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Yuta perdería la cabeza en cualquier momento, su día a día ahora se basaba en un Taeyong, ocupadísimo yendo de acá para allá con Solar para complacerla. Le daban arcadas ver a su mejor amigo besando a Solar en las salidas del colegio.

Volvía solo de la escuela, iba solo a la escuela. La casa estaba deshabitada. Ya que la mamá de Taeyong había sido la que sacó adelante a su familia después del fallecimiento de su esposo. Siguió con sus planes y ahora tiene el puesto que antes lo tenía el fallecido. No la veía hace mucho, aunque tenía entendido que dentro de poco tendría sus merecidas vacaciones.

Sicheng le había acompañado en su dolor, su cólera hacia la chica rubia, y Baekhyun también, el único que sabía de los sentimientos del japonés.

«No hagas nada estúpido, Yuta». Le dijo Baekhyun anticipando sus conclusiones. Yuta se iba a meter en un problema grande si llegaba a abrir su boca, que ya estaba a nada de hacerlo. No soportaba tanta mentira, odiaba este fraude en el que su mejor amigo se metió.

Pero hoy, hoy iba a ser un día distinto. Es el cumpleaños de Yuta.

Hoy no iba a permitir mierdas de esas, Solar no entraría a su casa, Taeyong iba a estar con él las 24 horas del día, era su día especial.

Hoy las cosas tomarían el rumbo que se merecen.

Estaba feliz, no sólo porque hoy era su cumpleaños, sino porque sus padres pudieron estar por la mañana, hasta que tuvieron que volver al trabajo que les consumía casi todo el día.

El sábado es el mejor día para una festividad como esa. No debía asistir al colegio, casi todos amigos estaban libres y podía hacer una fiesta hasta altas horas de la madrugada. Claro, si sus padres no llegan a casa.

Ya había invitado a todos, claro, menos a una chica rubia con voz armoniosa y de un metro sesenta y tres.

Al mediodía, Taeyong ya debería haber tocado la puerta, como todos los años, pero no había rastros de él. No quería pensar mal de su mejor amigo, así que pensó que posiblemente tenía una sorpresa para él, y eso no hacía más que ponerlo nervioso y ansioso.

Ya era la hora de la tarde, casi anocheciendo. Faltaban minutos para que sus amigos comiencen a llegar, no había visto a Taeyong en todo el día. Quería que le ayude a preparar su casa, pero no importa, seguro el regalo que le tenía preparado era mucho más importante.

Nayeon, Sicheng, Baekhyun, Mark, Seulgi e Irene, Hyejin, Dahyun, Sana y Momo -Su prima y su amiga- ya todos se encontraban en la casa. Ah, no, Tae no estaba ahí.

-¿Sabes en cuántos líos nos hemos metido, nuna? En al menos cinco. ¡Cinco! —El coreano que aún no había llegado, estaba caminando a pasos rápidos para tomarse el bus. Llegaba al menos, media hora atrasado.

-¡Perdón! Teníamos que reunirnos con el grupo, ellas le dirían a mi mamá que he faltado a su juntada y eso significaría meterme en muchos problemas.

-Entiendo tu preocupación, Yongsun nuna. Pero, entiende que yo también tengo cosas que hacer. Me has mantenido ocupado las últimas semanas, ¡tanto que no hablo con Yuta hace tres días! Él estaría, qué digo estaría, ¡Estará furioso conmigo! Soy su mejor amigo, Solar, no puedo hacerle esto y menos en un día tan importante para él. —Solar veía los destellos de ira y preocupación de su novio falso. A fin de cuentas tiene razón, ha sido muy egoísta.

-Lo siento Tae, no volverá a ocurrir, te lo juro. —El coreano quería creer en las palabras de Solar, le iba a dar otra oportunidad más para seguir fingiendo.

Y de pronto, el bus llegó y se llevó a ambos de ese lugar, rumbo a la casa del japonés.

[•••]

-¿Viste la cara que tiene? Nada saldrá bien al terminar la noche. —Dijo Seulgi exclusivamente a su novia, mirando la cara de su amigo, malhumorado, enojado, triste y decepcionado.

Todos hablaban entre sí, pero Yuta se mantuvo callado todo el tiempo. Con una mano apoyada en la mejilla mirando a la nada y con el ceño fruncido a más no poder. Parecía una bomba a punto de estallar.

Mientras que afuera, a un metro o menos, llegaba Taeyong apurado de la mano con Solar.

-Tu amigo no me quiere aquí. —Espetó Solar temerosa. Ya había visto a Yuta mirarle mal, muy mal, y además no la había invitado. Si llegaba a su casa en su cumpleaños así porque así, no le agradaría a el japonés.

-Yuta no te diría nada ni aunque le mates a su mamá. —Alegó Taeyong.— A quién van a sepultar es a mí.

El coreano abre la puerta con lentitud, el ruido y barullo cesó, todos estaban mirando para su dirección, incluso el japonés.

Pero claro, se había olvidado del regalo.

La incomodidad en el ambiente no hacía más que crecer y crecer con el pasar de los segundos. Yuta miraba la mano entrelazada de su mejor amigo con su "novia", entrando a su casa, en su cumpleaños como si fuera alguien cercana a él o al menos una invitada.

-Feliz cumpleaños, Lion~. —Susurró Taeyong con una sonrisa cohibida. El silencio de su mejor amigo lo mataba, y mucho más mataba la mirada fulminante de aquel a quien conoce hace 9 años.

-¿Qué hace ella aquí? —Ignoró el saludo del coreano, hablando con un tono que prendía todas las alarmas en el cerebro de Taeyong.

-Es mi novia.

-¡Deja de mentir Taeyong! —Con el puño cerrado golpeó la mesa con fuerza, mientras se levantaba bruscamente.— Ya me cansé, ¡¡Me cansé!! —Su garganta dolía del nudo que se iba formando rápidamente, con los ojos brillosos a punto de comenzar a llorar, siguió.— ¡Este era nuestro maldito día! ¡Y-y tú! ¡Agh! ¡Vienes con tu novia falsa! —Exclamó en lágrimas.— ¡Ya deja esta maldita farsa! —Gruñó mientras corría a su habitación.

Todos estaban estupefactos, helados. Yongsun fue la siguiente en salir corriendo, pero para irse a su casa.

Taeyong no sabía dónde ir.

-Ve con Yongsun, yo iré con Yuta. —Le dijo Baekhyun mientras subía de dos en dos las escaleras.

-¿Farsa? ¿Taeyong? —Preguntó Seulgi.

El coreano corrió afuera para tratar de alcanzar a Solar, pero ya era muy tarde.

-Mierda... —Farfulló.

Transexual | YutaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora