01 de Septiembre. Cine Kinema; Ciudad de Kawasaki; Prefectura de Kanagawa.
Gojo nos presentó a Nanami. Un tipo alto, rubio y con gafas.
Nos dejó en claro que odiaba a los hechiceros, entre otras cosas. Pero que respetaba a Gojo y su ideal de cambiar el sistema de los altos mandos.
Me agrada como tutor y persona, es calmado y serio en su trabajo.
—La escena que estamos por ver puede ser muy desagradable— comentó con voz segura.
El sonido de la lluvia cayendo a mi alrededor me envolvía los oídos.
Había ocurrido un horrible caso de muerte por maldiciones, tres cadáveres, chicos de secundaria, completamente desfigurados; una escena del crimen atroz.
Nanami nos explicó como hacer para encontrar los rastros de energía maldita que habían quedado esparcidos por el lugar.
—¡Ah!, los veo, los veo— dijo Itadori emocionado con sus manos colocadas al rededor de sus ojos, como si eso le ayudara a concentrarse más.
Daba mucha ternura verlo así.
—Por supuesto que lo ves... pero un buen hechicero lo percibe antes de verlo— dijo nuestro tutor.
—¿Por qué no me elogias un poquito más?— reclamo el pelirosa.
—¿Tu lo pudiste percibir, verdad?— me preguntó Nanami sin mirar en mi dirección.
—No lo sé— no quise mirar a Itadori, me sentí mal por haber logrado algo antes que él.
Nanami dijo que no nos elogiaría, él se basa en los hechos. Lo cual me parece bien, pero no creo que esté de más un elogio de vez en cuando. Más que nada para Itadori, creo que él es una persona que necesita de la aprobación de los demás, un reconocimiento de vez en cuando le hace mejorar bastante.
—Bueno, basta de parloteo, sigamos— sentenció Nanami.
—¡Si, vamos con todo!— comentó emocionado Itadori.
—No, iremos con calma.
No puede evitar reír un poco por la forma en que Nanami era tan estructurado e Itadori tan emocionado, hiperactivo y alegre.
Pasé por su lado y le di unas palmaditas en la espalda para animarlo, "vamos", le dije y seguimos a Nanami.
Salimos hasta la terraza, llovía moderadamente, lo cual podría perjudicarnos si debíamos pelear.
Y como lo pensé, nos encontramos con dos maldiciones, el mayor se encargó de una y nos dejó la otra a Itadori y a mí.
Me preocupé al instante.
Yo no había avanzado tanto en los entrenamientos a comparación de mi compañero, o eso es lo que pensaba.
Itadori tenía lo que Gojo había llamado "puño divergente", lo cual sonaba genial.
Por otro lado yo no tenía ni si quiera la fuerza sobrehumana que Itadori sí desde un principio.
[...]
15 de Agosto.
Caí de lleno contra el suelo, por enésima vez en el día. El cuerpo me dolía tanto que quería llorar.
Lo hubiera echo, si no fuera por la rabia que me producía no poder avanzar con el entrenamiento.
No había logrado nada.
—Levántate...— ya estaba cansada de escuchar esa palabra salir de la boca de Gojo.
Tenía entrenamientos separados con Itadori, no sabía cuánto había logrado él, o si se encontraba en la misma situación que yo.
—No puedo— dije agotada.
—Es mentira, solo lo dices porque no te tienes fe en que vas a lograr algo... ¿A qué le tienes miedo?.
Otra vez esa pregunta, ya estaba harta.
—¡Ya te dije que no tengo miedo de nada!— exclamé furiosa.
—¡Entonces haz un esfuerzo y deja de quejarte maldita sea!.
Esas palabras me pegaron como agua fría en el cuerpo.
—Esa cosa...— me temblaba la voz—. Esa maldita cosa que me persigue...— apreté los puños con fuerza—. ¡A esa maldita cosa le tengo miedo!, ¡Tengo miedo de que si dejo salir mi energía maldita esa cosa venga por mi!, ¡¿A CASO NO TE DAS CUENTA DE QUE TENGO MIEDO DE MORIR?!— grité con lagrimas en los ojos.
La pesada mano de Gojo se posó sobre mi cabeza.
—No morirás... hasta que yo siga con vida jamás dejaré que mueras.
[...]
Viendo como Itadori asestaba cada golpe y esquivaba a la maldición, me sentí aliviada.
Podía defenderse sólo, y lo que era mejor aún, podía atacar.
En un segundo la maldición corrió hacia mí, no me quedé paralizada y me defendí.
Hace una semana no podía lograr sacar una pizca de energía maldita porque estaba bloqueada a hacerlo.
Pero ahora, no tengo miedo; solo quiero ser yo quién ataca.
Siento rabia, ganas de golpear y quitar de encima cualquier cosa que amenace con mi vida.
Un aura de energía maldita comenzó a envolver mis brazos en forma de cuchillas. Eran diferentes a las de Itadori, las suyas eran más parecidas a llamas de fuego que envolvían sus puños.
Me agaché esquivando un golpe y aproveche el impulso para cortar una pierna de la maldición, Itadori le asesto un golpe certero en el pecho, haciéndole un agujero.
La maldición salió volando varios metros, antes de que él le diera el golpe final, Nanami lo detuvo.
Al parecer eran personas.
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Te Quiero || Itadori x Tú || EN EDICIÓN
Fiksi PenggemarLa maldición que la atormenta, le obliga a huir permanentemente. Sasaki Sen, a tan solo sus quince años de edad, huye para sobrevivir, huye de su pasado. Un pasado terrorífico, que se le es recordado cada 7 de cada mes. El agotamiento, la monotonía...