Inupi; capítulo 26.

2.1K 362 77
                                    

Tres largas semanas habían pasado desde que Inupi y Koko se vieron por última vez. Por el lado de Hajime Kokonoi, se estaba enfocando en lo único que le salía bien: el trabajo, incluso había tomado tareas adicionales para distraerse de sus intrusivos pensamientos, todos ellos que constantemente flotaban entre el omega, sus besos y su cara de decepción. Koko no sabía cómo consolarse después de tanta desgracia.

Por otro lado, Inupi se había encerrado por completo en su habitación, protegiéndose en una montaña de sábanas y lo último que quedaba del aroma de Koko, era su nido, su lugar seguro. Estaba tan deprimido que no quería ver a nadie, ni siquiera a su hermana que iba y venía, preguntando si necesitaba algo más, que no fuera comida y agua. Obviamente también había una invitación abierta para hablar y arreglar sus diferencias, pero no estaba listo para ello.

—Seishu, tienes visitas. Abre la puerta. —Akane estaba del otro lado, tocando varias veces para llamar la atención de Inupi.

El omega se quitó de encima varias de las mantas que lo cubrían, para incorporarse y mirar sin muchas ganas hacia la puerta. Estuvo tentado de decirle que lo dejara solo, pero, ella seguiría insistiendo hasta que al menos Inupi diera señales de vida.

Y bueno, tal como predijo, Akane siguió tocando, hasta que finalmente se levantó y abrió. La beta pareció aliviada y luego, con una sonrisa cálida, dijo:

—Estoy segura de que su presencia te alegara.

—Supongo —respondió sin ganas.

—Ven, te están esperando en la sala. —Akane tomó la mano de Inupi y lo arrastró fuera de la habitación.

Sus pies se sentían pesados y su cuerpo no cooperaba, encorvado con desánimo. Tenía ganas de devolverse, hasta que olió el, no tan sutil, aroma acaramelado de su mejor amigo.

Era Takemichi, debió imaginarlo. No estaba decepcionado por eso, al contrario.

—¡Inupi, qué gusto verte! —el omega se abalanzó sobre él, rodeándolo fuertemente. Takemichi era un rayito de sol, cálido y confortable.

Inupi sonrió tímido, viéndose por primera vez en días de mejor ánimo. Un vistazo a Akane y estaba al borde de las lágrimas.

—Es bueno verte, Takemichi.

—Cielos, has estado ignorando mis mensajes y llamadas, estaba muy preocupado— dijo su mejor amigo, sosteniéndolo hasta que finalmente Inupi exigió un poco de espacio para hablar.

Akane carraspeó entonces, mirando entre ambos con cautela. No quería arruinar el momento, pero sentía que sobraba.

—Voy a preparar un poco de té, ustedes hablen con confianza —comentó la beta, dándose vuelta para irse a la cocina.

—Gracias, Akane — respondió Takemichi, tomando asiento en el sofá.

Inupi lo siguió y se sentó a su lado, apoyando sus manos en su regazo para ocultar la creciente ansiedad por la visita. Debía verse deplorable en esos momentos, casi enfermo. Takemichi lo miraba con ternura, pero había una pizca de lástima en sus ojos, incluso parecía nervioso en su presencia como si no supiera cómo interactuar con él, y eso era raro, Takemichi solía ser muy confianzudo y amigable, entonces, ¿por qué actuaba así? ¿Qué tanto sabía de los sucesos de las últimas semanas?

—Lamento si no respondía. No me he sentido muy bien— dijo Inupi, tratando de entender la actitud de su mejor amigo.

Takemichi se acomodó en el sofá de modo que casi quedaron frente a frente, de esa forma era más sencillo ver sus cambios en sus expresiones, aunque el otro omega no dejara de sonreír. Takemichi podía ser muy transparente a veces.

Lover Game// KokoInu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora