Nuestro camino

Capítulo 21: ¡Comienzan las pasantías!

☠ Kozlov Ayami.

Cuando llegué al orfanato a eso del mediodía luego de haber estado con Mirko, me dediqué a ver mi celular, que estaba lleno de mensajes y llamadas perdidas de Kaminari y Sero, a los dos les envié el mismo mensaje: "Estoy bien, dejen de molestar y no se preocupen". También alguien había creado un grupo del curso y me había agregado. 

Revisando mi celular y sus notificaciones pendientes, recordé las fotos que había sacado del documento que Mirko tenía en su oficina sobre la investigación con Nighteye sobre Leonid y el miembro de Shie Hassaikai. Eran muchas fotos e información. Me pesaban los párpados como para leer y concentrarme, así que me decidí por leerlos el día siguiente cuando tuviera tiempo y energía.

Dormí todo el día. A la noche solamente me levanté para cenar con los demás chicos y chicas del orfanato, oí por parte de Dai-san la noticia de que Chiyoko estaba avanzando bien en el hospital y me volví a dormir hasta la mañana siguiente, cuando me bañé y me puse el uniforme para ir a la escuela.

En mi sien tenía el moretón que me había quedado por el golpe que me di con la culata de la pistola para poder alegar defensa propia y que me salvó de tener consecuencias por haber noqueado a esos tres tipos inútiles que habían tenido la mala suerte de toparse conmigo. Dai-san me había mirado con preocupación pero no dijo nada, y esperaba que la gente de la escuela actuara igual.

Aunque ya sabía que no sería así.

Cuando llegué al salón, sentí como si medio mundo se me tirase encima. Kaminari más que nadie. Lo hice a un lado con un movimiento brusco y me senté en mi lugar mientras gruñía bien fuerte para asegurarme de que esos idiotas me escucharan y tomaran su distancia.

—Estoy bien, ¿por qué mierda hacen tanto escándalo? Harán que me duela la puta cabeza.

—¡¿Qué es ese golpe que tienes ahí?! —chilló Kaminari.

—¡Te vimos en el video de la redada del Croc Talon! —chilló Mina agitando sus brazos— ¡¿Te dieron ese golpe ahí?!

Se hizo un silencio y yo los quedé mirando. Sero, Kaminari, Hanako, Uraraka, Kirishima, Midoriya y por supuesto Mina estaban rodeándome y sin quitarme los ojos de encima.

—¿Aparecí en algún video? —pregunté con cautela.

Midoriya comenzó a teclear furiosamente en su celular y luego me lo pasó: era un video de la prensa televisiva, dónde estaban entrevistando a un policía y de fondo se podía divisar a Mirko y a mí a su lado.

¿Leonid habrá visto esto?

Sí, de seguro que sí. Apuesto que también sabe que yo fui la causante.

No pude evitar sonreír. —Genial.

—Entonces... —murmuró Uraraka con timidez— ¿sí tuviste que ver con la redada al Croc Talon...?

—Más o menos —respondí con un encogimiento de hombros—. Me metí, pero al final el que hizo la denuncia fue el político ese.

—¡¿Y cómo te metiste?! —chilló Mina.

—Tenían de porteros a unos idiotas, no fue difícil.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó Sero.

—Porque fui con Mirko a intentar obtener esa maldita pasantía, quería demostrarle que estaba a la altura de seguirla, pero al final me dio una recomendación con un tal Nighteye, dizque ella no quería estar a cargo de una mocosa como yo o algo así, qué se yo —bufé encogiéndome de hombros, poniéndome de muy mal humor de tan solo recordarlo.