❀Kuroka Hanako
—¡Campamento, campamento, campamento!
Uraraka, Kaminari, Mina y yo saltábamos y aplaudíamos al ritmo de nuestra improvisada canción. La emoción se olía en el aire, estábamos todos ansiosos por partir, ya estaba nuestro equipaje en el bus, solo faltaban unos minutos y que los profesores pasaran lista de asistencia para poder irnos.
De ambos grupos (clase 1-A y 1-B), se ausentó una sola persona: Kozlov Ayami. Aizawa-sensei preguntó si alguien sabía sobre ella, si es que iba a llegar atrasada, a lo que Sero respondió que no vendría. Cuando Aizawa-sensei escuchó la respuesta de Sero, ninguna emoción pasó por su rostro, pero cuando lo vi subirse al autobús, pude observar una mueca de decepción y preocupación.
Los últimos días del semestre, Ayami se había comportado de manera muy inusual, incluso para ella y su temperamento complicado. Había vuelto a llevar un parche sobre su ojo izquierdo y apenas intercambiaba palabras con Kaminari y Sero, que eran sus amigos más cercanos en toda UA. Por supuesto que para mí y mi incapacidad de mantenerme metida en mis propios asuntos, fue imposible no acercarme a preguntarle si podía ayudarle en algo. No me miró con enojo como pensé que lo haría, solo respondió:
—No, no puedes.
Hubiera preferido que me gritase. Mantuvo sus labios apretados en una línea, tomó sus cosas y se fue. Hasta estaba pálida. Busqué a Sero y Kaminari con la mirada, ellos me miraban desde la puerta con resignación.
—¡Hanako-chan, ¿qué haces?! ¡Te quedarás abajo!
El grito de Mina me sacó de mis pensamientos y empujándome por la espalda, me llevó hacia el autobús y nos sentamos juntas. Apenas pasaron unos minutos luego de que partimos de UA cuando el ambiente se animó a niveles propios de un campamento escolar.
—¡Pongamos música!
Kaminari llevaba un parlante en la mano y no tardó en poner música. Se empezaron a escuchar voces hablando en un tono elevado y fuertes risotadas, entre ellas, las mías. Iida intentaba inútilmente hacernos callar o al menos que bajáramos nuestro volumen, que nuestro campamento era de entrenamiento y por lo tanto era un asunto muy serio, pero nadie le hacía caso y hasta Midoriya, que iba sentado junto a él, le decía entre risitas nerviosas que no se pusiera así y disfrutara del viaje. Aizawa-sensei no nos dijo nada sobre nuestra disciplina durante el recorrido, excepto cuando debimos bajarnos en una zona de descanso. Mineta fue el primero en bajar, gritando que debía ir al baño y ya no se aguantaba.
—¿Y la clase B? —preguntó Jiro una vez estuvimos todos fuera del autobús.
No estaba la clase B, pero sí un auto particular de color negro con vidrios polarizados.
—No tiene sentido detenerse sin una razón —dijo Aizawa-sensei, y miró al auto.
Las puertas de éste se abrieron y salieron dos mujeres con trajes coloridos y brillantes.
—¡Sigue de cerca a estas miradas brillantes!
—¡Agudamente linda y gatuna!
—¡Wild, Wild, Pussycats!
Todos quedamos en completo silencio ante la presentación de aquellas mujeres. Tenían mucha energía.
—Ellas son heroínas profesionales que trabajarán con nosotros durante el campamento: Pussycats —las presentó Aizawa-sensei.
—¡Pussycats son un equipo de cuatro héroes que crearon una agencia conjunta! ¡Son un equipo veterano que se especializa en rescates de montaña! ¡Y este año será su duodécimo en-!
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Nuestro camino
FanfictionDentro de la clase 1-A de la Academia U.A hay distintas personalidades y quirks, sin embargo, podemos afirmar que todos y cada uno de los estudiantes apunta a lo mismo: convertirse en héroes, ¿no? Kozlov Ayami tiene mucho más cosas que ocultar ademá...