Ojos morados y piel pálida

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Aún habiendo puesto una denuncia a Umbridge y a Fudge, a ninguno les quitaron sus cargos en ningún momento, así que Harry ahora estaba el doble de irritado teniendo que aguantar los constantes insultos hacia él en los periódicos.

No era difícil averiguar que iba a pasar algo, se notaba en el ambiente. Era el día de la última prueba, pero ni Harry ni nadie tenía ganas de que se celebrara.

Una semana antes, alguien había ayudado a Albus a escapar y el ambiente tenso se notaba a cada lugar al que ibas, todos sabían que tarde o temprano atacaría y a pesar de ser el criminal #1 más buscado y que no tenía su varita, nadie había logrado encontrar rastro de él más que el que había dejado al escapar.

Harry sabía que iba a atacar cuando los campeones estuvieran en el laberinto que ahora mismo tenía delante de él, sólo podía esperar que su padre y Draco cuidaran bien de sus hijos y que no les pasara nada.

Ese pensamiento le hizo sentir mariposas en el estómago, siempre que pensaba en Draco lo hacía. En ese momento el silbato que indicaba que tenía que entrar en el laberinto sonó, y pospuso los pensamientos sobre lo que le hacía sentir Draco para más tarde mientras se adentraba al laberinto para acabar con esa locura de una vez por todas.

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Cedric y él habían llegado a un mutuo acuerdo para darle la victoria a Hogwarts y salir ambos beneficiados, pero la jugada no salió tan bien como esperaban.

La copa en vez de devolverlos al castillo los llevó a un viejo cementerio, donde después de no mucho tiempo de estar allí, Colagusano mató a Cedric, ató a Harry a la tumba de Tom Riddle y resucitó a Voldemort, que hizo llamar a los mortifagos y en ese momento les daba una charla de lealtad.

—Ey Voldy, ¿no te habrás olvidado de mí, verdad?— le dijo Harry desde su posición detrás de él.

—Oh, Harry, perdóname por mi falta de educación, en unos momentos estoy contigo– contestó éste y continuó hablando con sus mortífagos y contándoles como fue que logró resurgir. Cuando al fin acabó, Harry estaba a punto de dormirse, pero se despertó de golpe cuando Voldenmolt le lanzó un Crucio, que logró parar justo antes de que le llegara a tocar, aunque fingió que sí lo había hecho.

—Creo que veis lo estúpido que es pensar que este niño haya sido alguna vez más fuerte que yo —dijo Voldemort—. Pero no quiero que queden dudas en la mente de nadie. Harry Potter se libró de mí por pura suerte. Y ahora demostraré mi poder matándolo, aquí y ahora, delante de todos vosotros, sin un Dumbledore que lo ayude ni una madre que muera por él. Le daré una oportunidad. Tendrá que luchar, y no os quedará ninguna duda de quién de nosotros es el más fuerte. Colagusano suéltalo.

Colagusano obedeció a su amo y soltó las ataduras de Harry, dejándole caer sin ningún cuidado al suelo asfaltado.

—¿Te han dado clases de duelo, Harry Potter? —preguntó Voldemort con voz melosa. Sus rojos ojos brillaban a través de la oscuridad.

—Creo que te estás equivocando, Voldy, no tengo pensado batirme contigo en un duelo.

—¿Y que te hace pensar que me importa lo que pienses?

—Oh, nada, pero creo que ambos queremos lo mismo, ¿o me equivoco?

—¿De qué estás hablando, Potter?

—Alguien no ha estado leyendo los periódicos— Hizo sonidos reprobatorios con la lengua—Que alguno de tus sucios mortífagos te dé una breve explicación, no tengo ganas de volver a explicarlo todo.

—Mi señor, el niño Potter ha sido estafado por Albus Dumbledore y busca venganza hacia él.

—¿Y cómo puedo estar seguro de que las declaraciones en el períodico no son un plan de él con el viejo para que me hagan creer eso?

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⏰ Última actualización: Sep 10, 2023 ⏰

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