Comenzando desde zero

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A pesar de las miradas, ellos decidieron bajar todos juntos y subir a un carruaje hablando como si se hubieran conocido de toda la vida y hace unos días no fueran enemigos jurados. Los gemelos subieron con ellos al carruaje y tuvieron una conversación amena con los Slytherin's. Harry les contó a todos sus intenciones de cambiarse de casa para mantenerse más a salvo, pero al ser descendiente de los cuatro fundadores, no sabía que podría pasar. Llegaron al castillo y se separaron para ir a sus asientos en la mesa de sus casas.

Los estudiantes de primero entraron y se clasificaron en sus debidas casas. Antes de que Dumbledore comenzara a hablar, Harry lo interrumpió.

-Profesor Dumbledore, antes de que comience a hablar, me gustaría hacer una transición de casa.

Toda la atención incluida la de sus amigos, a los cuales no le había contado nada se fue hacia él.

-Señor Potter, me temo que no es posible tal-...

-Por supuesto que lo es señor, es una regla poco conocida que solo sale en pocos ejemplares. Está en la página 3534, es la regla 2359, párrafo B; si un estudiante no está conforme con su casa , puede cambiarla, pero solo una vez.

-Pero señor Potter, no existe ninguna razón por la que cambiarse de casa, tienes amigos, notas aceptables y has estado en el equipo de Quidditch.

-Bueno, no tengo ninguna queja sobre mis amigos, pero a sala común de Gryffindor es muy ruidosa y si voy a otra parte hay gente que me persigue y me molesta, las notas que tengo son deplorables, no puedo concentrarme en mis estudios y le corrijo, me metieron en el equipo de Quidditch, nadie me preguntó si podía entrar, simplemente lo asumieron. Eso es lo que más odio de la gente, que asuma cosas sobre mí cuando ni siquiera conocen cómo ha sido mi vida. Si no le molesta, me gustaría proceder a la reselección de la casa.

-¡Director, no puede permitir que un niño lo trate así! ¿Qué clase de director es que permite que sus alumnos le manden?- Dijo una chica que nadie se había dado cuenta que estaba en la mesa del profesorado.

-Usted cállese señora- Le contestó Harry

Se dirigió a la tarima y se sentó en el taburete que habían utilizado los de primer año hace apenas unos minutos. La profesora parecía reacia de colocarle el sombrero y reconocer que uno de sus leones no se sentía cómodo en su entorno, pero era una mujer justa y se conocía el reglamento de memoria, conocía esa regla. Finalmente, le dejó el sombrero en la cabeza.

Pasaron varios minutos y su sombrero aún no daba su veredicto final. La gente comenzaba a impacientarse y a sorprenderse por el tiempo que el niño dorado estaba tardando en ser reclasificado. La profesora McGonagall iba a hablar cuando el sombrero la interrumpió.

-Ha sido una difícil decisión, pero denle la bienvenida al REY DE SLYTHERIN

Todos se quedaron perplejos, incluidos los Slytherins, que recobraron la compostura inmediatamente y aplaudieron con elegancia inclinándose al rey de su casa. Harry se quitó el sombrero, se lo entregó a la profesora McGonagall y se dirigió a su nueva casa.

-¿Así que un Slytherin, eh Potter?- Le preguntó un rubio que tenía sentado al lado.

-Supongo que era una serpiente con piel de león- Se encogió de hombros.

-¿Qué te parece si lo volvemos a intentar?- Draco le extendió la mano- Hola, soy Draco, Draco Malfoy, heredero de las casas sangre pura Malfoy y Black. Un placer conocerte.- Esta vez, Harry no dudó ni un segundo en estrecharle la mano.

-Hola, soy Harry Potter, heredero de la casa sangre pura Potter. El placer es mío.

Todos estaban sorprendidos ante su interacción pero ellos los ignoraron y comenzaron a hablar.

Mala decisión, viejo come caramelos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora