EXTRA : THE LETTER

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A lo largo de este tiempo te he contado un montón de cosas respecto a mí, a mi familia… A mi vida entera. Incluso te conté mis miedos y mis esperanzas, te dije todo lo que creía correcto e incorrecto y también te entregué ese pedazo de mi alma que no estaba descompuesto aún... Y duele saber que todo eso fue en vano por lo que hiciste, por lo que causó que todo lo que estábamos construyendo con tanta armonía se derrumbara en cuestión de segundos, después de todo lo que pasamos, lo que vivimos y lo que sentimos mutuamente.

Es gracioso porque la primera vez que te vi, pensé que eras como esa versión de mí que estaba escondida en mi ser, algo que ni siquiera yo mismo conocía y que anhelaba con volverme en algún momento. Porque mientras te vi y te escuché tocar aquella melodía de la cual terminé enamorado, supe que si las cosas no hubiesen sido así... Que si el destino no hubiese sido el más hijo de puta conmigo, quizás pude ser así, como tú. Rebelde y maravilloso, algo irritante pues así eras... Y te odié, lo hice porque sentí envidia de tu libertad y tu pasión por romper todos los esquemas, sentí rabia porque nunca nadie se había fijado en mi desastrosa personalidad del modo en que tú lo hiciste y también quise esconderme para nunca más tener que verte a los ojos, a tus esmeraldas brillantes que cuando me observaban, me hacían sentir que podía enloquecer.

Y es que todo lo que hiciste conmigo me hizo caer en un abismo del cual ahora no puedo salir, y me jode, lo hace porque no puedo sobrevivir si no estás, si no te tengo a mi lado para recibir tus caricias y escuchar tus mil y un piropos sin sentido de los cuales terminaba por adorar como un estúpido iluso de mierda... Pero en la vida, las cosas no son perfectas, toda mi vida había tenido que pasar por cosas de las que nunca me atreví a hablar ni con el mejor especialista de la cuidad, pero contigo... Contigo todo salía sin pensarlo, cada palabra que pronunciaba, ya fuese con ese absurdo rencor, celos y envidia; o con el anhelo que paulatinamente se fue incrustando en mi sistema, siempre terminaba desahogándome contra ti, entre tus brazos.

Porque te había empezado a querer y tu decías lo mismo... Entonces... ¿Por qué las cosas dieron este extraño giro? ¿Por qué a pesar del cariño que sentimos por nuestros corazones rotos, nos encargamos de hacernos sufrir cada vez más? A veces quisiera devolver el tiempo para poder... Poder recibir esa maldita cachetada que mi madre me dio frente a ti, para poder escuchar tu voz que me trató con dulzura, para sentir el estremecimiento que me recorrió al pensar que alguien tan irreal como tú me trató como una persona común y no como lo que se supone que soy.

Éramos tan diferentes y aun así sentimos cosas que nunca debimos sentir... Existía un cariño al que yo negaba solamente por la rabia que sentí hacia ti, quizás entre los dos, yo fui el que más falló.

Y soy un estúpido por pensarlo porque... Me traicionaste, pero aún así, no dejé de quererte ni pensarte a pesar de que quería golpearte con mis propias manos.

Me viste llorar y me escuchaste maldecir, reí muy poco estando contigo y eso no te importó porque sabías perfectamente lo roto que estaba por dentro... Y justo ahora, ni siquiera sé cómo estoy escribiendo esta absurda carta que ni siquiera podrás leer, tampoco entiendo la mayoría de mis palabras por producto de las lágrimas que tengo en los ojos ante el dolor que toda esta situación me hace sentir... Sueno muy formal, parece más un discurso Real que una carta de despedida.

Ni siquiera estaba listo para esa ruptura tan repentina, aunque ambos nos esforzamos para mantenernos unidos y también lo hicimos para alejarnos cada vez más. No pudimos más con todo lo que nos abrumaba y fuiste el primero en decidir por el bien de los dos... Un bien que me desgarra por dentro con cada segundo que pasa, porque fuiste creado para las mas locas de las decisiones y sin importar que te doliera el hecho de dejarme atrás, tú... Igualmente lo hiciste.

Y quisiera decirte que te amo, que te adoro con todo mi corazón a pesar de todo el sufrimiento. Pero hacer mención de esto no sirve de nada si lo que más quiero hacer es gritarte mi cariño, que todo lo que sentí fue real... Pero solo me queda hundirme en un mar de lágrimas amargas que poco a poco me va ahogando hasta dejarme sin el oxígeno que tú con tus estupideces, me dabas.

Y nunca lo sabrás, pero la razón por la que odio las flores es porque los detalles que están en la base de mi corona se clavan en mi piel como si fuesen una maldita corona de espinas cada vez que la llevo puesta... Nunca entendiste porqué la portaba con angustia y con el pesar digno de una persona atravesando la peor de las torturas... Y no es solo por eso, sino porque las flores me hacen recordar a los funerales, ese perfume que desprenden haciendo que el momento lúgubre sea difícil de soportar... Las odio porque me hacen recordar a ti, y también las odio porque me hacen reaccionar y entrar nuevamente en esta realidad que tanto me ha lastimado.

Eres una persona común que para mí, fue la más increíble... Con tus defectos haciéndote inalcanzable aun así. Y yo... Siendo un príncipe, nunca tuve algo bueno que aportar además de un corazón alborotado por tu causa y la esperanza de que algún día, todo iba a estar mejor para nosotros.

Antes de despedirme, quisiera recordar mi historia… La que al fin y al cabo, es tuya también, esa historia que desde el principio, siempre causó en mí una sensación de desasosiego y amor.

Sé que me amabas, Choi San… Y lo recordaré en cada palabra escrita en nuestra triste historia.

❛ LIVED。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora