(1)
Las tinieblas
En las cavernas de insondable tristeza Donde el Destino ya me ha relegado; Donde jamás penetra un rayo rosado y alegre; Donde, sólo, con la Noche, áspera huéspeda,
Yo soy como un pintor que un Dios burlón Condena a pintar, ¡ah! sobre las tinieblas; Oh, cocinero de apetitos fúnebres, Yo hago hervir y como mi corazón,
Por instantes brilla, se extiende, y se exhibe Un espectro hecho de gracia y de esplendor. En un soñador paso oriental,
Cuando alcanza su total grandeza, Yo reconozco a mi bella visita:
¡Es Ella! Negra y, no obstante, luminosa.
(2)
El perfume
Lector, ¿alguna vez has respirado Con embriaguez y lenta golosina El grano de incienso que satura una iglesia, O de un "sachet" el almizcle inveterado?
¡Encanto profundo, mágico, con que nos embriaga En el presente el pasado revivido!
Así el amante sobre un cuerpo adorado Del recuerdo recoge la flor exquisita.
De sus cabellos elásticos y pesados, Viviente "sachet", incensario de la alcoba, Un aroma subía, salvaje y fiero,
Y de sus ropas, muselina o terciopelo, Todas impregnadas de su juventud pura, Se desprendía un perfume de piel.
(3)
El marco
Así como un bello marco agrega a la pintura, Bien que ella sea de un pincel muy alabado, Yo no sé qué de extraño y de encantado Al distanciarla de la inmensa natura, Así, joyas, muebles, metales, dorados, Se adaptaban precisos a su rara belleza; Nada ofuscaba su perfecta claridad, Y todo parecía servirle de marco.
Hasta se hubiera dicho a veces que ella creía Que todo quería amarla; pues ahogaba Su desnudez voluptuosamente
En los besos de la seda y de la lencería, Y, lenta o brusca, en cada movimiento Mostraba la gracia infantil de un simio.
(4)
El retrato
La Enfermedad y la Muerte producen cenizas De todo el fuego que por nosotros arde.
De aquellos grandes ojos tan fervientes y tan tiernos, De aquella boca en la que mi corazón se ahogó,
De aquellos besos pujantes cual un dictamen, De aquellos transportes más vivos que los rayos, ¿Qué resta? ¡Es horrendo! ¡oh, mi alma mía! Nada más que un diseño muy pálido, con tres trazos,
Que, como yo, muere en la soledad, Y que el Tiempo, injurioso anciano, Cada día frota con su ala ruda...
Negro asesino de la Vida y del Arte, ¡Tú no matarás jamás en mi memoria Aquella que fue mi placer y mi gloria!
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Las Flores del mal
PoetryLas Flores del mal (título original en francés: Les Fleurs du mal) es una colección de poemas de Charles Baudelaire. Considerada la obra máxima de su autor, abarca casi la totalidad de su producción poética desde 1840 hasta la fecha de su primera pu...