Capítulo 18: Medidas desesperadas

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La escena de la muerte de Steven se repetía una y otra vez en su cabeza, la sensación de impotencia e ira la invadía cada vez.

Su mano tocaba con dulzura el rostro pálido de su amigo, mientras las lágrimas resbalaban por su rostro, cayendo en el agua perdiéndose en esta. Con su otro brazo cargaba el cuerpo inerte del mayor, manteniéndolo cerca del suyo, abrazándolo.

Se sentía culpable, si tan solo hubiera llegado antes con sus amigos, hubiera podido protegerlo, ¿de que servía tener poderes, si no podía mantener a salvo a los a que quería?

-Debemos ir detrás de Harrow, hay que hacerlo pagar por esto. – Soltó Layla, atrayendo la atención de la pelinegra, los ojos de la de rulos estaban rojos por haber llorado, al igual que ella.

Claro que no dejarían al bastardo irse así sin más, no dejarían que ganara, por lo que la chica asintió a la petición de su amiga, pero no quería dejar ahí al moreno, no podía.

-Prometo que volveremos por él. – Dijo la mayor tocando el hombro de la castaña, sabía esto era difícil para ella.

La menor asintió, con delicadeza dejo el cuerpo del hombre, para luego seguir a la mujer, mientras caminaba se limpiaba sus lágrimas, concentrándose en la furia que crecía en su interior, algo era seguro, mataría a Harrow.

Ambas féminas veían como Arthur mataba y reclutaba a unos policías que lo habían detenido, desde una distancia cercana procurando ocultar sus rostros en todo momento, habían logrado llegar hasta él y eliminar a dos de sus seguidores, robando sus ropas para infiltrarse.

Tanto la de rizos como la menor, esperaban la oportunidad para asesinarlo, sobre todo la pelinegra, quien trataba de controlar su fuego para evitar que las descubrieran.

Justo cuando la chica estaba a punto de abalanzarse sobre el líder, una voz femenina la distrajo, dirigiendo su atención al origen de esta, cerca de ellas uno de los cadáveres les hablaba, extrañadas las mujeres se acercaron a este, el cual se presentó como Tueris, quien se encargaba de guiar a los muertos en su camino al campo de los Juncos, cosa que asombro a la castaña.

-Vengo por parte de Marc y Steven, me dijeron les comunicara que tenían que liberar a Khonshu para que lo ayude cuando regrese a la vida. – Soltó el cadáver, provocando que la joven se acerca aún más al mismo, con emoción.

-¿Están bien?, ¿Dónde están? – Interrogo la chica ansiosa, ante la posibilidad de ver de nuevo al moreno.

-Bueno, supongo que bien, tomando cuenta que están muertos, pero ahora tienen que encontrar el equilibrio para ser pesados en la balanza de la justicia. – Comento en un tono risueño la diosa.

Al escuchar esa nueva información la menor comenzó a meditar una idea para poder ayudar a sus amigos, sin prestar atención a la plática que se suscitaba entre la diosa y Layla donde le daba la opción de ser su avatar.

-Tu ve por el pajarraco, yo tengo que regresar, tal vez pueda ayudarlos. –Soltó la menor, atrayendo la atención de ambas.

-¿Qué se supone que harás? – Confundida por las palabras de la chica, la mujer la miro preocupada por esta.

-Lo que mejor hago, algo muy estúpido y peligroso. - Con eso dejo a la mayor, para luego correr de regreso a la tumba.

Corrió tan rápido como podía hasta llegar al lugar, ahí llego hasta donde había dejado el cuerpo de su amigo. Al verlo el sentimiento de tristeza la invadió de nuevo, sintiendo una lagrima correr por su mejilla, se concentró en lo que iba hacer.

Sabía bien que lo que iba hacer era una locura, no solo por el hecho de que era algo que tenía una alta probabilidad que saliera mal o no funcionara. Se concentro en el objeto que necesitaba, y al igual que había pasado con el cuchillo, en su mano se manifestó un libro antiguo de color negro con tonos verdes, uno que había pertenecido a un miembro de su familia, con la que aún tenía conflictos.

Se había prometido nunca usar aquellos objetos, sobre todo ese, por lo que contenía y a quien pertenecía o bueno perteneció.

Armándose de valor, abrió el libro y busco entre las páginas lo que necesitaba, al encontrarlo, leyó con sumo cuidado y cuando se sintió lista, desapareció el libro para proceder acostarse cerca del castaño, cerro los ojos y repitió en voz alta las palabras del hechizo.

Con el corazón acelerado, sin saber qué ocurrirá, después de todo solo ella era lo suficientemente loca y leal como para viajar al inframundo para recuperar a un amigo.

°°°°

Han pasado mil años, jejjeje 😅😅 lamento haber tardado tanto en actualizar, pero es que estuve falta de inspiración y mi compu estuvo fallando un poco, pero al fin eh podido acabar este capítulo, no es mucho pero es trabajo honesto.

Sin más me despido, los quiero, les mando abrazos. :3  <3

Cambio y fuera.

Posdata: tratare de actualizar proto, pero no prometo nada 😊😅

GODNESS || MOON KNIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora