Capítulo 14: Cerebro que bombea y desea sangre

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☢ Kozlov Natsuki, antes de la Batalla de Caballería.

En el momento en que Midnight anunció que teníamos 15 minutos para armar nuestros equipos para la Batalla de Caballería, ignoré a la gente de mi alrededor y cerré mis ojos, concentrándome en lo que había visto durante el día y cuál sería mi equipo ideal. De todos los elementos que tenía ahí para elegir: ¿cuál me servía más?

Hogoko tiene el temperamento de un niño que no controla su rabia, pero ciertamente es poderoso, es un Kuroka después de todo. Si puedo darle dónde le duele, entonces me servirá mucho. Neito tiene un buen quirk; es un idiota, así que será fácil de convencer, sobre todo si le doy el papel protagónico... Me falta alguien más...

Me había interesado mucho en un chico de cursos generales, lo había visto de cerca durante la Carrera de Obstáculos. Apenas había tenido necesidad de mover sus músculos para cruzar la meta.

Con un plan ideado en mi mente, empecé por el elemento más importante: Hogoko. Como lo pensaba, nadie estaba interesado en hacer equipo con él incluso si su quirk era poderoso. Hogoko había sabido hacerse una muy mala reputación dentro de la clase, siendo especialmente agresivo y solitario, además de tener un aura... deprimente y deplorable.

Él siempre estaba triste, pero ni él mismo lo sabía.

—Hogoko —lo llamé, caminando hacia él. Me miró con molestia y se cruzó de brazos.

—Estás siendo tan confianzuda como siempre, Kozlov. ¿Cuántas veces te he dicho que no me llames por mi primer nombre?

—Perdona, es que temo que si digo Kuroka, quizás tu primita me responda. Ya sabes, la que llegó antes que tú en la Carrera de Obstáculos, está resaltando mucho en este festival, ¿no crees? Y yo que la veía tan pequeña y débil, está siendo toda una sorpresa.

Las manos de Hogoko se hicieron puños y su respiración se tornó pesada.

—Lo mismo podría decir de ti y esa chica Kozlov que está en la clase A. Esa que Aizawa nombra a cada rato por los parlantes y que llegó en segundo lugar en la carrera de obstáculos.

—No, Hogoko, qué dices —me reí genuinamente al ver cómo intentaba ganarme en mi juego. Puse mis manos en su pecho, apoyando mis garras en su ropa—. Yo soy Kozlov de sangre, Ayami no es nada más que una adoptada que se niega a soltar lo único bueno que tuvo en su miserable vida. Ella nunca será más que yo, ni aunque volviésemos a nacer, es algo que tú no puedes entender... porque tú estás en una posición similar a ella —sonreí—. Aunque tu meta es posible, la de Ayami no.

—¿A qué te refieres?

—Ninguno de los dos sabe realmente lo que vale. Ayami está acá para demostrarle algo a los Kozlov, tú estás acá para demostrarle algo a los Kuroka... ¿desde hace cuanto que un Kuroka no se gradúa como héroe?

—Desde Misaki.

—Desde la mamá de tu primita —me carcajeé—. El punto es: Ayami está acá para demostrarle algo a los Kozlov, pero ella no puede demostrarnos nada, porque ella no vale nada para nosotros, nunca lo hizo y nunca lo hará. Tú, por otro lado... tu clan ya sabe de lo que estás hecho, pero pareciera que todos lo ven menos tú... —vi el interés brillar en sus ojos y supe que ya había logrado lo que quería—, y tú mismo te estás poniendo la venda en los ojos, declarándole la guerra a esa idiota que mancha tu apellido sin siquiera ser capaz de generar un poco de fuego negro. No le declares la guerra, solo mátala. Al igual que yo haré con Ayami.

Terminé de convencer a Hogoko y seguí con Neito. No fue nada difícil hacerlo aceptar. Le dije que iba a ser el jinete y que nos encargaríamos de destruir al hablador rubio de la clase A. El mismo chico que había sido atacado por el villano de lodo el año anterior, ruidoso y orgulloso que desde el inicio del festival parecía no haberse dejado nada bajo la manga. Bakugou Katsuki era su nombre.

Nuestro caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora