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Taeyong caminaba mirando su celular en busca de la zona abandonada. Había recibido llamadas de todos sus amigos, y eso le dolía. No poder responder le dejaba un mal sabor de boca.

El sol se estaba ocultando lentamente, el tiempo pasaba y no faltaba mucho para que sean las 19 horas. El campo se veía tan tétrico en la tarde.

Estaba solo, en medio de un campo abandonado, esperando por la llegada de los secuestradores, confiando en que Yuta estaría con ellos, vivo.

¿Será Kwan? Se preguntaba, en un silencio sepulcral.

-Ahí estás, Taehee. —Como lo habían supuesto sus amigos y él, era el mismísimo Kwan, quien venía acompañado de sus amigos y lo que parecía ser Yuta, en un estado deteriorable.— Lamento mucho que hayas tenido que pasar por cosas horribles... Pero te lo mereces, tú y este maldito enfermo. —Los amigos que sostenían a Yuta lo tiraron en frente de Taeyong, que aún no caía.— Será la última vez que puedan verse con vida. Para que nadie sospeche, es mejor acabar con los dos. Y como soy bueno, les dejo su último minuto.

-No tuviste que haber venido, Tae... —Taeyong se agachó para abrazar a su mejor amigo.— No quiero que te hagan daño.

-Quería verte de vuelta. —Taeyong estaba asustado. Sus piernas temblaban y su respiración se veía alterada. Iba a morir, ambos lo harán.— Aunque sea por última vez...

Se abrazaron, Yuta quejándose del dolor que sentía en todo el cuerpo. No estaban listos para dejar el mundo y menos de esta manera, pero era reconfortante tenerse el uno al otro, en su último respiro.

-Basta de tanta mariconería. —Agarró del brazo a Taeyong, separándolo de Yuta, quién se tapaba los ojos mientras lloraba. Taeyong vio los ojos de Kwan. Estaba asustado.— Eres una basura humana, nos meterás en muchos problemas.

-No es mi culpa que esta idiotez se te haya salido de las manos. —Si se iba a morir, al menos no dejaría nada sin hablar.

Kwan lo tiró al suelo, mientras sus 3 amigos lo rodeaban. Le pateó las costillas, tan rápido fue el movimiento que Taeyong no pudo protegerse. De pronto, otros golpes de Kwan llegaron, mientras sus amigos se reían y pateaban de vez en cuando. El coreano cubrió su nuca y cara, como su padre le había enseñado, y esperó a ese golpe finalizador que lo dejara inconsciente.

Yuta estaba en el suelo, incapaz de poder moverse aunque sea un poco, mirando por el lado en el que lo trajeron al descampado, llorando por los ruidos que alcanzaba a escuchar. Cierra sus ojos, intentando no prestar atención a lo que le pasaba a su mejor amigo. Segundos bastaron para volver a abrirlos y ver, en la lejanía, dos automóviles y a muchas personas corriendo.

-¿Qué..? —La multitud se acercaba a una velocidad increíble.— ... ¿Mark?

Sus amigos estaban allí, no sabía cómo mierda pero estaban allí. Mark, Baekhyun y dos chicos que no reconocía pasaron corriendo por su lado, con bates, mientras que las chicas se detuvieron al frente suyo.

-¡Yuta! —Seulgi lo levantó con ayuda de Hyejin.— Tranquilo, hemos llamado a la policía. — Dijo mientras lo alejaban del campo deshabitado, llevándolo a uno de los dos coches.

El japonés quería llorar, quería ver a Taeyong. Pero se sentía débil. Tan débil, que se desmayó.

[•••]

-¿Entienden cuánto la hemos cagado? —Yuta abrió los ojos, gimiendo de dolor. Estaba en un coche, acostado apoyando su cabeza en el regazo de Seulgi. Delante parecía estar Hyejin y una conductora que no puede ver.— Yuta, ¿cómo te encuentras? —Preguntó amablemente Seulgi. Podía ver en sus ojos el pánico. En general todos parecían estar en ese constante pánico.

Transexual | YutaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora