Katniss

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 la copa en mi mano no es suficiente para reprimir los celos siento creciendo dentro de mí. Me gustaría poder apartar su brazo del pequeño y menudo cuerpo de Tiffany y utilizarlo para meterle algo de sentido dentro. ¿Cómo no ve que ella lo está usando? Probablemente ha estado planeando una oportunidad como esta noche desde el día que él se fue a la universidad. En lugar de aprender una habilidad o un oficio, ha estado planeando su vestuario y sus peinados. Probablemente dejó de tomar su control de natalidad hace unas semanas para hiper ovular en preparación para atraparlo. Mi estómago se encoge al pensar en él con ella. Ni siquiera me atrevo a mirarle. En su lugar, voy a hablar con Sophie. Se ve brillante como la sidra en su mano, viva con la vida nocturna. Está hablando animadamente con algunas chicas de la escuela, y una vez más me maravillo de cómo navega sin problemas entre las interacciones. Dispara una mirada a Gale, que le da un guiño a pesar de su conversación con los chicos. Felizmente regresa a su propia conversación, a sabiendas de que, si ella le quiere, él es suyo al final de la noche. Vince se me acerca y me da un abrazo lateral para decir "hola". Le correspondo con torpeza, sintiendo su cuerpo huesudo, y mirando alrededor por Amy.

—Hola Katniss, ¿cómo va la escuela? —pregunta mientras me consigue otra copa.

—Bien. Las clases son más difíciles, pero me gusta. ¿Qué has estado haciendo?—Me acaban de dar la posición de gerente de la tienda. Estoy tratando de comprar una casa —dice con orgullo.
—¡Felicidades! Apuesto a que Amy está emocionada —digo, buscándola otra vez. 

—No va a estar aquí —dice con frialdad, notando mi mirada—. Rompimos.

—Oh, lo siento —digo, sin saber qué más decir—. Siempre pensé que hacíais una muy buena pareja.—Sí, eso es lo que pasa cuando sales con una puta. Es normal que no sepas nada de eso, sin embargo. Siempre has sido una buena chica —dice mientras sus ojos viajan a lo largo de mi cuerpo. La expresión de sus ojos me hace sentir incómoda, como si fuera una presa.

—Katt, ahí está Missy. Vamos a decirle "En" muy rápido —interrumpe Sophie, alejándome. Una vez más, le estoy agradecida. Mientras Sophie saluda a su amiga, me doy cuenta de que Peeta está mirando fijamente a Vince. Por su cara parece que haya mordido un limón. Con una alegría sin vergüenza, noto que Tiffany ha regresado a su grupo original de chicas. Tiene una mueca en su cara, similar a la que tuvo cuando otra chica fue nombrada reina en el baile de bienvenida y se puso a bailar con Peeta. Conociéndola, se le ocurrirá alguna otra manera de llamar su atención. —¿Estás haciéndolo bien? —Sophie retira su pelo rubio sobre su hombro para mirarme—. ¿Te ha asustado Vince?—Más o menos. Está bien, sin embargo. Creo que simplemente está molesto por la ruptura.

—No puedo creer que me olvidé de decirte sobre eso. Al parecer, ella lo estaba engañando. —Sophie se ríe, poniendo la cara satisfecha que pone cuando sabe algo escandaloso. Pero luego escucha el ritmo de su canción favorita y su cara cambia. Me está tirando hacia la pista de baile y se gira para gritarme—. ¡Vamos a bailar!Dejo mi copa en el mostrador y me uno a ella. Soy un poco reticente al principio, pero pronto, es como si estuviéramos en su habitación y sin público. El ritmo se mueve a través de mí, me libera. Es como si la base estuviera sacudiendo las vibraciones espeluznantes que me dejó Vince. Durante un giro oportuno, se me ocurre mirar a Peeta. Está hablando con un amigo, pero sus ojos azules se fijan en mí. Alentada por la música, le dirijo una sonrisa antes de volver mi atención a Sophie. Se ve sorprendido por ser pillado. Estoy agradecida de estar de espaldas a él, porque no hay manera de que pueda borrar esta sonrisa de mi cara. No dura mucho tiempo, sin embargo. Tiffany se ha subido en la parte superior de la mesa y está dando su propio espectáculo. Sophie niega y se ríe, pero cuando ve mi cara, puede decir que estoy agravada. —¿Qué pasa? —pregunta, lo bastante alto como para que pueda oírla por encima de la música. —Nada —miento, pero le doy una mirada a Peeta que no pasa desapercibida.

—Él ya no está con ella, si estás preocupada sobre usarlo —dice Sophie. Ahora está de espaldas a nosotros, y es imposible decir si la está mirando o no. Sin embargo, todos los chicos en el lugar la están mirando. No sería una exageración suponer que él la está mirando, también. No tengo la oportunidad de responder. Siento a alguien chocando detrás de mí contra el ritmo, y se me hace perfectamente claro que al menos un hombre en la cabaña no está mirando. Vince está sosteniendo mis caderas, haciendo todo lo posible por moverse contra ellas. Trato de dar un paso a su lado y darle una sonrisa, y Sophie se mueve para formar un círculo para que él sea parte de él. De esa manera, no es necesario que le toque. Él no lo entiende, sin embargo, y su pelvis me está siguiendo como un perro adolescente. Sophie agarra mis caderas y se pone detrás de mí en un intento de obligarlo a apartarse de mí. Todavía no se da por aludido, y en su lugar se posiciona delante de mí, presionándose contra mí por todas partes. Mi piel se pone de gallina, y miro a Sophie por detrás. —¡¿Quién quiere jugar un juego?! —chilla Sophie. Unas pocas personas se dan la vuelta, asintiendo, y se unen a nosotros en una esquina de la cabaña. Tiffany puede sentir que está perdiendo su audiencia, y comienza a tirar hacia arriba de su camiseta provocativamente, como si fuera a desnudarse. Para mi satisfacción, Peeta hace caso omiso de esto y se une a nosotros en la esquina. Otros le siguen. —¿A qué jugaremos? —pregunta Gale, que está abriendo una bebida fresca.

—Hmmm, ¿qué tal, ¿Yo Nunca, Nunca? —dice Sophie. Cabezas asienten, y así es como empezamos. Formamos un círculo grande, y para cunado hemos reorganizado los muebles, Tiffany ha detenido su espectáculo y se ha unido. Se encuentra justo al lado de Peeta, como si todavía fueran una pareja. Mi humor se oscurece, pero trato de ignorarlo. ¿Tal vez pueda encontrar a alguien más de quien enamorarme? Pero cuando miro de chico en chico, recuerdo que nadie se compara con él.
Y esa es la triste realidad de mi vida.

No Te Enamores De Ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora