Un par de años después.
Los ángeles era una ciudad cara, pero estaba lo suficientemente llena de turista para que ninguno de los dos resaltara. Habían gastado el dinero que misteriosamente apareció en la cuenta de Fiodor en una casa y un local para que Eban pusiera su salón de belleza.
Eban's era un salón bastante concurrido, tenía un par de compañeros que había conocido de la escuela de peluquería que trabajaban con ellos. Compañeros que se habían transformado en amigos que iban todos los fines de semana a comer a su casa . Mientras, Fiodor había conseguido trabajo en la seguridad privada, un cambio bastante drástico de sus antiguos labores, pero su nueva identidad decía que su nombre era Vasil Ivanov, y que había trabajado en seguridad privada por 5 años antes de mudarse de Moscú para estar con su prometido, hombre con el que actualmente estaba casado. Eso justificaba su conocimiento en el uso de armas y combate y su acento que era imposible de disimular. Además había servido para que le diera un uso a sus habilidades y justificar su visa como ciudadano legal.
Ivanov era un hombre legal en todos los sentidos, nunca había esperado casarse y menos con un hombre, quizás había Sido una cuestión de conveniencia pero no se había arrepentido ni un solo segundo de hacer de Eban un hombre honrado. De hecho, había descubierto que amaba ver la sortija a juego en la mano de su esposo.
A veces extrañaba el frío, pero California era lindo y cálido y Eban adoraba las playas, era feliz y Fiodor amaba verlo Feliz. De hecho había llenado una pared de recuerdos en la casa que compartían, entre las que se encontraba la foto de la cabaña, para todos sus amigos esa había Sido tomada en unas vacaciones en las que se conocieron, quizás fuera una mentira pero había una realidad, ese había sido el principio de todo. El principio de cientos de recuerdos que decoraron sus paredes, míl y una sonrisas compartidas.
De hecho cuando entró a Eban's luego de una noche de vigilancia, en una torre de oficinas se sentía ligeramente agotado pero fue solo levantar la vista y ver el radiante rostro de Eban soltando las tijeras que tenía en sus manos para correr a él, todo lo que nececitó para saber que de todas las decisiones en su vida, esta había sido la mejor, aquel día en esa cabaña por primera vez había comenzado a vivir.
—¡oso polar!—chilló Eban y olvidando a su cliente se lanzó sobre él, sus piernas y brazos rodeándolo como un koala bebé. Fiodor lo mantuvo en su sitio con sus manos, a la vista de todos, porque ahora era un hombre libre y eso era lo que hacía, lo amaba, delante de todos así que lo beso y lo besó en medio del salón de belleza, porque ese hombre era suyo y no se molestaba en ocultarlo, y si alguien tenía un problema con que fuera Marica fiodor los mandaría al diablo. Ya no importaba todas esas personas, todas esas voces en su cabeza que a veces reaparecía eran nada en comparación con la calidez del cuerpo de Eban, su fragancia de vainilla y caramelo, la sonrisa en su rostro y la manera en la que sus brillantes ojos de bruja lo observaban en ese momento.
—te extrañé tanto mi oso polar.
—También yo. Mi dulce, dulce Eban. Yo…—Fidor dudó un momento, ya había dicho las palabras antes pero incluso después de tanto tiempo aún costaba sacarlas de su pecho. Pero lo hizo, por Eban porque lo amaba y el chico merecía escucharlo cada maldito día que le permitiera quedarse a su lado—te amo tanto.
Eban le sonrió con esa calidez que le decía que entendía el esfuerzo de Fiodor, lo entendía y lo amaba a cambio.
—te amo mucho más, soy tuyo. No importa que.
—y yo soy tuyo.
—lo sé.
—no importa que.
—no lo hace.
—te amo.—repitió Fiodor no encontrando otra palabra que pudiera expresar la calidez de su pecho o la manera en la que su corazón se aceleraba al verlo.—te amo.
Eban se rió feliz y lo besó, tomándolo de las mejillas porque no había palabras que pudieran decirse en ese momento para expresar el amor de sus corazones.
-fin-
Bueno mis amores, esto es todo, se que fue una historia súper corta, y que para venir de mi probablemte le faltó mucho drama, y que quizás tenía potencial para ser una verdadera tragedia pero estos personajes no me inspiraron a más que azúcar y finales felices así que... Bueno eso es todo. Que les ha parecido?
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Marica (Pedikom)
ChickLitFiodor Voronin, no es marica, pero después de un año siguiendo día y noche a uno, algo en su mente se altera, él está seguro que es algo pasajero, su repentina obsesión por su objetivo solo podía ser parte de algún trastorno mental desarrollado por...