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(Rayito pasivo)
(ANDABA MEDIO DORMIDO CUANDO LO ESCRIBI)
—Lindo... —aguantaba las ganas de vomitar, y yo también sentía que no podría aguantar más la risa y el mediano asco —Lindo vestido
—Linda... copa
El Haitani menor apretaba la copa de vino que tenía en la mano de rabia y ganas de golpearme con ella, jamás me iba a escuchar hacerle un alago.
Pero en la reunión que estábamos varios miembros de distintas mafias por motivos de negocios, ya los tratos habían sido cerrados y quedaba la celebración.
Como las de los mocosos hormonales.
Nadie se daba cuenta que nuestro coqueteo era falso y menos el chico al otro lado de la habitación que no oía lo que decíamos por el alto volumen de la música, me arrepentía de no haberle pedido a Ran que fuera el quien me ayudara a darle celos al de cicatriz.
Pero ya era tarde porque el idiota estaba besando y casi cojiendose a una prostituta en la sala, mi otra opción era Koko pero el de hecho si estaba follando con un tipo en la piscina.
Además que el único al que podía extorsionar era a Rindou, así que no había peligro de que soltara la lengua y le dijera que todo este show de cuarta era por darle celos.
—Oye, bailemos un poco
Detrás de nosotros se oyó la voz de un tipo, era de una mafia con la que habíamos hecho negocios hace poco y parece que yo le había interesado. Rindou no dudo en segundo en empujarme para que bailará con el mientras el huía a algún lado.
No pude decir nada cuando el ya me tenía de la cintura obligándome a bailar con el, y yo estaba obligado a hacerlo o me metería en problemas con Mikey.
No habían pasado dos minutos y el ya se estaba pegándose demasiado, podía sentir su ereccion en mi pierna haciendo que casi golpeara su rostro para alejarlo de mi pero Hitto llego a salvarme.
Lo había tomado de los hombros y sin llamar la atención de nadie lo llevó a un lugar alejado, unos segundos después regresaba como si nada, mi cara de confusión era obvia.
—No te preocupes _____, solo esta inconsciente
—A-Ah, gracias
El momento se torno incómodo, el veía hacia otro lado con su típica cara de indiferencia pero para mi era tan fácil de leer que era obvio que estaba entrado en pánico por haber hecho eso y mostrar su lado posesivo.
—¿Por que-
—No digas nada, solo ven
Me tomó de la muñeca y me hizo acompañarlo al baño, yo ocultaba mi sonrisa.
Justo como sabía que iba a pasar, por suerte me había preparado.
—¿Por qué estabas con Rindou?, sabes que no me agrada
—No somos pareja, no debo darte explicaciones —, una parte de mi quería decirle que Rindou se hubiera cortado los testículos en lugar de darme un solo beso cosa que yo también haría —¿El frío Kakucho esta celoso?
—¡No lo estoy!, ¿qué estás diciendo?
—Si no lo estas, ¿por qué me trajiste aqui?
No sabía como responder mi pregunta, así que no me quedó de otra que ser yo quien lo besara.
Pase mis brazos por sus hombros pegándome a él, había escogido un vestido corto que no era de mi gusto pero sabía que eso lo haría enloquecer, mi lengua se mentía en su boca para iniciar una pelea que yo iba ganando.
Tardo un minuto en salir del su trance. Sus manos se dirigieron a mi cintura pasando por mi espalda, ponía sus manos a cada lado y apretaba mi cuerpo con fuerza.
Dejé que el controlará el beso explorando mi boca completamente por lo que no se separo hasta que nos quedamos sin aire dejando entre nuestras lenguas un hilo de saliva.
—¿Puedo?
Sonreí levemente al oír su pregunta y me di la vuelta poniendo mis manso el lavavo para no caer, el estaba tras de mi viendo el vestido, por más que le gustará verme usando uno de ellos no tenía la paciencia y terminó rompiendo una parte para dejar mis piernas desnudas.
—¡Oye!, no salio barato
—Luego te comprare los que quieras, solo levanta el culo
Solté un suspiro y obedeci dándole vista de todo, paso su mano por mi glúteo y lo apretó con fuerza sacandome un jadeo leve, su otra mano se pasaba por mi cintura y cadera acariciandola.
Lo veía de reojo, era tan atractivo con su mirada perdida y excitada, mordi mi labio al sentir como su ereccion tocaba mi parte de atrás, pero lastimosamente el aún estaba vestido.
—¿Ya lo vas a hacer o tengo que llamar a Rindou?
Mala idea, el hombre quito su mano de ahí y tomó mi mandíbula haciendome ver al espejo frente a mi, con la otra se bajaba el pantalón dejándome sentir su miembro duro y caliente contra mi piel.
—No te atrevas, de ahora en adelante solo pedirás por mi —, su mano tomó mi cintura y todo paso tan rápido que solo pude ver mi reacción de sorpresa cuando lo metió de imprevisto —¿entendido?
—¡AH!, S-Si — respondí como pude, el mantenía su mano en mi mandíbula y su rostro satisfecho por oír mis gemidos también se veía en el espejo, sus embestidas cada vez más rápidas me hacían rebotar.
El sonido de nuestras pieles chocando en el baño se perdía por la música fuerte que venía de afuera, y lo agradecía porque me hubieran oído gemir de placer ya que no me estaba conteniendo para nada.
Se inclino un poco y giro mi cabeza para poder besarme, su lengua se metia en mi boca ahogando mis jadeos por la sensación de como entraba y salía cada vez más profundo.
Podía sentir como se habría paso en mi interior, no dolía porque había previsto lo que pasaría y me encargue de prepararme para la follada. En su lugar solo podía sentir placer y satisfacción al sentirlo.
Mis piernas empezaban a temblar pero a el no le importaba haciendo las embestidas cada avez más rápidas.
—No te quiero ver con Rindou, eres mio ¿entendido?
Su voz salía entre cortada por los gruñidos y jadeos, pero yo no podía casi hablar por los gritos de placer, así que solo asentí dándole la razón.
Luego de unos minutos y mi garganta doliendo salió de mi interior para correrse en mi espalda, mis ojos entrecerrados cerrados me dejaban ver apenas la expresión de Kakucho.
Ojos cerrados fuertemente, su rostro rojo y sudoroso con la boca levemente abierta, esa expresión que deseaba tanto ver que aguante la cercanía de Rindou solo para eso.
Al mismo tiempo que la semilla de Kakucho caía en mi espalda yo también llegué al orgasmo, tardamos unos minutos en recuperar los alientos, apenas Kakucho se calmo salió del baño en busca de algo de ropa para que no saliera con la ropa rota.
—¿Fue bueno?
Rindou apareció en la puerta, me miraba con burla y asco pero no tenía ganas de golpear su estúpido rostro.
