| Haydée |
Un estruendo inunda mi audición logrando que mis manos temblorosas suelten el micrófono sobre el escenario.
¿Qué carajos estoy haciendo aquí arriba?
La mezcla de sonidos ensordecedores logran que mi mente procese con mayor claridad lo que acaba de suceder, acabo de...¡Oh mierda! Acabo de soltarlo todo.
¡Acabo de soltar unos cuantos secretos comprometedores frente a todos!
Me mantengo completamente paralizada por el miedo de lo que pueda suceder conmigo después de esto, no me inmuto aún cuando los gritos de las personas pidiendo que nos agachemos ante las detonaciones son desgarradoras ¿Qué demonios sucedió?
Lo último que puedo recordar es que Dorian salió disparada de este lugar con esa estúpida bolsa que ha protegido durante toda la noche, sabía que la ojiazul había estado observando mis movimientos, pero jamás creí que se atrevería a tacharme frente a todos como una jodida drogadicta.
Eso había sido la gota que derramó el vaso para entonces darme paso y acabar con ella, para decir frente a todos que la magnífica Dorian Grace había sido abandonada por el importante empresario Carter Daddario a tan solo unos cuantos meses para la que sería la boda más presuntuosa de la generación.
—Yo...—murmuro llevándome las manos a la cabeza desesperada.
¿Cómo es que no había medido cuánta cocaína podía resistir mi cuerpo sin derribarme por completo?
Por supuesto que quería encarar a la familia porque no habían movido un dedo desde hace tres años que mi madre se había esfumado, mi padre insistía a la policía, pero aún así no había respuesta. En cambio sí Bruno Van Alst hablara habríamos encontrado a mi madre en cuestión de semanas.
Sin embargo, ahora que he hablado solo tengo un miedo que nunca había imaginado.
—Mantén tu cabeza abajo si aún no quieres morir—murmura alguien a un costado mío alcanzado mi mano hasta llevarme al suelo del escenario donde caigo de bruces.
¿Podrías ser al menos considerado? quiero decirle al idiota que me ha tomado con fuerza, pero mi rostro se llena de sorpresa cuando veo a un morocho lleno de piercings en el rostro.
¿Vlad?
—Da igual, ellos me matarán, lo harán—declaro con la voz quebrada—. Si no es hoy mismo se encargarán de que sea mañana frente a todos—le espeto horrorizada.
—¿Quieres calmarte?—resopla cansado jalando algunas hebras de su cabello—. ¿Tienes miedo después de que nos haz desenmascarado frente a televisión nacional?
—¿De qué hablas?
Vlad solo atina a soltar un par de maldiciones para después colocar sus manos en mi rostro obligándome a verlo cara a cara. Sus manos juegan frente a mi algunos segundos como si fuera una idiota, pero lo cierto es que lo soy porque no puedo seguir el movimiento de sus manos.
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Vinoteca Van Alst
Romance"Y en los ojos de la gente hay una expresión de fracaso, y en los ojos de los hambrientos hay ira que va creciendo. En sus almas las uvas de la ira van desarrollándose y creciendo, y algún día llegará la vendimia" John Steinbeck