Capitulo 2

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—Declaró esto como el fin de los héroes de Karmaland, la era de heroes ha terminado— comunicó Merlón viendo al pueblo, los héroes se hallaban detrás de el.

Luego de que los aldeanos le dieran una despedida digna a sus ahora 7 héroes, estos fueron a sus casas a descansar, mañana se despedirían de sus amigos quizás para siempre. Fargan llegó a su casa con una sonrisa y abrió la puerta.

—Ya llegué! Tuve un día un tanto cansado, los aldeanos hicieron una gran fiesta para nosotros! Puedes creerlo Fo...-— miro a su alrededor, vacío, eso era lo que había, no había nadie, nadie esperándolo para darle su amor. —cierto... ya no estás aquí....

Sus ojos se llenaron de ligeras lagrimas que se atrevieron a salir, camino con la cabeza gacha a su habitación. Al llegar vio su cama por unos cuantos segundos y luego agarró su máscara y la tiro, se dirigió a un espejo cercano y se vio fijamente.

Frente al espejo, se quitó su suéter y se miró a sí mismo. Un pecho lleno de cicatrices, aún se podía ver la marca que una cadena había dejado hacia unos meses atrás.

Aquel día... el día que cambio su vida, el día donde perdió todo aquello que amaba. Fragmentos de su vida antes de aquel momento aparecieron en su mente. Nuevamente las lágrimas parecieron, camino lento limpiándose aquello que salía de sus amarillos ojos. Al llegar a su cama, se puso de rodillas y sacó de debajo de su cama una caja marrón con un listón negro, la abrió y sus ojos soltaron más lágrimas.

En un solo día lo había perdido todo, de tan solo recordar lo sucedido, sentía todo aquello qué pasó. Ya habían pasado 4 años desde entonces y aún así podía volver a sentir todo lo qué pasó aquel día, recordaba a la perfección los gritos y el dolor, y para jamás olvidara aquello, se cuerpo tenía las marcas aún.

Con sumo cuidado saco el collar y el anillo que se encontraban en aquella caja. El collar poseía 3 plumas, 2 de cuervo y 1 de búho, la que iba en el centro era la de cuervo más grande a cada lado de esta había otra de las plumas sobrante. El anillo era de oro dentro este había grabado una pequeña palabra: Farcus.

Se colocó el collar y depositó el anillo en su dedo, tomó un foto con marco de la caja y se levantó, se acosto en la cama y abrazo la foto, sus ojos dejaron el llanto retenido salir y con una mano libre acarició el lado que sobraba en su cama, aquel lado vacío que antes compartía, aquel lado al que antes veía y se encontraba con la mirada de su amado, aquel lado que antes no se hallaba vacío... Cuando el cielo empezó a oscurecer más, las luces del pueblo se apagaron y la gente dormía tranquila, fue ahí entonces cuando el híbrido búho marrón quedó dormido y su llanto ceso.

Capítulo 2 – Aquel lugar vacío....
10/Junio/2022

El día que lo perdí todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora