Las personas corrían en todas direcciones.
Yo permanecía estática, miraba a Gojo que estaba igual que yo. Me di cuenta que a él tampoco le molestaba tener que sacrificar a algunos civiles si era para exorcizar a las maldiciones, pero estaba acorralado, no podía expandir su territorio sin matarnos a todos, ni usar ninguna de sus técnicas.
—¿Qué planeas?— susurré en su dirección.
El peliblanco parecía sumido en su mundo, de seguro estaba tan desesperado en su interior al igual que yo. Por mi parte, traté de descifrar en mi mente que podía estar ideando en estos momentos y -como si lo hubiera llamado- me miró.
Sentí terror, como si estuviera a punto de atacarme, instintivamente me cubrí de energía maldita, estaba a muchos metros lejos de él, casi al borde de la pantalla que nos aprisionaba con la siguiente planta.
Fue tan rápido que no pude analizarlo, por mi mente pasó tanta información que sentí mi cerebro arder. Fue alrededor de una semana, como si una ráfaga de viento hubiera traído consigo toda esa información, y me hubiera dado de lleno en el rostro.
Olvidé todo, donde estaba, que estaba haciendo, que quería hacer.
Fue muy confuso.
Perdí el conocimiento.
[...]
21:26 hs.
Oía voces, por todas partes, arriba de mi, por debajo, a la izquierda. Era extraño y comenzaba a desesperarme, todo a mi alrededor estaba negro, no sentía nada, solo sabía que estaba respirando y eso era suficiente.
Mi cuerpo estaba en calma, pero mi cerebro se estaba volviendo loco.
Una explosión me sacó del trance, me dio en el rostro, pero no fue directamente a mí. Me arrastró unos metros y caí boca abajo, pude abrir los ojos y sentí mi cerebro arder por tanta información.
Me mantuve firme, no era tiempo de quejarse y llorar. Hasta que se disipó el humo, pude notar a las maldiciones reunidas en grupo. Mahito, Choso, el cabeza de volcán y otro que también tenia forma de humano, no lo conocía de nada.
No pude ver a Gojo por ningún lado, ¿Dónde mierda se había metido?.
No podría haberse ido dejándome aquí, simplemente no lo haría, esa idea no cabía en mi cabeza. Estaban bastante lejos de mi, pero podía oír con claridad lo que decían, es como si mi cuerpo estuviera susceptible a cada casa que pasaba, como si algún sentido se hubiera despertado dentro mío.
—Ahora los hechiceros vendrán aquí con todo lo que tienen— dijo el hombre de cabello negro y largo, llevaba una túnica tradicional—. Yo me quedaré aquí, pero ¿Qué harán ustedes?
¿Cómo podía ser posible que no se percataran de mi presencia?, eran maldiciones, podían percibir la energía maldita a kilómetros.
Pero...
Me di cuenta que mi cuerpo no estaba liberando energía maldita.
—Yo iré a matar a Itadori Yuji y Kugisaki Nobara para vengar a mis hermanos, después de eso, iré a recuperar a mis otros hermanos que tienen bajo custodia en el instituto— dijo Choso.
Sentí que palidecí al escuchar esas palabras, quise saltar sobre él y arrancarle la cabeza con mis propias manos, pero mi cuerpo estaba inerte, por más que mi cerebro se lo ordenara, no hacía caso. Comenzaron una pelea entre las maldiciones, todos querían matar a Itadori, estaban revelando sus planes delante de mi y ni si quiera lo sabían.
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Te Quiero || Itadori x Tú || EN EDICIÓN
Fiksi PenggemarLa maldición que la atormenta, le obliga a huir permanentemente. Sasaki Sen, a tan solo sus quince años de edad, huye para sobrevivir, huye de su pasado. Un pasado terrorífico, que se le es recordado cada 7 de cada mes. El agotamiento, la monotonía...