Mala decisión, viejo come caramelos...

Comunicado

-Harry levanta -Hermione estaba al borde de la histeria, llevaba alrededor de quince minutos intentando levantar a Harry y no había conseguido ningún avance. -Llegaremos tarde al gran comedor.

-Mione, hoy comienzan las vacaciones de navidad, ¿recuerdas?- Dijo el pelinegro perezosamente - Y, como ya sabrás, yo me quedo aquí, como todos los años - Harry se levantó y se dirigió al baño para darse una ducha matutina.

-Ya, pero acaban de avisar qué Dumbledore nos quiere dar un comunicado urgente ¡debemos estar ahí en 15 minutos y tú aún no te has vestido!- Ella lanzó una toalla y varias prendas de ropa hacia el azabache y lo apresuró a entrar al baño.

Después de una ducha rápida y cambiarse lo más rápido posible, fueron rápidamente hacia el gran comedor, por suerte, Dumbledore aún no había comenzado a hablar. De hecho, habrían jurado que habían visto alumnos aún bajando las escaleras rápidamente unos pisos más arriba que de los que él y Hermione estaban, Ron ya estaba en el comedor, en su plato había varios alimentos que ya había comenzado a degustar al igual que el resto del gran comedor..

-Compañero, si que tienes el sueño pesado - Dijo Ron mientras Hermione y Harry se sentaban a sus costados.- Intenté levantarte pero no reaccionaste por lo tanto dejé a Herms en la labor mientras yo me acababa de cambiar.

-JA, JA - Dijo el ofendido sarcásticamente- Simplemente estaba cansado, me fui a acostar tarde pensando que no tendría que madrugar - Dumbledore se levantó de su asiento acaparando toda la atención de inmediato.

- Querido alumnado, me temo que, durante estas navidades deberán abandonar el castillo - Todos los que habían firmado para no volver a casa durante las vacaciones bufaron debido a los cambios de última hora- Lo sé, lo sé, pero ha sido un imprevisto de ultima hora, y debe de ser solucionado de inmediato, así que desayunen y los que no tengan hechos los baúles vayan a ordenarlos, sus familias ya han sido avisadas con antelación - Y sin decir nada más, se sentó en su asiento y comenzó a comer una tostada con mermelada de limón que previamente había preparado.

Durante el desayuno se hicieron especulaciones de cuál podría ser la razón por la cual se debían de desalojar a todos los alumnos, sobre todo con el recientemente fugado Sirius Black, que iba tras el niño que vivió para asesinarlo.

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Ya quedaban menos de treinta minutos para llegar a Kings Cross y Harry estaba hecho un manojo de nervios debido a que durante sus últimos dos años no había celebrado navidad con sus tíos y primo. Sinceramente, solo tenia ganas de ver a su primo Dudley, que durante el último verano, había visto lo mal que en realidad sus padres trataban a Harry y se decidió por ayudarlo lo que quedaba de verano y los siguientes, esto, claro, a escondidas de sus padres.

Harry había hecho sus deberes en el tren, así no debería de arriesgarse a tenerlos que hacer durante su estancia con los Dursley, porque si era descubierto haciéndolos, lo más seguro es que se llevara la peor golpiza de su vida ya que ya había sido avisado una vez. Por suerte, los deberes de navidad no tenían comparación con los de pascua, los cuales eran inmensos a causa de que los exámenes se realizan hacia esas fechas.

Al llegar a la estación se aseguró de minimizar correctamente su baúl para que sus tíos no se lo quitaran. Al estar aún dentro del tren, el cual era un espacio completamente mágico, supuse que no pasaría nada, si se investigaba un poco sobre Hogwarts podrías descubrir que el método que utilizaban sobre no hacer magia fuera de la escuela se aplicaba a partir de que los alumnos salían del tren.

Bajó del tren junto a Ron y Hermione y atravesó la barrera que los llevaba hacia la estación muggle de Kings Cross junto a la familia Weasley -a quienes se habían encontrado el el andén- y Hermione. Vernon estaba parado en la puerta de la estación con un rostro impaciente y enfadado, se despidió de los Weasley y Hermione y se preparó mentalmente para volver al infierno que llamaban "casa".

Durante el camino hacia Privet Drive, Vernon se veía enfadado, tanto que casi podías ver el humo salir por sus orejas si te fijabas bien. En algunos momentos, también tiraba maldiciones a todo el mundo, a Harry por tener que cuidarlo durante la Navidad, a Dumbledore (O como él lo llama "el viejo chiflado que solo cuida a los niños por su conveniencia y que a lo mínimo que puede, los envía a la mierda") por mandarlo por Navidad, al cartero por romper el buzón, al periódico por no publicar nada interesante durante los tres últimos días, etc... . Fue un viaje totalmente agotador.

Al llegar a la casa cogió la escoba y comenzó a darle golpes en la espalda mientras lo único que Harry podía hacer es hacerse bolita en una esquina para poder amortiguar los golpes ya que sabía que si decía algo, intentaba oponerse o lloraba, le iría peor. Cuando se cansó, le cogió del pelo y lo arrastró dentro de la alacena donde había pasado más de la mitad de su vida encerrado, y tal como en los viejos tiempos cuando aún no dominaba cocinar del todo y se le quemaba algún alimento y le encerró en ella. Por muy triste que sonase, ya estaba acostumbrado.

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Este es el primer capítulo de la querida historia que llevo tiempo elaborando y que hasta ahora no he tenido el valor de publicarla. Espero que les haya gustado y nos vemos en el siguiente capítulo💕

-Z. P. K.