Deambulando por el pasillo

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En la habitación se oyeron llantos desgarradores por parte de las tres personas que había dentro de ella. Harry quién hasta ese momento no había asumido la realidad era el más doloroso.

Un rato más tarde de tanto llorar Harry se quedó dormido y para más comodidad del azabache, Draco decidió dejarlo solo en la cama y acompañarlo sentado en la silla que anteriormente ocupaba Pansy mientras ella iba al baño. En ese momento entró Grace y otra medimaga y dejaron a Mateo y a Eileen en las cunas del otro lado de la cama. Mientras la otra medimaga salía Grace se paró cerca de Draco.

-Mira, no sé quién eres, pero sé que eres una persona especial en la vida de Harry. Quiero pedirte que lo cuides y que no te separes de él en ningún momento. La pérdida de un hijo es muy dolorosa, y más si tienes las mismas emociones acerca del embarazo que Harry. Se le podía notar desde lejos que a pesar de las circunstancias en que se engendraron estos bebés y la situación en la que está, él estaba completamente feliz de formar una familia y la inesperada muerte de su hija menor ha sido un golpe duro para él. Recuerda esto.- Todo seguido se fue de la habitación y un rato más tarde Pansy volvió y le ayudó a vigilar a los ahora mellizos.

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Ese mismo día, ya pasado el toque de queda, Harry, Draco y Pansy estaban volviendo junto a Mateo y Eileen al castillo, ellos dos gracias a Merlín estaban en perfectas condiciones.

Aparecieron en los baños del segundo piso y Draco y Pansy decidieron acompañar a Harry por si se encontraba a alguien no estuviera solo ya que aún estaba un poco débil por el parto y tenía que llevar a ambos mellizos hasta la torre él solo ya que si no se despertaban y lloraban.

Tuvieron que ir Pansy y Draco revisando los pasillos y vigilando que no hubiera nadie cerca mientras Harry intentaba esconder lo más posible entre su túnica escolar a Mateo y Eileen ya que Harry no llevaba la capa de invisibilidad ni el mapa del merodeador encima. Iban por el tercer piso cuando oyeron el ruido de pasos apresurados a sus espaldas y apenas les dió tiempo a reaccionar cuando Snape dobló la esquina y los vió parados en medio del pasillo.

-Quiero verlos a vosotros tres en mi despacho. Ahora. Y señor Potter colóquese bien la capa.- Dicho esto giró sobre sus talones y sin asegurarse de que ellos lo estuvieran siguiendo se dirigió hacia su despacho.

Los tres lo siguieron sin decir ni una palabra no queriendo llevar más al límite la paciencia de su profesor, y finalmente llegaron a su despacho este los hizo pasar y sentarse en unas sillas delante de su escritorio. Harry seguía aún sin colocarse bien la capa cuando Snape comenzó a hablar.

-Antes de todo, señor Potter me suena haberle dicho no hace más de cinco minutos que se colocara bien la capa.- Ante la severa mirada de su padre, se dio cuenta que si no obedecía, él mismo se la colocaría bien si hacía falta, así que sin querer enfurecerle más se colocó bien la capa dejando ver a la perfección a los recién nacidos.

La expresión de Snape cambió a una sorprendida, pero al instante se volvió en una neutral, mucho más calmada que la que les había estado dirigiendo anteriormente.

-Señor Malfoy, señorita Parkinson, vuelvan a su sala común, me gustaría hablar con el señor Potter a solas- Ante la mirada de desconfianza de ambos Slytherins, añadió- No se preocupen, no tengo la intención de hacerle nada. Ahora, vayan a descansar antes de que les quite puntos por estar en los pasillos después del toque de queda.

Ambos, a pesar de querer quedarse con Harry por si le pasaba algo, sobre todo sabiendo como era Snape, tuvieron que hacerle caso a su jefe de casa y se dirigieron a su sala común dejando a padre e hijo juntos.

Mala decisión, viejo come caramelos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora