó a su oído y empezó a murmurarle algo de lo que Harry no supo que era ya que le dolía tanto todo que no era consciente de nada más.

Una vez que acabó de decirle aquello, Neville sonrió satisfecho y salió de allí dejando a Harry completamente solo y retorciéndose de dolor.

Con las pocas fuerzas que le quedaban intentó estirar el brazo y llamar a Neville, pero su voz había desaparecido. A lo lejos vio una silueta negra correr hacia él.

*Severus* fue lo último que pensó antes de caer en la inconsciencia.

CONTINUARÁ...