Tener que vivir bajo en mismo techo con la amante de tu pareja no es bonito.
Ese fue el caso de Amity Blight al ver que su esposo Matt trae una amante al castillo dejandola de lado.
Pero una princesa que no tiene buena imagen ya que muchas personas...
—¿Qué? —dijo sorprendido— ¿No puedo ir al banquete especial? —miro directamente a Mattholomule.
El emperador al ver lo sorprendido que estaba su amante decidió seguir hablando.
—Podemos invitar a solo 20 personas a este banquete —dijo sosteniendo de los hombros a Gus— La emperatriz y yo ya enviamos invitaciones a diez invitados cada uno —dejo salir un suspiro de sus labios después de decirlo de una vez.
—¿No puede hacer lugar para uno más, su majestad?.... —agarro ambos brazos del emperador y con desesperación dijo— Seguro podrá hacer una excepción —pidio utilizando su voz de Omega.
—El banquete especial dejara de ser especial si hago excepciones —acaracio la cabeza de Gus, mientras luchaba por no caer en las bajas tentaciones que le daba su amante.
Al ver cómo el emperador se resistía antes las feromonas que soltaba su omega, decidió convencerlo a la antigua.
—En la fiesta conté que yo también iria al banquete especial.... —dijo agachando la mirada.
—Ah... —suspiro al verlo tan insistente en ir, con cautela paso su mano por sus hombros dejando leves caricias para después pasar su mano hacia su cabeza, dónde descanso un buen rato— Deberías haberme preguntado —comenzo a mover su mano en forma de caricias suaves.
Mientras el emperador seguía acariciando la cabeza de su amante, los sollozos de parte del esclavo no se hicieron esperar
—Pensé que sería raro preguntar porque debería darse por sentado que iría, siendo la amante de su majestad... —dijo el moreno para después seguir con sus lloriqueos— ... pero aún no dices que puedo ir.... —comento entre sus sollozos... aunque volviendo los un poco ruidosos.
El emperador al verlo sollozar más fuerte, se puso nervioso que intento tranquilizar a su amante.
—Lo siento, Gus —abrazo a su amante— No llores —soltando sus feromonas de alfa, logró disminuir aquellos sollozos. Suspiro sabiendo que no podía creer lo que haria— Muy bien. Veré.... si puedes ir en lugar de uno de los invitados de la Emperatriz —solto por fin, haciendo alegrar al omega.
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—¿Quería hablarme del banquete especial? —dijo la Emperatriz delante del emperador.
Después de haber calmado a su amante, mando a llamar a su esposa, quien no demoró en llegar a tiempo.
La Emperatriz vestía con un vestido rojo, en la parte baja tenía decoraciones doradas, casi por los hombros... el vestido tenía como blondas alrededor dejando ver su perfecto cuello blanco. Sobre la cabeza tenía una corona con perlas verdes.
Eso maravillo a Gus, ver aquella corona brillar y la manera en como está vestida la Emperatriz... le gustó.
El emperador se levanto de aquel sofá— ¿Podría... podría hacer un lugar en su lista para una persona más? —informo cautelosamente.
