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(Rayito pasivo)
(OMEGAVERSE)
—¡Amigos tuyos, Backyardigans!
—El suyo es muy tierno, el nuestro no deja de perseguir a Kazu amenazandolo con un tenedor
Mike, mi hijo estaba viendo caricaturas junto a el hijo de Chifuyu y Kazutora, Kei
Faltaba poco para que Draken llegara del trabajo en el taller y eso me emocionaba ya que a penas pasábamos tiempo juntos por mi trabajo como ejecutivo de bonten, acababa de llegar de un viaje en el que me reuni con otras mafias.
—¿Dónde esta?
—¿Estas preocupado por el?
—Hace mucho que no tenemos tiempo para estar juntos, solo quiero aprovecharlo
—¿Aprovecharlo? —, mi expresión sonrojada lo dijo todo, me hacía falta el contacto fisico con mi alfa y no sólo vernos por video-llamada.
Gracias a la empatia de mi amigo omega dejo salir una sonrisa cómplice y llamo a mi hijo —¡Mike!, ¿quieres venir a nuestra casa a dormir?
—¿Uh?, pero papá y mamá...
—No te preocupes, volverás mañana para pasar el día con ellos pero tus padres necesitan tiempo a solas
Kei ayudo a convencer a su amigo de quedarse en su casa emocionado por la idea de poder jugar toda la noche juntos. Finalmente mi hijo acepto y no tardo mucho en tomar sus cosas para subir al auto de mi salvador.
Me quedé solo en casa, miraba fijamente el reloj algo decepcionado porque el celo de ambos no llegaría aún y eso hubiera sido genial para nuestra primera vez juntos en meses.
Fui a nuestra habitación para mirarme al espejo, me quite la ropa que tenia encima dejando ver mi piel desnuda y mi tatuaje en el muslo, el mismo que tenia Mikey en su nuca.
Busque en el armario la ropa que solía llevar Draken en el pasado, su abrigo que yo cuidaba tanto para que no se dañara estaba ahí. No dude en ponérmelo.
Me quedaba gigante obviamente pero era abrigado, me gustaba como me veía solo con el puesto y sabía que a mi marido también le gustaba.
Me recosté en la cama pero por alguna razón en mi cabeza solo pasaba la imagen de la última vez que estuvimos juntos, Mike estuvo a punto de encontrarnos haciendolo en la cocina así que no pudimos terminar.
—¡Estoy en casa!, ¿Mike?, he traído hamburguesas
Pude escuchar la puerta principal ser abierta, era mi alfa que no sabia que yo estaba aquí pero no tardaría en darse cuenta por el fuerte olor de mis feromonas que habían salido disparadas al escuchar su voz.
Eran de olor agridulce, emocionado por estar cerca uno del otro otra vez. Iba a salir corriendo a recibirlo pero mis piernas dejaron de funcionar haciendo que cayera de golpe al suelo.
