Te Quiero || Itadori x Tú || EN EDICIÓN

XX

11 de Octubre

Anoche dormí tranquila después de mucho tiempo, estar abrazando a Itadori en vez de su chaqueta era lo que me hacía pensar en la suerte que tenía. No me importaba haber sido portadora de una maldición horrible que me persiguió por años, cuando tenía a alguien a quién podía abrazar todas las noches y que me consolaría cada vez que lo necesitara. 

Él había derrumbado todos mis años de miseria con su simple existencia. Y por eso siempre estaría agradecida de haberlo conocido. 

Esta mañana, cuando desayunamos con Megumi y Nobara, se sorprendieron al enterarse que Itadori y yo dormíamos en la misma habitación. El pelirosa les contó que estuvimos mucho tiempo juntos cuando estábamos en el escondite, y que para nosotros ya era normal. 

—Muchachos, tienen una misión— Ijichi había aparecido de pronto para darnos la noticia matutina—. Sen, tú no vas a ir, órdenes de Gojo.

—¿Cuándo voy a poder hablar con él?.

—Justo ahora....

Dicho eso, llevamos a los demás hasta el lugar donde se les había asignado la misión. Itadori apretó mi mano en forma de despedida al bajar del auto. 

Lo miré por la ventanilla mientras nos alejábamos de ahí, era una misión fácil, no tardarían mucho. 

[...]

Llegamos a un local de comida rápida, al entrar, mi mirada se centró en el peliblanco vestido completamente de negro. 

—Te esperaré afuera— me dijo por lo bajo Ijichi, suspiré negando ante el miedo que le generaba mi maestro, caminé hasta donde estaba Gojo y me senté frente a él. 

—Tanto tiempo sin verte, Sen, ¿Qué te gustaría comer?.

—Hablemos sin rodeos, supongo que Yuta te puso al tanto de todo.

—Supones bien— levantó el menú en el aire y señaló con sus dedos a algún camarero que estaría a mis espaldas para que trajera dos órdenes de lo que fuera que había apuntado—. Lo que me interesa saber ahora es... ¿Qué harás?.

Me miró fijamente, o eso pensé, ya que llevaba sus gafas negras y yo no podía ver detrás de estas. 

—¿A que te refieres?.

—Ya exorcizaste a la maldición, ¿Cuál es tu propósito ahora?, yo te ayudé con el entrenamiento, te mandé lejos para que consiguieras tu meta... ahora que ya lograste lo que querías, ¿Qué vas a hacer?.

¿Era una prueba?, si ese era el caso, no sabía que contestar, solo tenía una respuesta y rogaba en mis adentros que fuera suficiente. 

—Ahora que conseguí mi meta, puedo enfocarme en mi objetivo...— me miró con atención, sentía sus azules ojos clavándose en todo mi ser—. Mi objetivo es proteger a Itadori. 

—¿Si sabes que Itadori tiene al mismísimo Sukuna dentro de él?, es casi imposible que muera, pero... ¿Qué harás si de verdad lo hace?.

—Justamente de eso quiero protegerlo, Itadori es fuerte físicamente, pero puede perderse en su propia mente si se descuida... No creo que muera, no lo hará, y si sucede, moriré con él, porque no tengo otra meta más que vivir a su lado hasta que el tiempo de mi miserable vida llegue a su fin.