Capitulo 28: El robo parte 2

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Los sonidos de disparos llenaban el ambiente del lugar, el par de castaños se defendía de los disparos, quienes se mantenían ocultos detrás de unos pilares, evitando así que las balas llegaran a lastimarlos, o bueno a Marc al menos.

Helia solo podía pensar en lo mal que habían salido las cosas en un segundo a otro y no era para menos.

En cuanto atravesaron aquella puerta las cosas habían salido según lo planeado, infiltrándose de manera exitosa a la subasta, donde los meceros del lugar les habían entregado unas mascaras para mantener el anonimato de los huéspedes, por lo que pudieron camuflarse con facilidad. Poniendo en marcha su plan, por lo que el mercenario dejo a la pelinegra como cebo mientras él iba por el objeto que robaría, todo estaba saliendo bien hasta que el de rulos fue visto por uno de los meseros tomando dicho tesoro, avisando a los guardias del lugar, los cuales no tardaron en darles caza, aunque no contaban con las habilidades del trigueño para el combate y ni de la fuerza de la joven.

Y esto nos lleva a la situación actual, la muchacha ya con el vestido sucio y algo roto trataba de evitar ser herida, cuando sintió la mano de su compañero en su hombro, quien de manera discreta le señalo con la cabeza que estaban cerca de la salida, por lo que solo necesitaban una oportunidad.

Con paciencia el mercenario espero el momento adecuado para escapar, atento ante el sonido de las pistolas, espero, él había observado que tipo de arma tenían los guardias, y sabía bien cuantas balas tenían estas, y tomando en cuanta que había estado contando cada disparo que daban, supo que no tardarían en descargarlas todas y ...tuvo razón.

Solo necesito un par de segundos para escuchar el ultima bala ser disparada, por lo que no tardo en tomar la mano de la castaña y correr hacía la puerta, mientras los hombres recargaban.

A unos cuantos pasos de la salida, uno de los varones en momento de desesperación logro meter un par de balas en su arma, para luego dispararlas hacía los ladrones, siendo un disparo casi certero, uno que hubiese dado en el blanco si no fuese por Helia quien había logrado lanzar una pequeña llamarada lo suficientemente fuerte como para derretir las balas en el aire y lanzar por aire a los guardias.

Al final habían logrado completar la misión, aunque no había salido como se planeó, habían podido escapar con éxito. Por lo que solo tenían que entregar el paquete al contratista de Spector.

Cuando llegaron hasta el lugar marcado, la castaña no pudo evitar asombrarse al ver una mansión bastante elegante, caminaron hasta la entrada donde un hombre de traje que supuso era el mayordomo de los dueños de la casa los dejo pasar, guiándolos hasta una sala adornada con cuadros y figuras de cerámica, donde los esperaba una mujer mayor con una blusa de manga larga blanca y un pantalón holgado del mismo color sentada en un sillón café, quien al verlos llegar se levantó de inmediato.

-Es bueno verlo bien acompañado señor Spector, ¿que lo trae por aquí?, dijo que vendría solo si podía conseguir mi pedido. -Comento la mujer con una voz seria pero amable.

-Por eso mismo vine, pudimos conseguirlo. -Hablo el hombre para luego sacar una caja de piel de su saco y dársela a la señora, quien tomo el objeto con delicadez y un ligero temblor.

La pelinegra pudo notar un brillo en los ojos cafés de la dama mientras abría dicha caja, ahí pudo descubrir que era lo que habían robado de la subasta, un broche de diamantes en forma de una dalia azul.

Con lagrimas en los ojos la mujer agradeció al moreno por haberle traído la joya, para luego pedirle a su mayordomo traer el dinero que se le pagaría al hombre.

-Jamás creí que volvería a ver este broche. -Dijo la señora mientras tocaba cada diamante del objeto. – Seguro una jovencita como tu se preguntará porque tanto alboroto por un simple objeto.

GODNESS || MOON KNIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora