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Nueva Impresión

El interior relucía por lo impecable que estaba todo, no pudo evitar soltar un "wow" de su boca

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El interior relucía por lo impecable que estaba todo, no pudo evitar soltar un "wow" de su boca.
Denki le sonrió.

—Eso "Wow" ¿a qué es lo más cool que has visto?

—Definitivamente ni en mis sueños pude imaginarme todo esto.

—Pues claro, fue Bakugo quien lo hizo después de todo. Nada de lo que hace pudo pasarnos por la mente. Ya estoy emocionado por ver de qué es el producto—Con solo verlo se notaba su entusiasmo, sus ojos brillaban intensamente.

Platicaron mientras se adentraban más en la fiesta, captando algunas miradas, el peliverde las ignoró lo más que pudo, sacando conversación al rubio.

—Te sorprenderás— aseguró.

—Tengo altas expectativas Izu

—Pues creo que esto llegará mucho más allá que eso—intervino una voz.

Ambos voltearon a ver al dueño de la misma.

—Diría yo que es algo revolucionario, Bakugo es un genio— ahí estaba él.

—¡Sero!— se apresuró el rubio dándole un abrazo— ¡cuanto tiempo! ¡Dios por que carajos creces y yo no!

—Supongo que practicar todo tipo de deportes como hobby ayuda un poco—se separó y compartió su sonrisa.

En un momento dado nota la presencia del pecoso y lo saluda.

—Tu debes ser Midoriya, un placer conocerte al fin— toma su mano y deposita un beso en la zona de los dedos. La tela del que estaban hechos sus largos guantes oscuros era delgada, así que pudo sentir el calor en los labios del pelinegro— Yo soy Sero Hanta, nos pusimos en contacto por llamada pero me alegra que al fin pude ponerle rostro al misterioso empleado estrella.

—¿Empleado estrella?

—Wow wow, ¿ese título se lo diste tu?—inquirió Denki

—Bakugo siempre habla de que su trabajo anda en control gracias al apoyo de su recién empleado además cuando los oí interactuar en las llamadas se nota que eres su favorito.

—Coincido contigo, lo procura más que a su propia empresa.

—Si, su precioso hijo, vaya suerte la tuya Midoriya.

—Había escuchado que los empresarios consideraban a sus corporaciones como sus hijos, no creí que Kacchan lo veía de esa forma también.

—Tu mismo lo dijiste es empresario, todos son así. Para levantar un negocio tan grande requieren mucho sacrificio y persistencia, claro que le tomarán un cariño enorme.

—Ninguno es la excepción, al menos de los que están aquí.

—Sabes mucho de eso—se dirige a Sero

Dulce como la Manzana (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora