❛ LIVED。

OO9 ( PT. TWO )

Tal y como lo supuso, entre la mano del príncipe ya se hallaba una copa de vino a medio terminar. Se habían bebido un total de dos, pero eso había sido suficiente para que el menor se encontrase con ese lado fácil de confundir con unas simples preguntas. No estaba borracho en su totalidad, se notaba algo somnoliento y eso le parecía adorable.

El como mecía su cuerpo de un lado al otro con las tonadas que estaban sonando en el estéreo, su sonrisa saliendo a flote con tanta calma y sin pensarlo dos veces, cada vez que San le contaba un chiste malo o alguna anécdota graciosa de cuando estaba en la universidad, todo le hacía... Brillar hermosamente, sus ojos curiosos, las preguntas erizándole la piel por lo interesado que se dejaba ver ante él.

Por un segundo, su corazón dolió. Se estrujó y pensó que se quebraría en miles de pedazos en algún futuro muy cercano. Seonghwa era hermoso, tanto que le confundía el alma y quebraba sus sentidos en miles de pedazos, como el cristal entre sus manos.

—¿Puedes explicarme algo?— San miraba con tanta atención al menor que éste se sentía pequeño, mínimo a su lado. —¿Por qué mi madre te admira tanto?— Su pregunta no estaba teñida con furia ni nada de eso, más bien había sonando cautelosa, casi desbordando temor, Seonghwa tenía su cabello negro todo revuelto y en sus labios estaba impresa una sonrisa suave.

Era un príncipe tan... Hermoso, y aunque no lo fuese, si en algún universo alterno, ese chico no fuese parte de la realeza, aún conservaría esa belleza inexplicable.

Choi San meneó el líquido en la copa y lo pensó por unos segundos, sin tener una respuesta concreta. Uhm, el menor le dio un largo sorbo a la botella y luego le escuchó toser levemente, haciéndole sonreír.

—Supongo que está buscando alguna manera de sacarme información... Cuando nos conocimos ella quería saber muchas cosas sobre mi, lamentablemente no hay mucho que decir.

—San... Me contaste una historia tan triste hace rato, seguro tienes más de donde vino eso... Quizás es por tus padres, quiere saber algo sobre ellos o... ¿Se enamoró de ti?— El pelirrojo rió fuertemente al escuchar la última pregunta y Seonghwa hizo lo mismo, codeando el costado de San con suavidad.

—Estoy hablando de... Una carrera como la de Yerim, o un interés en querer trabajar en la empresa de mis padres. ¿Cómo reaccionaría al enterarse que el ex miembro de una banda de narcotraficantes se metió en su mansión?— San bufó, bebiéndose de un trago todo lo que quedaba de su vino, Seonghwa rellenó su copa hasta la mitad sin derramar ni una sola gota y luego recostó la cabeza contra su hombro.

El momento era extraño para él, mareado y confuso. Aún así lo estaba disfrutando y por una vez, pensó que podría dejarse ir, enfrentar otros caminos y seguir adelante. Con una noche quejándose de su vida, sacando a volar esas inquietudes y expresando sus molestias.

—Te mandaría a fusilar si se enterase.— Rió ahogado, escondiendo la cara en el cuello del mayor y rozando su nariz contra la piel con aroma a perfume. —Pero no diré nada, soy un muerto.— Se animó a dejar un beso superficial en ese lugar donde el aroma se sentía con más intensidad, y escuchó la risa suave que dejó salir por ese gesto tan atrevido.

Seonghwa se enderezó en su lugar, pero sin apartar esa cercanía. Y se inclinó para dejar un beso sonoro en aquella mejilla que tenía el bonito hoyuelo marcado. San se sonrojó un poco ante eso, su quijada fue tomada con firmeza y suspiró cuando la nariz contraria se rozó contra la suya, en un movimiento mínimo antes de comenzar a besarse suavemente.

Era increíble, para Seonghwa era como un... Reto hacer eso, besar al mayor se sentía tan raro pero no quitaba el hecho de que le gustaba la sensación, el como sus labios resecos podían ser humectados por la saliva del contrario al recibir traviesas lamidas, el como sus suspiros se ahogaban contra la boca contraria y... Joder, las ganas de seguir y nunca parar se presentaban en su ser de una manera asfixiante, tanto como perder el hilo y la respiración.