Capítulo 5: Steven, El vecino

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Los primeros días de trabajo de Helia habían sido atareados, yendo de un lado a otro, cumpliendo las diversas tareas que su endemoniada jefa le daba, la verdad la mujer a veces podía llegar a caerle bien, pero cuando veía como trataba al pobre de Steven, le daban ganas de golpearla.

Hablando de su extraño compañero, su relación era buena, era cordial y respetuosa, exceptuado aquel raro momento que había experimentado con él, el cual este mismo parecía no recordar, pero aun así se había disculpado por su conducta, ocasionando confusión en la joven, pero le  restó importancia. Fuera de eso el hombre seguía siendo que era con quien mejor se llevaba de los compañeros del trabajo. 

Todos los días que llegaba pasaba por la tienda el moreno para saludarlo y desearle un buen día, mientras que internamente le daba ánimos y fuerza para soportar a la rubia que tenían como jefa.

Aquella era toda la interacción que los dos tienen a lo largo de su horario laboral, después cada uno seguía su camino, y es que esperaban Helia siempre estaba absorta en su mundo escuchando música y Steven era demasiado tímido como para acercarse, aunque lo anhelara.

Luego de un largo día de trabajo la joven salió como bala del museo, antes de que su jefa se le ocurriera ordenarle alguna otra cosa.

Antes de ir a su casa, paso al supermercado para comprar algunas cosas que le faltaban en su hogar y tal vez algún otro dulce o comida chatarra. Mientras escuchaba el sonido del ascensor subir, su mente estaba ocupada pensando en que haría de comer y en la novela que pasarían esa noche, si sus cálculos eran correctos, llegaría a tiempo para ver el intro de la serie.

Las puertas del ascensor se abrieron sacando a la joven de sus pensamientos, mientras salía del artefacto del mal, que más de una vez le había dado un susto al creer que terminaría atrapada ahí, noto que en el apartamento contiguo al suyo, que estaba al final del pasillo a un hombre algo familiar, luego de verlo detenidamente, descubrió que era Steven, el cual por cierto no había ido el día de hoy porque estaba enfermo.

"Que pequeño es el mundo" pensó al descubrir que el moreno era su vecino.

Camino hasta él para saludarlo y preguntar por su salud, pero cuando se cruzó en su camino este solo la paso de largo golpeando en el proceso su hombro, recibiendo solo una disculpa de este.

La voz del castaño hizo que la cabeza de la chica hiciera un clic, no era la voz normal de su compañero era diferente más fría y seria, de hecho, tenía similitud con aquel hombre que la había chocado hacia varias semanas y le había tirado su café. Además de que no tenía el acento británico del castaño, un acento extraño pero británico al fin de cuentas.

Su mirada se dirigió al hombre que estaba en el ascensor, cruzando miradas con este, siendo esta penetrante, definitivamente ese no era su compañero de rulos, pero se veía igual a él.

Confundida vio las puertas del aparato cerrarse, creyendo ver en el proceso una rara figura con vendas cerca de él, eso había sido extraño, con movimientos lentos fue a su puerta del apartamento y lo abrió, necesitaba descansar.

Pero no pudo, su mente se dedicó a darle vuelta al asunto, "tal vez no había sido un buen día y el enfermarse no ayudo y por eso estaba así" fue una de las teorías que había pensado, ella era una de las que se ponía de un humor de perros cuando se sentía mal y nada salía como quería, pero la descarto, había algo en todo eso que no cuadraba, no sabía que era, pero simplemente era raro.

En la mañana se levantó con un cansancio horrible por no dormir bien, sentía que en cualquier momento caria dormida, pero se resistió.

Mientras meditaba la idea de pasar por una café con mucha azúcar para aguantar el día, sus ojos se dirigieron hacia la puerta del departamento de su compañero, tentada ante la idea de ir a tocar y preguntarle lo de anoche, pero lo descarto de inmediato, no era su problema, ni siquiera era su amiga o algo así como para llegar a preguntarle sobre cosas personales.

Antes de que pudiera caminar hacía el ascensor, la curiosidad de la morena pudo más que su razón, ya que con pasos veloces llego a la puerta del castaño y toco fuertemente la puerta, pero sin sonar desesperada.

Escucho un golpe fuerte, como si algo se hubiera caído al suelo, seguido de un lamento y un ya voy. Al abrirse la puerta vio a su compañero, con ojeras prominentes, él la observo confundido, ¿acaso era alguna clase de alucinación o realmente estaba viendo a su dulce compañera enfrente de él?, de la cual por cierto aún no sabía su nombre.

-Hola. - Susurro el mayor lo suficientemente alto como para que la castaña lo escuchara. - ¿Cómo? ¿Cómo supiste donde vivía?

-Oh veras el día de ayer creí verte salir de este departamento, lo cual me sorprendió ya que no sabía que eras mi vecino, pero me quedé con la duda así que vine a verificarlo. - Mientras decía esas palabras miraba de manera disimulada el apartamento del mayor, notando arena en el suelo cerca de su cama y una especie de esposa amarrada en la misma.

"Okey fingiré que no vi eso" pensó la joven ante lo que observo, desviando la mirada de aquello para concentrarse en el hombre delante suyo, el cual la miraba confundido.

-También quería aprovechar para preguntarte como estabas, ya sabes cómo faltaste ayer a trabajar porque te sentías mal. -Comento la chica que veía como el moreno parecía confundirse cada vez más por lo que decía.

-Ah, no recuerdo haber hecho eso, pero supongo que el no dormir bien me está cobrando factura. - No quería parecer un loco, pero era verdad que no recordaba haber avisado que estaba enfermo, para el aún era martes, pero evidentemente no lo era.

-Okeey, bueno ya vi que estas bien así que supongo que nos vemos en el trabajo. - Dijo la menor luego del silencio que se había instalado entre los dos, alejándose lentamente del hombre, el cual solo asintió.

Mientras la joven se encaminaba a su trabajo, siendo ligeramente aplastada por algunas personas del transporte publico, su cabeza recordaba lo que había pasado con su vecino no dejaba su mente tranquila, el tipo era una persona agradable, no es que hablara mucho con él, pero las pocas interacciones que habían tenido el solía ser muy educado con ella.

"Tal vez necesita alguien con quien hablar, ya sabes un amigo, a ti también te haría falta uno" le dijo su consciencia, provocando ella rodara los ojos con fastidio.

Pero la voz en su cabeza tenía razón, necesitaba un amigo, ya que los suyos estaban hasta la otra punta del mundo o del universo, por lo que la idea de hacerse amiga del trigueño le agrado, además si lograba hacer una amistad con él podría preguntarle cosas de su vida sin parecer una metiche, cosa que era, pero nunca lo aceptaría. 

°°°°

Holis queridos lectores eh vuelto, y con nuevo capítulo, espero que estén teniendo una linda semana.

Espero que estén disfrutando la historia, la verdad a mi me encanta explorar la relación de Steven y Helia,  además de otros personajes.

En breve subiré el siguiente capítulo, si todo sale bien mañana estaré subiendo otro episodio.  

Sin más me despido, los quiero, les mando besos y abrazos. 

Cambio y fuera.

GODNESS || MOON KNIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora