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𝘌𝘙𝘈 31 𝘋𝘌𝘋𝘐𝘊𝘐𝘙𝘔𝘉𝘙𝘌𝘋𝘌𝘓 1977 el último día del año 77, ya que dentro de unas horas sera 01 de Enero del 1978. Para todos es una gran festividad donde familias enteras estarán reunidas.
Pero la mía no. Mi padre se ausentaba más a menudo a tal grado que eran días en que no llegaba a casa.
Desde que le confesé sobre mi relación con Regulus el me había prohibido en mantener contacto con el. Era tan necio que esta dispuesto a lo que sea con tal de que me case con Evan Rosier. Pero ninguno de los dos queremos eso. Ni siquiera se por que mi padre esta tan ansioso con eso, al final también Regulus es un pura sangre como nosotros.
En estos momentos me encuentro sola en una mansión oscura y grande, con la compañía de cuadros parlantes y algunos elfos. Pero aun así me siento tan sola. Ya no tenía a nadie en esta lúgubre y solitaria mansión. Con mi madre al menos el lugar se sentía cálido. Como es que mi padre no tiene el más remordimiento alguno por matar a mamá, es una maldita bestia. . .
La mayor parte de los días me la pasaba en la biblioteca leyendo algún libro sobre Alquimia o Encantamientos. Pero la gran mayoría era sobre Artes Oscuras. Mientras leía sobre los maleficios raros el elfo llego a mi hablando me que tenía un invitado. Extraño por que no estaba esperando a nadie.
─¿Regulus?. ─dije al ver su cabellera oscura. ─¿Que haces aquí? No es no me agrade la sorpresa
─No haz contestado mis cartas. ─dijo mientras se acercaba a mi. ─Me preocupe y vine a ver como estabas
─Mi padre sabe lo nuestro y por ello me tiene encerrada. ─dije abrazando lo. ─Quiere casar me con Evan Rosier, por eso aquella noche en la fiesta insistía que estuviera con el todo el tiempo. Pero tanto Evan como yo no queremos casarnos
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