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Luego de ese fatídico encuentro con Kwan y que ellos salieran corriendo antes de que las cosas empeoren, Yuta no se despegó de Taeyong ni por un segundo, toda la tarde estuvo con él y cuando el coreano creía que ya se iba a ir, lo hizo, pero volvió y empezó a tocar la ventana repetidas veces.

¿Acaso era un sueño? Yuta no se tomaría el tiempo de trepar un árbol para entrar por la ventana como un delincuente, pero al parecer rompe todas las barreras de lo posible o imposible cuando se trata de Taeyong.

Y ahí se quedó con él, en la misma cama, toda la noche. Estaba preocupado, nunca se le pasó por la cabeza que aquel idiota podría llegar a daños físicos. Tenía miedo de lo que podía pasar.

Igual, también tenía en cuenta que se la juró a él, así que, mientras no dañen a Taeyong, iba a estar tranquilo. Lo que menos quería es que Taeyong se preocupe y ande precavido a que no le peguen una paliza, ya que Kwan y sus amigos son todos unos grandotes idiotas y Taeyong no.

Iba a defender a capa y espada a su mejor amigo, no merecería todo esto, él solo se está expresando cómo es, ¿Eso tiene algo de malo? El japonés no sabía que estaba mal ser feliz consigo mismo.

Lo abrazó más fuerte por la cintura. Hace mucho no dormían juntos y lo estaba aprovechando.

Era una época dónde Kwan no existía, por ende, no existían problemas. Sus familias se juntaban a cenar cada domingo, el padre de Yuta era el mejor amigo del padre de Taeyong... Tristemente esos días quedan en el olvido, días que no se van a repetir durante mucho tiempo.

-Mmg Yuta, me aplastas. —Dijo con voz ronca, un somnoliento Taeyong. Yuta estaba llorando sobre su hombro.— ¿Qué pasó? —Abrió sus ojos, que pesaban mucho.

-No quiero que te hagan daño. —Admitió el japonés entre sollozos.

-Yuta, ¿Piensas que me van a hacer daño cuando te tengo a mi lado? —Dijo con una sonrisa acogedora. El japonés se calmó al instante.

-Me odiaría si algo te llegara a pasar. —Inconscientemente sus frentes chocaron suavemente.

-Tengo a mi ángel guardián protegiéndome desde arriba, y un ángel que siempre me acompaña a todos lados, que es muy tierno, lindo, y que siempre se preocupa por mí.

Sonrió, el japonés entendió que se dirigía a él como su ángel, y eso hizo que, dentro de unos minutos, pudiera dormir tranquilo.

Transexual | YutaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora