Hablando

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Era viernes y era la hora del desayuno cuando Neville le llamó la atención.

-Harry, Hedwig tiene una carta para ti- Dijo Neville quién estaba sentado a su lado.

Harry giró mi cabeza para comprobarlo ya que no solía recibir cartas y Neville tenía razón. Aunque esta vez su lechuza no era la que más resaltaba por su inusual plumaje blanco, si no por una carta púrpura que llevaba con ella. Al parecer, Grace había encontrado la manera de comunicarse conmigo.

-Gracias por avisarme Nev- Dijo acabando de comer una tartaleta de chocolate y uvas que había cogido de la mesa unos minutos antes. En ese momento llegó Hedwig con la carta de la doctora Grace, se la desató y le dio como recompensa unos dulces para lechuzas. Cuando ya se disponía a ir a un lugar más privado, Fred y George le pararon nada más pasar la puerta del comedor.

-¿A dónde vas con esa carta tan sospechosa, renacuajo?- Le preguntó George quien estaba parado a su derecha.

-Si me lo permiten, chicos, me gustaría leer mi carta en privado- Hizo un intento de que le dejaran ir sin un interrogatorio, cosa que claramente no funcionó.

-Nunca has tenido ninguna molestia en leer tus cartas delante nuestro, a veces incluso nos las dabas para que las leamos, ¿Porque ahora tener algún problema cuando nunca los has tenido?

-Es personal chicos...

-De personal nada, si te lo guardas para ti cuando nunca lo has hecho es porque te pasa algo malo.

-Así que tu vienes con nosotros, querido hermanito, para que nos digas que te pasa.

Arrastraron a Harry hacia el tercer piso y le hicieron entrar a una sala en donde habían unos sillones y una mecedora. Ellos le sentaron en la mecedora mientras que ellos se sentaban ambos en un sillón.

-Bien pequeño Harry, ahora, como buenos hermanos mayores que somos, nos vas a contar lo que te pasa.-Dijo George

-No son mis hermanos mayores- Replicó él como respuesta.

-Si, bueno, lo que sea, dinos lo que te pasa o no te dejaremos ir.

-Pero tengo clases Fred

-Y eso a nosotros no nos importa, nos importa que estés bien.

-Entonces prometan por su magia que no se lo dirán a nadie bajo ningún concepto. Y que si lo hacer deberá ser por una cosa por la cual no se pueda evitar como la maldición imperius o el veritaserum.

Ambos gemelos se miraron a los ojos con duda.

-Aceptamos- dijeron ambos a la vez- Debe de ser algo muy importante para que no nos lo cuentes sin un juramento.

-Pos bien, hágalo, después les revelaré toda la verdad.

Estos se pusieron la varita en el pecho y recitan el juramento.

-Juramos por nuestra magia que no le diremos la información que nos será revelada en los próximos minutos o en las próximas horas bajo ningún concepto a no ser que algo infiera para que lo hagamos sin voluntad propia.

Un hilo plateado y dorado salió de ambas varitas confirmando así, que el juramento había sido válido.

-El juramento es válido, renacuajo, cuéntanos lo que te pasa por favor- Suplicó Fred.

-...

-Harry...

-Estoyembarazado

-¿Qué? Harry habla más lento que no te entendemos.

Mala decisión, viejo come caramelos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora