Epilogo

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Los pájaros cantaban con alegria alrededor y en el interior de la fortaleza construida por el hibrido cuervo. El sol apenas empezaba a salir y las nubes ya se encontraban ahí esperando su salida.

Un hibrido cuervo se despertó ese mañana con alegria, se dio una ducha y se vistió para empezar un nuevo día. Rápidamente bajo a sus cultivos e hizo lo de todos los días, regarlos y recoger lo maduro. Tomó unas flores que tenía plantadas y las llevo a las tumbas que tenia en una esquina de su casa, pronto las movería a un lugar mejor.

Colocó las flores en ambas tumbas y se sentó a hablarles, contándoles su inicio de día y que haría esta vez. Luego de unos minutos sintió que alguien lo abrazaba por la espalda, una pequeña sonrisa apareció en su rostro al sentir ese olor característico a él, pólvora y sal.

Fargan: hola niños, hola cariño

Saludo el hibrido búho que se había levantado recientemente, el castaño se sentó a un lado del pelinegro y dejó un beso en su mejilla para luego entrelazar sus manos, ambos se quedaron hablando un rato mientras esperaban la hora del desayuno.

El timbre de la residencia sonó, haciendo que ambas se despidieran y se pararan para ir a ver quien era, mientras unos se dirigía a la puerta, el otro iba a por sus máscaras. Al llegar a la puerta espero a su pareja por su máscara, cuando el contrario llegó, se la puso y por fin abrió el puente y la reja.

8cho: hombre! Una hora para abrir una pita puerta?

Fargan: ay 8cho, vaya humor sacaste!

Focus: bueno muévanse o no cocino nada

8cho: vale, vamos

Caminaron hasta la casa y al entrar se dirigieron a la cocina-comedor, donde el hibrido cuervo empezó a cocinar un desayuno para todos, al rato el timbre volvió a sonar y el pelinegro de ojos verdes fue a abrir. Al volver regresó acompañado de la híbrida sirena, que se sentó junto a él en la mesa.

Mientras esperaban el desayuno, algo hizo que el hibrido búho se levantara y subiera a una de las habitaciones de la casa, al volver a la mesa, se encontró con la comida ya puesta en los platos, 5 platos de comida servidos junto a 4 tazas de café y un jugo de manzana. Todos los presentes se sentaron pero el hibrido cuervo se molestó al ver que alguien faltaba en la mesa.

Unos suaves pasos bajando la escalera se escucharon para luego aparecer en el marco de la entrada del comedor un pequeño hibrido halcón marrón. El pequeño apareció con una sonrisa y saludó a todos hasta sentarse alado de su padre adoptivo. Luego de un desayuno tranquilo, la familia se fue a la terraza del hogar a hablar tranquilamente mientras veían el gran huerto y las distintas plantas que había en los terrenos.

Focus: Altair... porque te demoraste para llegar al desayuno? Si sabes perfectamente que se sirve a esa hora exacta?

Altair: yo... me demoré porque le escribía una carta a mis papás...

Un silencio lleno el lugar, y un rato después, un abrazo fue hecho por todos para el menor. Al separarse, el castaño se sentó junto a él y puso una mano en su hombro.

Fargan: ¿quieres ir a verlos?

Altair: me gustaría... pero no se si esté listo...

El único humano se puso frente al pequeño y lo abrazó para luego hablarle con una pequeña sonrisa.

8cho: nosotros te acompañemos, así no te sentirás solo ¿si?

Altair: esta bien...

La familia entera salió de la residencia para ir a donde los padres de Altair, al llegar los mayores se hicieron un poco atrás para dejar que el menor hablara, el hibrido halcón dejó al carta entre ambos junto a unas flores que le dio su mamá adoptiva antes de irse de casa.

El día que lo perdí todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora