Capítulo 3: El museo

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Los días habían pasado rápidamente y la joven se había adaptado bastante bien a su apartamento, pasando la mayoría del tiempo encerrada viendo peliculas y series, saliendo solo cuando era necesario, como por comida, por ejemplo.

Pero ese día había decidido salir a explorar un poco más la ciudad, en específico ir a un museo de la historia egipcia, en una de sus tantas salidas por suministros había visto un folleto sobre el lugar y le había llamado la atención por lo que se animó a visitarlo.

La gente caminaba de un lugar a otro, dirigiéndole una mirada a la joven de vez en cuando, lo cual era normal ya que el clima de ese día era frio, pero la joven solo portaba una camisa blanca de mangas cortas, una sudadera delgada azul y un pantalón de mezclilla con tenis blancos sucios.

Ignorando olímpicamente las miradas que le daban, se enfocó en el lugar, era lindo, olía a antiguo junto con cloro y chocolate.

Miraba vagamente algunas de las cosas que había en el lugar, los artefactos que le parecían interesantes, hasta que la voz de un hombre, la cual se le hacía algo conocida, hablando con una niña le llamo la atención.

Por lo que su mirada se poso en estos, escuchando la explicación que le daba el hombre sobre cómo les sacaban los órganos a las momias, lo cual la asqueo, pero también le intereso.

-Solo dejaban el corazón. - Comento el hombre a la pequeña, este tenía la piel morena, el pelo negro rizado. 

-¿Porque? - Interrogo la menor, siendo apoyada por la joven que estaba cerca de ellos atenta a su platica.

-Creían que lo necesitarían para el más allá para que lo juzgaran en los juncos. - Explico el mayor con una sonrisa.

-¿Y no te dolió? - Pregunto la pequeña extrañando al moreno y la chica. - Cuando fuiste a los juncos.

-No porque no estoy muerto. - Respondió el hombre de manera amable, siendo interrumpido por los gritos de una mujer rubia, la cual parecía ser si jefa.

La niña se fue del lugar dejando al pobre hombre siendo regañado por la mujer, siendo la castaña la única testigo del espectáculo, al parecer el moreno solo era un vendedor de la tienda de regalos, pero tenía un gran talento para la historia egipcia cosa que evidentemente la rubia no sabía apreciar ni aprovechar.

"Idiota" pensó la joven al ver como se iba la señora luego de regañar al su empleado dejándolo deprimido haciendo su trabajo.

Sintiéndose mal por el hombre la joven medito la idea de ir a darle unas palabras de aliento, pero lo dudo, no quería entrometerse demasiado, no era su problema después de todo, pero tenía un corazón de pollo al igual que su madre, por lo que se acercó al castaño mientras este parecía acomodar algunos productos.

-Déjame ayudarte. - Dijo aprovechando la oportunidad de acercarse al mayor, quien salto asustado en su lugar al escucharla, no había notado la presencia de la fémina.

-No e-es necesario. - Comenzó a decir el hombre mientras se giraba a la chica, pero se detuvo a media oración al verla, era una joven de pelo negro con las puntas marrón claro que le llegaba hasta debajo de los hombros, piel bronceada, ojos color avellana, estos parecían tener un brillo hipnotizante, "hermosa" fue lo único que pensó al verla.

Cuando al fin su cerebro pareció funcionar, noto que la chica lo veía extrañada, lo que provocó que se sintiera nervioso, no quería que pensara que era un loco o un pervertido.

- Digo yo-yo puedo hacerlo. -Intento convencer a la muchacha a su lado, mientras veía como acomodaba los productos en los estantes correspondientes.

-¿Estás seguro? - Pregunto castaña recibiendo una afirmación por parte del de rulos, notando como debajo de sus podían verse unas evidentes ojeras, al parecer tenía problemas para dormir.

-Siendo honesta. -Soltó la joven captando la atención del moreno. - Vi como tu jefa te regaño, y solo quería decirte que no deberías hacerle caso, es solo una vieja amargada, la verdad es que tu explicación de cómo les sacan los órganos a las momias y de los juncos me pareció muy interesante.

Una sensación cálida se instaló en el pecho del mayor, mientras una sonrisa tímida se extendía en su rostro, las palabras de la fémina lo habían hecho feliz.

-Gracias. - respondió alegre mirando con brillo en los ojos a la chica.

-No es nada Steven. - Dijo la castaña correspondiéndole al gesto.

- ¿Cómo sabes mi nombre? - Pregunto extrañado el moreno, la joven solo señalo el gafete que portaba, haciendo sentir como un tonto. -Cierto, mi nombre es Steven con v, Steven Grant.

Aquello ocasiono que la joven se riera, el tipo era divertido, al menos sabía que había alguien más distraído que ella.

Helia solo se despidió del hombre, quería regresar a casa, mientras lo hacia sus ojos se dirigieron a un anuncio de trabajos, al parecer había una vacante, uno trabajo de medio tiempo.

Al parecer la joven ya sabía lo que haría mañana.

°°°°

Hola queridos lectores, eh aqui el primer encuentro de nuestro amado Steven y Helia, ¿Cómo creen que se desarrollé la relación de estos dos? 

Debido a que estaré ocupada estos días y  no podre meterme a mi cuenta, decidí subir por adelantado dos capítulos seguidos, tranquilos solo serán pocos días, tengo planeado regresar con nuevos episodios.

En breve subiré el capítulo siguiente, sin más me despido, que tengan una linda semana, los quiero <3.

Cambio y fuera.

GODNESS || MOON KNIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora