El LETEO

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Ven sobre mi corazón, alma cruel y sorda
Triste adorado, monstruo de Aires indolentes
Quiero, por largo rato sumergir mis dedos tembloroso
En el espesor de tu melena densa

En tus enaguas saturadas tu perfume
Sepultar mi cabeza dolorida
Y aspirar, como una flor marchita
El dulce relente de mi amor difunto

Quiero dormir, dormir antes que vivir
En un sueño tan dulce como la muerte
yo derramar mis besos sin remordimiento,
Sobre tu hermoso cuerpo pulido como el cobre.

Para absorber mis sollozos sosegados
Nada aquiparable al abismo de tu lecho
El olvido poderoso mora sobre tu boca
Y el Leteo corre en tus besos

A mi destino, en lo sucesivo, mi delicia
To obedecere como un predestinado
Mártir dócil, inocente condenado,
Del cual el fervor atiza el suplicio

Yo absorber, Para ahogar mi tormento,
El nepente y la buena cicuta,
En los pezones encantadores dese pecho agudo
Qué jamás a prisión o un corazón

Las Flores del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora