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De acuerdo había sido una malísima idea ofrecerse para ayudar con la cosecha

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De acuerdo había sido una malísima idea ofrecerse para ayudar con la cosecha.
Agotado se dejó caer en esa elevación de pasto, jadeando, tratando de reponer el aliento que sintió haber perdido. El antebrazo cayó con todo su peso, sobre su frente sudorosa, cuanta envidia le tenía a Roro y Lala, siendo niños poseían tanta energía que incluso acabaron veinte minutos antes que él.

Izuku simplemente lo miró sin poder evitar reírse.

—El cultivo realmente es duro para uno de la ciudad ¿no?

—Ni que lo digas—soltó un suspiro pesado— y pensar que esto es lo que hacen los granjeros todos los días.

—En efecto, todo esto ha sido muy poco a comparación a ellos.

Ambos miraron las estrellas que adornaban el oscuro cielo. Era una vista magnífica, debido a la contaminación de la ciudad apenas y podían ver una que otra estrella esparcida, en cambio en un lugar llena de bosques y lagos naturales como ese incluso podían verse algunas constelaciones, estrellas fugaces y destellos de los planetas.

—Izuku, me alegra que hayas podido entretenerte con este tipo de cosas. Creo que es lo tuyo.

—Siempre quise intentarlo y cuando charlaba con los ancianos del pueblo me dije "¿Por qué no hacerlo ahora?"—soltó una risita— hay tantas cosas que me encantaría probar.

—¿Sientes ya este lugar como tu hogar?

—Si.

—¿Y por qué no te quedas aquí? Te iría muy bien.

—No podría, esta es la casa de los Bakugo. Además si comprara una casa aquí tendría que pagar para hacer reparaciones, la mayoría de las que se encuentran aquí están en un estado deplorable y...—su voz se fue apagando.

—¿Qué?— se recargó en su brazo mirándolo directamente.

—Eso significaría que me tendría que separar de Kacchan. El tiene una compañía mundial, vivir en medio de un pueblo no sería nada benéfico.

—Podría trabajar en casa con el internet y todo ¿no?—gesticula con las manos.

—No es tan sencillo. Su lugar es la ciudad y donde esté su hogar ahí también estará el mío—no sabía si era a causa del cielo estrellado pero sus ojos verdes parecían deslumbrantes, al igual que unas esmeraldas expuestas a la luz— Y ahí también Mahoro y Katsuma pueden decidir qué quieren hacer con sus vidas.

—Típico de ti, siempre poniendo a los demás primero.

—Tienes algo de razón, pero lo hago también por mi mismo. Lo que tengo con Kacchan es algo de dos, pienso además de él y mis hermanos, por mi propio bien y deseos. Todo lo que me merezco por sacar a tres individuos adelante y lidiar con muchos otros retos, la vida me lo ofrece ahora mismo, ese es Kacchan. Visualizo un futuro deslumbrante a su lado y porque me guste esta vida no significa que no tenga otros planes en la ciudad.

Dulce como la Manzana (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora